Para volar en tu vida diaria sin ataduras, el psiquiatra José Miguel Gaona propone que trabajes tu autoestima
Muchas mujeres sienten que, hagan lo que hagan, fracasan en sus actos, que nadie las valora de verdad, que las menosprecian aunque ellas no merecen ese trato, que en numerosos aspectos dependen de la persona que tienen al lado…
Aprender a vivir sin este lastre que persigue a la mujer es un desafío al que intenta ayudar con su libro el reconocido psiquiatra Dr. José Miguel Gaona. En ‘Poderosa autoestima‘ hace por plasmar que la autoestima es la mejor arma para empoderar al sexo femenino y el cimiento de una vida plena. Que hay que esforzarse cada día para mantener la confianza en nosotras mismas y así poder lidiar con la sumisión en la pareja, la dependencia de los hijos, el malestar en el trabajo, la relación con el propio cuerpo, el inevitable envejecimiento… En definitiva, una «dieta» de autoestima poderosa para identificar las situaciones en las que puedes mejorarla y, a través de ejercicios prácticos, lograr la sensación de ser capaz y así volar en tu vida diaria sin ataduras.
Su libro va enfocado a la falta de autoestima en las mujeres. ¿Cree que el sexo femenino se ama menos que el masculino?
La baja autoestima femenina es la resultante cultural de una larga historia de roles que han comenzado a caducar en nuestra sociedad. Por ejemplo, los papeles secundarios que, en ocasiones, se han otorgado ancestralmente a las niñas, especialmente en actos sociales como los de final de curso. Las niñas a los lados, formando parte de un decorado «vivo», y los niños con un papel más activo. Si partimos de la base que el germen de la autoestima es la sensación de ser capaz resulta que otorgamos esta cualidad, la de ‘ser capaz’ más a un sexo que a otro. Afortunadamente, creo que esta cuestión está cambiando de una manera importante en las últimas décadas.
Para hacer un libro dedicado a la autoestima es porque la considera primordial en todo ser humano…
Principalmente por esa sensación anteriormente mencionada de ‘ser capaz’ lo que va a generar una serie de razones relacionadas con una mayor seguridad en nosotros mismos, cosa que nos va a enorgullecer y a favorecer en convertirnos en personas más sabias, con sentido del humor y mayor tolerancia la frustración. Sentirnos seguros de nosotros mismos nos otorgará la capacidad para pensar que podemos afrontar los problemas que se vayan presentando. A su vez, esta seguridad va a favorecer la sensación de que merecemos las cosas positivas que nos acontecen.
Quienes no la tienen, ¿a qué factores hay que pedir explicaciones? ¿Cuáles son los síntomas de una baja autoestima?
El primer factor que suele explicar una baja autoestima nace en la seguridad que los padres han transmitido a sus hijas, en este caso. En el fondo existe una ecuación invisible de la que muchas veces no llegamos a darnos cuenta: ‘si ni siquiera mis padres me quieren, ¿quién me va a querer?’. Esa principal fuente de valor nace de aquellas personas que nos han valorado en nuestros primeros años de vida.
Una baja autoestima genera una sensación de ser menos capaces, menos creativas y útiles. Aquellas con baja autoestima buscarán objetivos fáciles y conocidos. El ser conscientes de esto último servirá para afirmar negativamente, una vez más, su autoestima.
Al contrario de la autoestima está la falsa autoestima, relacionada con la superioridad. ¿Qué puede decir de ella?
Muchas de las cualidades de la autoestima se encuentran ausentes de este tipo de personajes como, por ejemplo, tolerancia a la crítica resultado de una seguridad en sí misma, respetar opiniones ajenas, ser agradecidas con los demás, aprender del éxito de los demás, etc. Exageran méritos y capacidades. Gustan de deslumbrar y buscan la admiración como un objetivo en sí mismo ya que su propio sentimiento de inseguridad les produce malestar si no son el foco de atención constante para los demás. Pero quizás su mayor defecto es la de no poder soportar críticas dada la precaria construcción de su autoestima
¿Cómo formamos el concepto de uno mismo?
Una niña está construyendo, mientras está en la fase de desarrollo, el concepto de sí misma: va formando una idea de quién es, si agrada a los demás, si es aceptada o no lo es. Creará unas expectativas acerca de sus posibilidades. Se encontrará bien, consigo misma o. Por el contrario, a disgusto con lo que hace. Creará un clima, un tono emocional, una predisposición a disfrutar con los retos de la vida; o a padecer, a lamentarse, a ver lo negativo. En definitiva, va interiorizando la percepción valorativa de ‘su’ ser.