Las tareas de erradicación de coca acabaron en esta gestión con 9.457 hectáreas reducidas en las zonas excedentarias e ilegales del Chapare de Cochabamba y los Yungas de La Paz, informó el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo.

Durante la presentación de los resultados de las tareas de reducción de cultivos, denunció que en el gobierno de la expresidenta Jeanine Áñez “llevaron personas infectadas con COVID-19 al lugar para mermar a la población” que, añadió, fue estigmatizada como “narcoterroristas”.

La Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) reactivó sus acciones tras una irregular gestión en 2020, cuando se erradicaron 1.770 hectáreas “sin contar –recordó- que se paralizó la erradicación por 178 días, desde el día que el expresidente Evo Morales fue obligado a salir del país”.

Según las cifras actuales, se redujo 9.457 hectáreas de cultivos ilegales y excedentarios.

El Informe de Monitoreo de Cultivos de Coca 2020 da cuenta de un 15% de incremento de la superficie con cultivos de coca respecto a 2019, estimándose una superficie de 29.400 ha de cultivos de coca. El 62% de la superficie cultivada se cuantificó en los Yungas de La Paz, el 36% en el Trópico de Cochabamba y el 2% en el Norte de La Paz.

Del Castillo cuestionó la política que implementó Áñez en materia de reducción de cultivos de coca y denunció que “usaron la pandemia como un pretexto para encapsular al Trópico de Cochabamba, perseguir dirigentes, destruir las piscinas de pesca, evitar el paso de gasolina al lugar y de servicios bancarios y otros”.

“El régimen de la señora Añez, también introdujeron comida dañina para las Fuerzas de Tarea Conjunta con contratos nuevos de catering, llevaron personas infectadas con Covid al lugar para mermar a la población, desplomaron el precio de la coca cerrando los mercados de la coca con su política fallida de lucha contra el “cato”, y por si fuera poco estigmatizaron a los pobladores del trópico”, sostuvo en el acto.

También puede ver la denuncia del ministro Del Castillo contenida en la tercera parte del informe que presentó ayer y que les adjunta eju.tv

Más detalles https://bit.ly/33CHW9K

Eduardo Del Castillo Del Carpio

¡Grandes noticias para nuestro país, no solo recuperamos nuestro modelo de erradicación de cultivos de coca excedentarios sino que superamos las expectativas y en la presente gestión erradicamos 9.457 hectáreas, una cifra récord!

En horas de la tarde en instalaciones del Parque de las Culturas de la empresa Mi Teleférico expusimos los resultados anuales de la erradicación de cultivos de hoja de coca en nuestro país junto con autoridades nacionales, militares y policiales.

Primera parte

“El modelo fallido de la época neoliberal”

Cuando hablamos del modelo fallido de la época neoliberal, hablamos del anterior modelo de erradicación de cultivos de hoja de coca previo al año 2008, es decir, cuando en nuestra Bolivia existía un modelo represivo y que priorizaba el uso de la fuerza contra el pueblo cocalero/campesino para la erradicación forzosa de cultivos de hoja de coca.

Este modelo tenía algunas características que pueden ver en la pantalla:

1. Era dictado directamente desde Estados Unidos. (No olvidemos que incluso la Ley 1008 llegó a Bolivia en inglés)

2. Priorizaba la represión y la presencia de las FF.AA y de la Policía Boliviana.

3. Usaba la draconiana ley 1008 dividiendo el país en 3 zonas.

3.1. Una que se consideraba zona tradicional. (Los Yungas)

3.2. Otra que era la zona de transición. (El Chapare)

3.3. Y otra la Zona ilícita (cualquier parte del país que tenga cultivos de hoja de coca)

4. Este modelo tenía como parte de sus “logros” (por favor logros entre comillas) la muerte de campesinos. Hasta el año 1997, se contabilizó a 33 campesinos muertos que cultivaban hoja de coca, más de 570 heridos y 27 efectivos policiales y militares muertos.

