Varios sectores antivacunas criticaron públicamente los decretos y anunciaron protestas para que sean derogados. En Twitter se libró una batalla a favor y en contra de la medida. .
Fuente: paginasiete.bo
Isabel Mercado / Bolivia Verifica
El 23 de diciembre, un día antes de la Navidad, las autoridades bolivianas dispusieron la exigencia de la presentación del carnet de vacunación anticovid con el esquema completo para ingresar a lugares donde se generen aglomeraciones, incluidos mercados, instituciones públicas y centros educativos, o para viajar dentro del país.
El Decreto Supremo 4641 establece en su artículo 1: “a) Implementar el Carnet de Vacunación contra la COVID-19 en todo el territorio nacional, como el documento oficial certificado por el Ministerio de Salud y Deportes, que acredita que una persona fue vacunada en el Estado Plurinacional de Bolivia.
A los nuevos vacunados se les aceptará el carnet con el registro de la primera dosis, con el compromiso de completar el esquema cuando corresponda, indicó.
Quienes “ejerzan su derecho a no vacunarse” deberán presentar pruebas PCR negativas con una antigüedad máxima de 48 horas para viajes o ingresar a lugares concurridos, precisó Auza.
Además, los funcionarios públicos deberán presentar sus certificados de inmunización en las oficinas de Recursos Humanos de sus respectivas dependencias y en caso de no querer vacunarse, tendrán que mostrar semanalmente una prueba PCR negativa, agregó la autoridad.
A partir de este anuncio se produjeron, por un lado, masivas aglomeraciones en los centros de vacunación de todo el país con gente queriendo inmunizarse, y por el otro, respuestas de rechazo de la medida en diferentes sectores y contextos.
Cantidad de dosis aplicadas diariamente
Manifestaciones en las principales ciudades fueron acompañadas por un intenso debate en redes sociales que puso en evidencia las posturas divergentes que existen en Bolivia en torno a las vacunas contra el Covid 19.
Las posturas opuestas se encumbraron entre quienes defendieron la obligatoriedad apuntando a que se trataba de un tema de salud pública y por el otro lado, quienes criticaron la medida aludiendo que se violaba una decisión personal. Por ello, entre los términos usados en el debate apareció la palabra “libertad”.
Pese al resultado exitoso de registrar casi medio millón de personas vacunadas en los primeros días de enero (en diciembre la inmunización registraba apenas entre 2.000 y 3.000 personas diariamente), la exigencia del carnet fue aplazada.