Las tareas de Alemania en la presidencia del G7

Alemania asume la presidencia de turno del G7. El medio ambiente es un tema importante en su agenda, pero al final la política internacional será la que dicte la pauta.

Reunión de ministros de Exteriores del G7, en Livero, el 12 de diciembre de 2021. Reunión de ministros de Exteriores del G7, en Livero, el 12 de diciembre de 2021.

Cuando se formó el G7, integrado por Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Gran Bretaña, Italia y Alemania, los temas económicos predominaban en su agenda. Hoy, se abordan los grandes temas de la política internacional y los problemas que solo pueden ser resueltos multilateralmente.



Alemania asume en enero la presidencia de turno. Y hereda de su antecesor, Gran Bretaña, varios asuntos pendientes, como el de la pandemia, que dista de haber sido superada. En la cumbre de los gobernantes del G7 celebrada en junio, en Londres, se acordó distribuir 2.300 millones de dosis de vacunas a países en desarrollo, hasta fines de 2022. Alemania es el segundo país que más aporta a la alianza COVAX.

Uno de los temas centrales de la presidencia alemana será la política climática, según anunció la nueva ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, del partido de Los Verdes. «Podemos aferrarnos a la ilusión de que Occidente es una isla, pero también en ella el agua seguirá subiendo irrefrenable si no actuamos ahora”, dijo. Y recodó que la crisis climática tiene también repercusiones en el campo de la seguridad, no solo en Europa sino, sobre todo, en los países emergentes y en desarrollo.

Cómo tratar con China

Annalena Baerbock. Annalena Baerbock.

Sin la cooperación de China, el G7 no podrá frenar el calentamiento global. Baerbock ha subyarado que «en muchos asuntos globales, las cosas solo se pueden resolver mancomunadamente”. Sin embargo, dentro del G7 hay divergencias en cuanto a cómo tratar con el régimen autoritario de Pekín. Ya en la cumbre de Londres, el presidente estadounidense, Joe Biden, abogó por una postura más dura.

La ministra alemana de Relaciones Exteriores ve en China, en muchos aspectos, un competidor, y un sistema rival. Considera que la cooperación es fundamental en la diplomacia, pero sobre la base del respeto de los derechos humanos y los tratados internacionales. Y habrá que encontrar la forma de enfrentar ese dilema.

También lo ve así el canciller alemán, Olaf Scholz, del partido socialdemócrata (SPD), quien aboga por el realismo en la política relativa a China. Indicó que «la crítica situación de derechos humanos” y ”los atropellos contra normas universales” deben ser «llamados por su nombre”. Pero eso no quita que «un país con el tamaño y la historia de China tiene un lugar central en el concierto internacional”.

Washingon, el «socio principal”

Alemania se propone reforzar su política de «diálogo constructivo”, pero, en el marco del G7, ello no será posible sin el respaldo de Estados Unidos. Y eso lo tiene claro Scholz, quien destacó en su declaración de gobierno que Washington es el «socio principal” en el contexto global.

Olaf Scholz Olaf Scholz.

«Con el presidente estadounidense, Joe Biden, me une la convicción de que las democracias liberales deben demostrarle de nuevo al mundo que tienen las mejores respuestas, y las más justas, para los desafíos del siglo XXI”, afirmó el canciller alemán. Y aseguró que su gobierno siempre abogará por la cooperación multilateral y sus instituciones.

«Una sola voz” ante Rusia

Eso también vale en lo tocante a Rusia. El G7 amenazó con graves consecuencias en el caso de una invasión a Ucrania, que se traducirían principalmente en sanciones económicas. «Cualquier violación de la integridad territorial tendrá un alto precio y en esto hablaremos con una sola voz con nuestros socios europeos y nuestros aliados transatlánticos”, aseguró Scholz ante el Bundestag.

El punto culminante de la presidencia alemana del G7 será la cumbre de gobernantes, a celebrarse del 26 al 28 de junio en los Alpes bávaros. El lugar ya fue sede de una cumbre en 2015.

El ministerio bávaro del Interior ha calculado que la cumbre tendrá un costo cercano a los 166 millones de euros. Casi el 90 por ciento de esa suma estará destinado a medidas de seguridad. En 2015 fueron desplegados allí 20.000 policías de toda Alemania, que convirtieron el sitio del encuentro en una fortaleza. Esta vez, de seguro, no serán menos.

(ers/mn)

Fuente: dw.com