5. Este modelo tenía el apoyo de USAID para proyectos alternativos al cultivo de hoja de coca. Desde 1982-2008 la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional usó para tales propósitos 300 millones de dólares sin éxito.

6. Tenía la política de “Coca Cero” de erradicación forzosa que lo único que provocó fue crisis económicas en las economías locales ya que funcionaba bajo el criterio de apoyo a proyectos alternativos (no siempre redituables) para que erradiquen los cultivos de hoja de coca.

Segunda Parte

“El renacer de Bolivia”

Producto de las resistencias del pueblo y de su lucha es que el año 2005, el MAS llegó al poder con el mandato de nacionalizar nuestros recursos, promulgar una nueva Constitución, defender la hoja de coca, luchar contra las diferencias económicas producto del neoliberalismo y refundar el país.

Es así que Evo Morales Ayma, máximo dirigente de las 6 federaciones del Trópico se convierte en presidente de nuestro país con una larga historia de resistencias a la erradicación forzosa de los cultivos de hoja de coca, introdujo el concepto de la concertación para la erradicación y ya no la fuerza como lo era en las épocas neoliberales.

Este nuevo modelo iba de la mano de la nueva Bolivia que renacía y que se plasmó en la Estrategia de Lucha contra el Narcotráfico y Revalorización de la Hoja de Coca 2007-2011, el cual articuló el llamado proceso de nacionalización de la lucha contra el narcotráfico en Bolivia.

Fue así que el año 2008 se expulsó a la DEA porque ya no era necesaria su presencia en el país. Ese mismo año se dio inicio el Control Social de la Hoja de Coca, el cual bajo el liderazgo de los productores de coca ha logrado que estos ejerzan controles informales e internos a través de los sindicatos para mantener el límite de los cultivos permitidos. El control social busca crear una conciencia entre los productores de coca mediante sus organizaciones, éste no puede ser impuesto, sino que debe ser consensuado, además que permite un control de los cultivos sin la presión militar o policial.

El año 2009, la nueva Constitución Política del Estado reconoce a la hoja de coca como milenaria/tradicional/ancestral siendo protegida en el marco jurídico boliviano.

El 2011 se aprobó el Plan Nacional de Desarrollo Integral con Coca 2011 – 2015 el cual marcó una continuidad de los programas en marcha entre 2006 y 2010 organizado bajo los siguientes principios:

a) Desarrollo integral que sustituya al desarrollo alternativo en la producción de la hoja de coca.

b) La erradicación ya no es un requisito para recibir ayuda para el desarrollo,

c) primero se invierte en desarrollo de obras públicas y servicios sociales, luego de desarrollo productivo,

d) el respeto a los derechos humanos, y

e) se mantiene como esencial la coordinación con las organizaciones sociales locales.

La expulsión de USAID de Bolivia el 2013, dio como resultado un mayor apoyo económico de la Unión Europea en la lucha contra el narcotráfico y el desarrollo integral, con un financiamiento de 60 millones de euros entre 2014 y 2017. La política de reducción de cultivos de coca de manera concertada se consolidó el 2017 con la aprobación de la Ley 906 General de la Coca. A esta época la denominamos como de la “nacionalización de la lucha contra el narcotráfico” debido a que se redujo el apoyo extranjero y fue sustituido por recursos propios del TGN.

El 8 de marzo de 2017, se promulgó la Ley General de la Coca la cual cambia las disposiciones establecidas en la Ley 1008 en referencia a las zonas de producción, catalogándolas en dos grupos: las zonas autorizadas de producción y las zonas prohibidas donde se debe realizar la erradicación. Esta Ley marca un hito en la lucha cocalera ya que logra separar a la hoja de coca de la Ley 1008 que es una ley general de sustancias controladas, algo que de inicio ya criminalizaba a los productores de coca.

El modelo boliviano ha sido catalogado como exitoso por organismos internacionales como las Naciones Unidas, la Unión Europea y medios de comunicación internacional como el New York Times y la BBC.

