En Siria, el grupo Estado Islámico desarrolla su estrategia de guerrilla

Desde marzo de 2019, las tropas de Damasco y sus aliados han perdido a 2.000 hombres y el grupo extremista a un millar de miembros, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

De nuestro corresponsal en Beirut, Paul Khalifeh.

Un soldado ruso monta guardia mientras las tropas escoltan un convoy de civiles sirios que salen de la ciudad de Tal Tamr, en la provincia nororiental de Hasakeh, para regresar a sus hogares en la ciudad de Ain Issa, cerca de Raqa, a través de la estratégica carretera M4, el 10 de enero de 2021. AFP – DELIL SOULEIMAN

 




Veinte meses después de la desaparición del califato autoproclamado por el grupo Estado Islámico en Siria, la organización sigue una estrategia de guerrilla en el este del país. El pasado fin de semana, 25 soldados y milicianos murieron en una serie de ataques. Desde marzo de 2019, las tropas de Damasco y sus aliados han perdido a 2.000 hombres y el grupo extremista a un millar de miembros, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

 

Se habla poco de esta guerra en los medios de comunicación, pero las operaciones militares tienen lugar casi a diario en un vasto territorio. Es una guerra a gran escala cuyo campo de batalla es el desierto central sirio, conocido como la Badia, que se extiende desde la ciudad de Homs, en el centro del país, hasta la frontera con Irak, en el este, y hasta el sur de Jordania. Es una guerra sin frente visible que se desarrolla en un territorio de 60.000 kilómetros cuadrados.

A pesar de las decenas de ofensivas y operaciones de barrido, el ejército sirio y sus aliados aún no han conseguido establecer un control total sobre la zona del desierto. La potencia de fuego utilizada contra el grupo Estado Islámico es non obstante impresionante: el Observatorio Sirio de Derechos Humanos informa de un centenar de incursiones aéreas rusas desde principios de diciembre. Unos 600 ataques con helicópteros y cazabombarderos en noviembre.

A pesar de todas estas incursiones y de las numerosas ofensivas terrestres, el grupo Estado Islámico sigue teniendo una cómoda movilidad y la capacidad de llevar a cabo ataques simultáneos en lugares separados por decenas de kilómetros. Esto significa, en la jerga militar, que el sistema de mando y control de la organización sigue siendo operativo y eficaz.

Las regiones bajo control kurdo no se salvan

La guerrilla del grupo Estado Islámico también está activa en las regiones controladas por las fuerzas kurdas, apoyadas por Estados Unidos, al este del Éufrates. En esta región, las acciones del Estado Islámico adoptan la forma de bombardeos contra las patrullas de las fuerzas kurdas, o de ataques con morteros y cohetes contra los pozos de petróleo. El 2 de diciembre murieron 10 trabajadores de un campo petrolífero en el este de Siria.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha contabilizado unos 30 ataques atribuidos a Daesh en las zonas controladas por los kurdos desde principios de mes, donde el ejército estadounidense sigue desplegando varios centenares de soldados.

Un ejército de 10.000 hombres

La inteligencia estadounidense estima que el grupo Estado Islámico ha reconstruido un ejército de 10.000 hombres en Irak y Siria. Fuentes sirias aseguran que sólo en Siria, la organización extremista puede movilizar más.

Este ejército está compuesto principalmente por los supervivientes de los antiguos bastiones del autoproclamado califato, pero también por nuevos combatientes reclutados entre las tribus beduinas y los ex prisioneros de los campos de reclusión creados en las zonas controladas por los kurdos.

El grupo Estado Islámico había anticipado el desmantelamiento de su califato territorial. Había instalado escondites y almacenado armas, municiones y alimentos en el desierto, en previsión de una guerrilla.

Fuente:Radio Francia Internacional