La maternidad comienza a los 14 años en algunas comunidades rurales de Cochabamba

El miedo y la vergüenza son barreras para acceder a información acerca de métodos anticonceptivos, la menstruación y la sexualidad, además que en algunas comunidades los valores tradicionales promueven que las mujeres estén casadas o unidas, sin importar su edad o las consecuencias limitantes que esto podría conllevar.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas presenta estudio. | Cortesía.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) realizó una investigación acerca de las uniones tempranas en menores de 16 años que son consecuencia de embarazos no deseados, empujados por la falta de información y la presión del contexto cultural al interior de algunas   familias y  comunidades, lo que conlleva a situaciones de deserción escolar, riesgos de la salud durante el embarazo, el parto y a hechos de violencia intrafamiliar.

En comunidades de la Cordillera de los municipios de Tiquipaya y Sacaba las niñas y adolescentes viven situaciones de vulnerabilidad, debido a las “uniones tempranas” a muy temprana edad. Las uniones tempranas se dan a causa de los embarazos no planificados y un contexto cultural y social que presiona e influye en la construcción de los proyectos de vida de las niñas y adolescentes.



Estas uniones tempranas son consideradas forzadas puesto que, de acuerdo con los testimonios recabados en el estudio, en la mayoría de los casos derivan en el abandono escolar de la niña o la adolescente y riesgos para su salud durante el embarazo y el parto y las coloca en una situación de desigualdad, desprotección y vulnerabilidad. En algunos casos, los embarazos no planificados son frutos de violencia sexual que quedan en la impunidad.

 “Algunas mujeres en la vida de enamoramiento se embarazan y se tienen que juntar, se equivocan pues, sin querer se embarazan y después se tienen que juntar pues…a veces ellas deciden juntarse, pero a veces nosotros les hacemos juntar, aunque no quieran. A algunos les reñimos pues, pero ya no se puede hacer nada, ya está hecha la wawa, tiene que juntarse nomás pues, quiera o no quiera. No podemos permitir que la wawa sufra y este desamparada sin su padre”, manifestó la madre de una adolescente embarazada en Tiquipaya.

La dependencia económica y falta de recursos son característicos en las uniones tempranas ya que un tercio de las adolescentes abandona la escuela para contribuir a la economía familiar como cuenta una adolescente embarazada de Palca, en Sacaba. “Rompía mis polleras para usar como pañales, mi mamá me reñía de eso, pero cuando mi hermana ha tenido a sus hijos, mi mamá, rompía sus polleras negras antiguas y les mandaba para que usen como pañales”.

El miedo y la vergüenza son barreras para acceder a información acerca de métodos anticonceptivos, la menstruación y la sexualidad, además que en algunas comunidades los valores tradicionales promueven que las mujeres estén casadas o unidas, sin importar su edad o las consecuencias limitantes que esto podría conllevar.  “Cuando nos llegaba la menstruación no sabíamos avisar a nadie, así nomás nos sabemos estar, nos sabe dar miedo y vergüenza…así nomás sabe ser hasta acostumbrarnos; después entre nosotras (entre adolescentes) nos sabemos avisar de eso, a veces la mamá se daba cuenta y nos decía que era normal y nada más…yo sé llorar y sé decir qué feo es ser mujer, porque sabe dolerme mucho”, dijo una madre adolescente.

En Bolivia según datos del Ministerio de Salud, cada día se registra 7 embarazos en menores de 15 años, por lo que es una problemática a nivel nacional, que requiere la atención de autoridades, medios de comunicación y la sociedad en su conjunto. Una gran parte de las adolescentes que son presionadas a mantener una unión temprana, abandona la escuela, limitando sus proyectos de vida. “Nadie no me decía nada, tal vez porque mi panza no se notaba y yo no quería que se den cuenta, y por eso al mes de estar embarazada me he salido del colegio. Me daba un poco de vergüenza” comentó una adolescente embrazada de Tiquipaya.

El estudio realizado por UNFPA evidencia que la violencia contra las mujeres es percibida como una “consecuencia natural” que se dará entre los adolescentes luego de haberse unido o embarazado. Se afirma que hay muchos casos de violencia física que no son denunciados a la justicia ordinaria y solamente son llevados a la justicia comunitaria. Una madre adolescente rrlata: “Nosotras no sabemos nada de los derechos, no hemos terminado el colegio y no sabemos nada siempre y quisiéramos que haya capacitación para eso y también ayuda para que sigamos estudiando, así nos podemos sentir más importantes y no quedar en el olvido…”.

El UNFPA, en coordinación con los gobiernos autónomos municipales de Tiquipaya y Sacaba, presentaron los resultados de esta investigación con el ánimo de continuar impulsando las estrategias orientadas a facilitar el acceso a la educación integral para la sexualidad y el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de manera focalizada en las comunidades localizadas en la Cordillera, bajo un enfoque intercultural.

Para acceder a la “Investigación sobre uniones tempranas en menores de 16 años en la zona de la Cordillera de los Municipios de Tiquipaya y Sacaba”.

Fuente: Los Tiempos