Tercera Parte

“La interrupción de la democracia

Después de varios años de éxitos tanto en temas de inclusión social, económicos y políticos, como también en los resultados de nuestro modelo de erradicación, nuestro país sufrió una interrupción democrática que no solo costó vidas (masacres de Senkata y Sacaba, no olvidemos que las víctimas de Sacaba eran cocaleros y afiliados a las 6 Federaciones del Trópico) y destruyó nuestra economía, sino que también trató de regresar al pasado eliminando la erradicación concertada por la represión y la estigmatización de los productores de hoja de coca.

Primero colocaron autoridades conocidas por su brutalidad como Daniel Humerez, un señor afín a la época más dura del gonismo. Después usaron la pandemia como un pretexto para encapsular al Trópico de Cochabamba, perseguir dirigentes, destruir las piscinas de pesca, evitar el paso de gasolina al lugar y de servicios bancarios y otros.

El régimen de la señora Añez, también introdujeron comida dañina para las Fuerzas de Tarea Conjunta con contratos nuevos de catering, llevaron personas infectadas con Covid al lugar para mermar a la población, desplomaron el precio de la coca cerrando los mercados de la coca con su política fallida de lucha contra el “cato”, y por si fuera poco estigmatizaron a los pobladores del trópico bajo el epíteto de: “narcoterroristas”, llegando incluso a inventarse ejércitos guerrilleros que no existieron jamás, en otras palabras, replicaron las viejas recetas neoliberales que como vimos fracasaron en el pasado.

Eso pasó en nuestra Bolivia en esa gestión. Con esas acciones represivas solo se erradicaron 1.770 hectáreas sin contar que se paralizó la erradicación por 178 días, desde el día que el expresidente Evo Morales fue obligado a salir del país.

Cuarta Parte

“La recuperación de nuestro modelo y nuestra Patria”

El pasado 20 de octubre del 2020, los bolivianos y bolivianas fueron a las urnas, donde Bolivia escogió al presidente Lucho Arce con más del 55%, pero no solo eso, también escogió volver al modelo económico que tanta prosperidad trajo en los últimos años, y de paso, el modelo de concertación en la erradicación que también trajo grandes resultados.

Este modelo de erradicación es el que nos permitió pasar de tener el 20% de áreas cultivas de hoja de coca en el mundo a solamente el 10%, todo esto en base al control social y la erradicación concertada, llegando a un promedio de 8.000 hectáreas erradicadas anualmente, incluso superando aquella cifra.

Asimismo, el año pasado, apenas recuperamos nuestro modelo creamos la DIPREVCON y el CPI con el objetivo de mejorar la lucha contra el narcotráfico y las tareas de erradicación, además de ahorrar dinero fusionando a dos entidades que cumplían trabajos similares como UELINC y la CONALTID, asimismo, presentamos nuestra Estrategia De Lucha Contra El Narcotráfico Y De Control De Expansión De Cultivos De Coca Para El Periodo 2021-2025.

Sabemos que la tarea de erradicación es ardua, sin embargo, hoy tenemos grandes resultados que presentarles porque no solo hemos llegado a las 9.000 hectáreas erradicadas, sino que hemos superado esa cifra.

Venimos de un 2020 donde hubo un aumento del 15% de cultivos de hoja de coca, con medidas de represión ejercidas por el régimen pasado que han tenido efectos negativos en los precios para la comercialización de la hoja de coca, y con los pocos medios logísticos que heredamos y una Fuerzas de Tarea Conjunta debilitadas por la inacción del pasado gobierno nuestro trabajo se complicó, sin embargo, queremos comunicar al pueblo boliviano que hasta el 14 de diciembre de la presente gestión el número total de hectáreas erradicadas de hoja de coca llegó a 9.457.

De oriente a Occidente, de Norte a Sur…la hoja de coca se ha constituido en elemento central de la visión del boliviano, llegando a ser consumida en cada milímetro del territorio nacional, de forma tradicional o bajo la fuerza creativa del oriente. El acullico o el acto de bolear forman parte de la rutina de millones de bolivianos. La hoja de coca es transversal en la construcción de bolivianidad.