Gualberti: “Elevemos nuestras oraciones a Dios para que apacigüe los corazones violentos y prepotentes”.

En tercer domingo de Adviento, desde la Catedral de Santa Cruz, el arzobispo Sergio Gualberti hace un llamado a elevar oraciones en busca de la reconciliación y la práctica de la justicia imparcial y libre de presiones.

Arzobispo de Santa Cruz, Mons. Sergio Gualberti
Arzobispo de Santa Cruz, Mons. Sergio Gualberti

Por: Bruna Lafuente

Durante la misa celebrada este domingo, el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, invita a la población a prepararse para la fiesta de Navidad, elevando sus oraciones a Dios en busca de “apaciguar los corazones violentos y prepotentes” tras los recientes sucesos vividos en el país.

«En estos tiempos difíciles por los que estamos pasando en nuestro país, acojamos la invitación de San Pablo y elevemos nuestras oraciones confiadas a Dios para que apacigüe los corazones violentos y prepotentes, y fortalezca a los que buscan el diálogo, la reconciliación y la práctica de la justicia imparcial y libre de presiones, porque entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y pensamientos de ustedes en Cristo Jesús”, expresó el arzobispo.



En su homilía, el líder de la iglesia católica pretende dar esperanzas al pueblo boliviano, resaltando que este es un “Domingo para alegrarse” en la espera de la fiesta navideña. “No es una alegría superficial e ilusoria de las fiestas mundanas, sino el gozo profundo y contagioso que brota de un corazón convertido y en paz con el Señor, consigo mismo y con los demás”, expresó.

Gualberti hizo una petición a la población: intentar pasar del egoísmo a la solidaridad, entendiendo que en la práctica no es sencillo, pero es el camino a la gratificación y la salvación.

“El compartir lo que tenemos con los hermanos necesitados es un aspecto esencial de la caridad fraterna que nos hace partícipes a todos del amor y la salvación de Dios”, dijo.

Por otro lado, a los soldados les pidió que no se valgan del poder de los instrumentos de muerte que tienen en sus manos y que no abusen de su posición para extorsionar y someter a la gente.

También recordó uno de los diez mandamientos: Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. “Cuando el Señor está a nuestro lado, no hay cabida para la angustia, incluso cuando pasamos por momentos difíciles y por las pruebas” indica, haciendo referencia a la carta de San Pablo a los cristianos de Filipos. Recordó a la población “ser fieles en el seguimiento de Jesús”.

Concluye invitando a la población a ser perseverantes en oración, en busca de consuelo y fortaleza.

“Recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias para presentar sus peticiones a Dios”, manifestó el arzobispo.

Fuente: El Deber, video: Diakonia