Que la nueva cuenta sea de paz y de fraternidad

Hora de despedir el odio, la confrontación, la repetición de acciones marcadas por la Injusticia, el Desgobierno, la corrupción y la discriminación.

Copiando el pensamiento del papa Francisco que cese la persecución a los inmigrantes que se trasladan de un sitio al otro en busca de seguridad, de fuentes de trabajo, de nuevas oportunidad para la familia, de poder educar y formar a los vástagos bajo los cánones de honestidad, competencia profesional, justicia social y de reales oportunidades de desarrollo.



Ha llegado la hora de abrir los brazos, olvidando viejas injurias y prometiendo mejor trato para todos. De pedir por el cese del acoso al que están sometidos miles de bolivianos, en especial aquellos que son perseguidos y encarcelados por causas cuya improbada autoría data de tiempo atrás.

Justicia para Jeanine Añez que lleva más de 10 meses encarcelada. Para Marco Pumari, los miembros de las FFAA y de la Policía que están tras las rejas sin culpa probada y con promesa de un juicio incierto, con vicios de falsas acusaciones, de falsos testimonios condenados sin habérseles probado los cargos, caso curioso de sentencias de hecho, con plazos que se van moviendo de seis en seis meses, lo que provoca justa ira, irritación, malestar.

Aún cuando los portavoces del Régimen imperante se saturan de amenazas de juicios, de venganzas no dichas, de acciones que son de revancha a las claras, hagamos que el optimismo prevalezca sobre toda esperanza.

Que no se repita la inflación que castiga especialmente a los que menos tienen, que la carencia del pan de cada día, no incentive al crimen, el daño hacia el prójimo y a los mayor dotados de nuestra sociedad.

Elevemos preces, sin orgullo humano por la convivencia que debe reinar en Bolivia.

 

Mauricio Aira