El Gobierno contradice a la DEA y busca desvincular a Evo de Dávila

 

Mauricio Quiroz Terán

“El Macho” era el nombre con el que operaba el coronel Maximiliano Dávila en la organización criminal de la que fue parte. El papel que desempeñaba consistía en proteger los alijos de cocaína procesados entre Bolivia y Perú para enviarlas a Centroamérica.

La revelación fue presentada ayer por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, un día después de esta acusación formulada por Dávila antes de ingresar al penal de San Pedro en La Paz: “Ese ministro está queriendo incriminar al presidente (Evo) Morales”.

“Estas investigaciones datan de febrero de 2020, época en la que Evo Morales ni se encontraba en el país. Esto se basa en un informe realizado por Inteligencia, que tiene coincidencias con el informe de Interpol”, sostuvo Del Castillo en conferencia de prensa para responder al exjefe policial.
Del Castillo no mencionó que Maximiliano Dávila fue el último jefe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) durante el gobierno de Morales.

El expresidente no se ha referido al caso, a pesar de que habitualmente responde desde sus redes sociales. Desde su cuenta en Twitter, el líder del MAS hizo comentarios sobre temas internacionales y lanzó críticas a la OTAN y Estados Unidos por la crisis entre Rusia y Ucrania.

El ministro de Gobierno señaló que durante el gobierno transitorio de Jeanine Áñez se incrementó la actividad del narcotráfico. Incluso afirmó que un familiar de la expresidenta fue acusado de estos delitos en Brasil.

Sobre la organización de “El Macho”, Del Castillo dijo que se logró establecer que hubo una “reunión presencial”, precisamente a inicios de 2020, cuando Áñez estaba en el poder. Dijo que en ese encuentro participaron Jorge Roca Suárez, ‘Techo de paja’, el exmayor Omar Rojas, un ciudadano dominicano identificado con las iniciales DRC y Angus Nieto, hoy prófugo de la justicia.

Rojas, que está detenido en Colombia y con pedido de extradición a Estados Unidos, jugó el papel de intermediario entre el proveedor ‘Techo de paja’, capturado en Perú, con Angus Nieto y RDC, los “compradores” de la cocaína producida en su fase inicial en Perú y refinada en Bolivia, señala el informe presentado ayer en una rueda de prensa.

La DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, tiene una versión que guarda relación con el informe de inteligencia de Bolivia. Eso sí, el reporte boliviano se focaliza en un solo evento y es muy parecido a un comunicado emitido por la Policía de Colombia en abril de 2021 sobre la captura de “Techo de Paja”, Rojas y otros ciudadanos de esta red.

En todo caso, la DEA señala que la organización criminal pudo enviar unas 100 toneladas de droga a mercados de Centroamérica entre enero de 2019 y finales de 2020, cuando esta fue desarticulada. Identificó el riesgo de que el estupefaciente llegue a Estados Unidos desde julio de 2019, cuando Morales era presidente y Dávila jefe de la Felcn.

La primera vez que el informe de la DEA se publicó fue en un reportaje de la revista colombiana Semana, el 8 de enero de este año. Luego, EL DEBER accedió al reporte de la operación Andes que ejecutó las policías de Perú y Colombia en coordinación con la agencia antidroga de EEUU.

Los resultados de esta acción sirvieron de base para la formulación de una acusación formal contra Dávila que data desde hace más de un año. De hecho, el Gran Jurado de la Corte para el Distrito Sur de Nueva York emitió el 22 de septiembre de 2020 un requerimiento formal, referido como los casos “S10 19 Cr. 91 (DLC) además de S8 19 Cr. 91 (DLC)” en el sistema judicial estadounidense, según conoció esta redacción. En este proceso también fue acusado el exmayor Omar Rojas, detenido desde marzo de 2021 en Colombia y con una orden de extradición aprobada. Ahora, solo resta una orden que sea firmada por el gobierno del presidente Iván Duque para que el expolicía boliviano sea enviado a la Corte de Nueva York.

Respecto a Dávila, la justicia de Estados Unidos solicitó a uno de los implicados en el caso destapado tras la operación Andes. El excomandante la fuerza antidroga de Bolivia fue retirado del cargo el 22 de noviembre de 2019 y un año después, tras las elecciones nacionales de 2020, fue designado comandante de la Policía en Cochabamba. Mientras ejercía esa responsabilidad, se formalizó una acusación en su contra en EEUU, pero no se solicitó su extradición.

Legisladores del gobernante MAS, como los senadores Félix Ajpi y Leonardo Loza, anticiparon un rechazo ante cualquier pedido de Estados Unidos contra Dávila. “La Fiscalía de Bolivia tiene sus problemas, pero debemos respetar nuestra soberanía”, afirmó Ajpi.

En todo caso, la organización de Dávila afectó los intereses de Estados Unidos “desde aproximadamente julio de 2019, hasta septiembre de 2020 inclusive, en Bolivia, Perú, y otros lugares”, señala la acusación.

El informe de la DEA fue remitido a la justicia de Estados Unidos por Jeremy Kirk, el Agente Especial de la Administración para el Control de Drogas (DEA). Allí se incluyen detalles de las operaciones de esta red que contó con el apoyo de autoridades del país.

“Es una organización internacional dedicada a mover grandes cargamentos de cocaína desde Bolivia y Perú empleando aeronaves de alta gama que salían desde pistas clandestinas en el norte de Bolivia hacia Centroamérica con destino final en Estados Unidos y utilizando a funcionarios oficiales para facilitar el ingreso y salida de esas aeronaves”, señala el informe de la operación Andes en la que participaron agentes de Colombia y Perú, además de funcionarios de la DEA, sobre la base de “un intercambio de información”.

Dávila fue capturado el fin de semana en Villazón. De este modo, la Policía evitó que salga del país. Fue enviado a prisión por un caso de lavado de dinero. La fiscal Lupe Zabala reveló de evidencias que “dan cuenta de una relación” entre Dávila y Rojas, que incluye viajes a Colombia y transacciones de dinero entre ambos.

En cuanto Roca Suárez, ‘Techo de Paja’ regresó al país luego de cumplir su condena en Estados Unidos por el delito de narcotráfico. El informe boliviano indica que quería volver al negocio y que para ello acercó a Rojas, conocido como el “hombre de los contactos con narcotraficantes”, quien, junto a su mano derecha, Ignacio Angus Nieto, deciden traficar droga con miras al mercado mexicano.

La oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) consideró que Bolivia es “un país tránsito de droga”, mientras que la policía antidroga de Perú identificó en 2020 al menos siete rutas, aéreas y terrestres, que se usan para el transporte de droga desde ese país a través de Bolivia. Estas rutas son vigiladas por los cárteles brasileños, se informó.

Según datos del gobierno boliviano, Beni y Santa Cruz concentraron el 84% de las pistas clandestinas que se utilizaron para el narcotráfico. En 2021, la policía antidroga logró destruir 46 narcopistas en cinco departamentos del país. Lo inédito sucedió en Tarija, donde se encontró una senda que servía para cargar cocaína producida en el Chaco para luego llevarla a Paraguay y Argentina.

En el reporte final sobre la destrucción de drogas incautadas en Bolivia en 2021, realizado por Unodc, se informó que la Felcn y el Ministerio Público realizaron 565 actos de destrucción de drogas ilegales, un 21% más con relación al 2020 cuando se efectuaron 467 eventos. La Unión Europea destacó este rendimiento.