Solo para entendidos…

Eran las siete de la noche en un sitio sin tiempo y ellos se preparaban para dar la bienvenida al recién llegado.

Charles Aznavour dio el aviso y los demás se asomaron a la inmensa puerta blanca.



Juan Gabriel fue el primero que se alegró cuando supo que llegaba. Atrás quedaban las ofensas recibidas.

– Es tiempo de perdón.

-Le susurró al oído a Rocío Durcal que fumaba junto a Junior, mientras Rocío Jurado se acomodaba el escote y Jenny Rivera bostezaba algo aburrida.

Cacho Castaña las miraba a las tres.

Ya sabían que venía y pensando en eso alistaron la bienvenida.

Era algo sencillo, pero con música.

Luisito Aguilé junto al otro Luisito, el Padre de Luis Miguel pensaron que era buena idea cantar «El Arracadas» junto a Demis Roussos pero no habían avanzado mucho, todo por culpa de Nelson Ned que quería cantar «El Rey», canción que no le gustaba a Armando Manzanero.

José José,  Cantinflas, Paolo Salvatore, Pedro Vargas, Javier Solis, Pedro Infante, Los Panchos y Jorge Negrete tenían preparada una versión de «Que te vaya bonito» y discutían sobre quién la empezaba.

En esa discusión se metió Mercedes Sosa que cuchicheaba con Horacio Guaraní y Jorge Cafrune sobre el festival de Cosquín, opinó complicando más el asunto, mientras Celia Cruz sonreía  divertida con la situación.

Días antes, Domenico Modugno junto a Gian Franco Pagliaro, Bruno Lomas y Joe Dassin habían preparado «Mujeres Divinas», pero no estaban seguros si era buena idea. Facundo Cabral pensaba que «El Maguey» estaba mejor.

Por su parte,  Libertad  Lamarque, Paco de Lucía, Camilo Sesto, Sabú, Quique Villanueva, Miguel Gallardo, Manolo Otero y Joan Sebastian tenían lista una versión de Volver Volver, pero tenían que arreglar el tema, porque Basilio pedía que le suban dos tonos, algo con lo que no estaban de acuerdo Mari Trini ni Rafaella Carra.

Siempre lo hacían.

Ellos pensaban que no había mejor homenaje que homenajear en presente. Muchos años antes, la noche que llegó Gardel nació la idea del junte de bienvenida y realmente había un buen ambiente.

Sentados en torno a un piano estaban Nino Bravo, Leonardo Fabio, Sandro, Eduardo Franco y más allá, Gustavo Cerati le pasaba un porro al flaco Spinetta y a Federico Moura, ante la atenta mirada de Sergio Dennis.

Todos charlaban alegres, recordando anécdotas, viajes, conciertos y festivales.

Lola Flores le contaba chistes a Manolo Galván y este bien distraído, contemplaba a Selena que le daba la espalda.

Todo era emoción.

De pronto se abrió la puerta y una voz algo gangosa dijo en voz alta:

– «Que pasa muchachos, ¿hay o no hay tequila en este sitio?»

Salieron gritos de júbilo y aplausos de entre todos…

Don Chente, había llegado.