Según datos de la Asociación de Productores Lecheros de Tarija, más de 1.200 familias se dedican a ese rubro en el valle central, con una producción diaria de 150 mil litros
Los productores de leche del valle central de Tarija se quedan con unos 200 mil litros de leche al año, lo que equivale al 5% del total que recibe la Planta Industrializadora de Leche (PIL) Tarija, debido a que no cumple con los parámetros de calidad para elaborar productos lácteos, situación que no solo deja pérdidas económicas al sector sino también que frena su desarrollo.
De acuerdo con los datos de la Asociación de Productores Lecheros de Tarija, más de 1.200 familias se dedican a la producción de leche en el valle central, con una producción diaria de 150 mil litros. Aunque en el último año se redujo entre 22 a 25% a causa del contrabando.
Para mejorar la calidad de la leche y reducir los “rechazos” que se producen en las plantas industrializadoras, 400 productores se capacitaron en buenas prácticas, manejo del ordeño, higiene y producción de leche, curso que feneció el 15 de diciembre y recibió el apoyo de la cooperación Suiza en Bolivia a través del Consorcio Swisscontact, Infocal, PIL Tarija, Caincotar y la Asociación de Productores de Leche de Tarija.
En ese marco, Elvira Miranda Rivera, presidenta Ejecutiva de PIL Tarija, señaló que la capacitación que recibieron los productores no solo permitirá reducir “los rechazos” que se producen en la planta, sino también ingresos adicionales al tener mejor producción, y una mejor calidad de productos terminados.
“Es mucha leche, hay productores que entregan 5 a 10 litros diarios, rechazar eso genera pérdidas, hay familias que viven de la leche como actividad principal”, refirió, en ocasión del acto de entrega de certificados a los productores.
Por su parte, Orlando Gonzales, representante de los productores de leche en Tarija, señaló que la situación económica del sector lechero “es grave”, pues se ven afectados por el contrabando y la falta de mercado, ya que la hoja de costo solo cubre alimentos para el ganado, por lo que destacó el apoyo técnico que recibieron para mejorar la calidad de la leche.
“Los resultados recién comienzan, pero los conocimientos han quedado en las comunidades rurales, eso es lo importante, hemos aprendido, y mucha gente se ha quedado bastante conforme con la capacitación (…). Con estas prácticas de ordeñe e higiene se ha aprendido una nueva metodología, que nos va permitir prevenir de aquí en adelante y para poder obtener mejor resultados en la producción lechera”, comentó. Tras reconocer que la mastitis se ha convertido en un problema endémico de difícil solución en todo el vale central.
Sergio Siles, representante del Consorcio Swisscontact y Embajada Suiza, detalló que el apoyo al sector lechero en el país llega a Oruro, La Paz y Tarija, y para ello se destinó 1,5 millones de bolivianos, aproximadamente, inversión que “vale la pena destacar”, ya que ve reflejada de manera positiva por los resultados que se tiene en los productores de leche, pues el objetivo del programa es mantener las fuentes de empleo y generar nuevas oportunidades.
Centro de acopio y más capacitación
Otros cursos de capacitación sobre alimentación del ganado, asistencia técnica y producción, además de la construcción un centro de acopio, son algunas de las demandas de los productores de leche.
Orlando Gonzales, representante de los productores de leche en Tarija, indicó que los productores demandan ampliar los conocimientos, ya que las enfermedades se producen a cualquier hora y los productores no tienen un veterinario “a mano”.
“La enfermedad de la mastitis ya está, nos hemos dejado ganar, lamentablemente hay que luchar no más contra la enfermedad y la curación. La prevención debería haberse hechos hace 2 a 3 años atrás”, comentó. Ante esa situación, Gonzales considera importante que se vaya capacitando de manera práctica para evitar problemas en la producción de leche y reducir el impacto económico.
También hizo notar que en la provincia Arce, todos los días se ofrecen vaquillas, por lo que advierte que la producción puede reducir, pues la falta de mercado y los gastos que implica el forraje y alimentos para el ganado, dejan a fin de mes un mínimo ganancia para los productores.