Foro de San Pablo Escobar Gaviria

 

Como no podía ser de otra manera, el destino de esta entelequia izquierdista continental, que se ha encaramado en varios de los gobiernos de la región con el alias camaleónico de “Foro de Puebla”, ha principiado a mostrar sus verdaderos objetivos con los que fue creado, como fue el ordeño cruel a la vaca  venezolana, hasta dejarla exangüe y al borde de la tuberculosis; los créditos buitres que esperan comerse a la Argentina; los cárteles de la droga que amenazan disociar a nuestros pueblos; y otras arbitrariedades que no están ausentes de su agenda.



Mientras los latinoamericanos vemos estupefactos el destino que están corriendo los otrora países llamados “locomotoras económicas” de este tren del tercer mundo como: México, Brasil, Argentina y Venezuela, no dejamos de observar, también con asombro, que la conducción de ese tren la van asumiendo los furgones de cola que antaño eran: Perú, Chile, Paraguay, Ecuador y Bolivia.

¿Cuál es la razón de este absurdo, como desquiciado fenómeno? Sin duda alguna es la corrupción, el asistencialismo, el narcotráfico, la inseguridad ciudadana, el descontrol de la violencia  y muchos otros factores que se han constituido en un común denominador entre estas naciones regidas por  gobiernos populistas de izquierda e inspirados en la entelequia del Foro de São Paulo, diseñada por Fidel Castro en la década de los 90, para contrarrestar sus penurias de sobrevivencia originadas a partir de la suspensión de las subvenciones provenientes de la extinta Unión Soviética.

Hace quince años que los bolivianos hemos celebrado un pacto con el Chapare y son varios los lujos y larguezas que dicho convenio nos ha concedido, a cambio de un ciego culto a la “hoja sagrada” que nos motivó a gritar: “Causachun coca”. Aviones de lujo; miles de automóviles que ingresan al país diariamente, obviando trámites aduaneros; centenares de viajes a latitudes impensadas, para codearnos con reyes, príncipes y personajes que dominan el mundo; doctorados Honoris Causa y condecoraciones, aun conociendo nuestra reticencia a las universidades; edificación  de palacios, fábricas y plantas industriales, cuyos productos no verán ni nuestros nietos; aeropuertos, donde jamás necesitarán llegar aviones, solo salir aquellos que lleven a la Diosa Blanca; puentes sin ríos y caminos que no van a ninguna parte. En fin, toda una serie de prebendas que concluirán en el tiempo determinado por el pacto.

Según informa Página Siete, hace tres días, el comandante general de la Policía, Jhonny Aguilera, al referirse a esta cadena narco productiva, confirmó que: “en los cuadros de relaciones o nexos más importantes de posibles autores de narcotráfico, lavado de dinero y tráfico de influencias, aparecen bien identificados cuatro coroneles; dos hermanas y personal allegado a otros dos ex jefes policiales investigados por la Agencia de Control Antidrogas (DEA), Maximiliano Dávila y Alexander Rojas, hermano de Omar Rojas.” De ahí se desprende que la institución, llamada por Ley a combatir todos esos delitos, ha sido completamente permeada por esa transnacional del crimen, hoy rebautizada con el denominativo de Foro de Puebla, como dijimos líneas arriba, pero que en los hechos se ha convertido en el Foro de San Pablo Escobar Gaviria.

 

Álvaro Riveros Tejada