Inversión externa

La inversión extranjera directa (IED), no es nada más que la transferencia de capitales provenientes del extranjero, al tercer trimestre de 2021 alcanzó a $us. 635 millones, ampliamente superior al mismo periodo de 2020, este dato macroeconómico conlleva a una recuperación económica internacional y sobre todo nacional.

No olvidemos que las empresas extranjeras para realizar sus inversiones en países consideran varios aspectos que disminuyan el riesgo de recuperación de su inversión, para lo cual toman en cuenta la calificación del “Riesgo país” que suelen emitir empresas calificadoras internacionales.



Uno de los aspectos y requisitos imprescindible que observan las empresas es que el país destino de sus inversiones tenga un gobierno legal y legítimo, vale decir que sea democrático y que cuente con el respaldo de su población, no otra cosa significó que en el último trimestre de 2019, con la asonada del movimiento cívico junto a policías y militares (todavía no había pandemia ni confinamiento) la inversión extranjera alcanzó números negativos (casi $us. 200 millones), al primer trimestre de 2020, ya con el gobierno de Añez, la tendencia seguía negativa, en dicho régimen la IED llegó a menos $us. 226 millones.

En noviembre de 2020 se posesiona el gobierno elegido, que coincide con una reducción de las drásticas medidas ejecutadas en la pandemia, la gestión 2021 se caracteriza por una recuperación de la economía internacional y nacional, esta recuperación hace que los capitales, vuelvan a su dinámica financiera; en este sentido, al tercer trimestre de 2021 la IED llegó a $us. 635 millones, inversiones que se distribuyeron en 34% hidrocarburos, 33% minería, 22 industrias manufacturera.

Estas inversiones contribuyeron a que la economía nacional se posesione en tercer lugar en Sudamérica (crecimiento); sin embargo, surgieron los viejos discursos, de los eternos analistas económicos, de crear desconfianza en los agentes económicos, que ya en 2006 afirmaron que las nacionalizaciones ahuyentarían las inversiones extranjeras, luego en 2018 dijeron que el modelo estaba desgastado y que la parte ideológica del gobierno era un estorbo para estas inversiones, luego llega la asonada de noviembre 2019 se posesiona un gobierno “liberal” paradójicamente la IED llega a cifras negativas. 2021 se inicia con un gobierno producto de las urnas, casi paralelamente empiezan a llegar los inversores extranjeros, que ven con buenos ojos el colocar capitales productivos en el país.

Otro objetivo de los “predicadores de la crisis” es el querer posesionar que los bonos soberanos emitidos por el gobierno “no pudieron ser colocados” en el mercado financiero internacional, debido según ellos a que no había confianza en el nuevo gobierno, nunca analizaron que la crisis de la pandemia prácticamente paralizó el sistema financiero internacional haciendo que los activos y pasivos estén aletargados, en la presente gestión estoy seguro de que la historia cambiará.

Bolivia se encuentra en buen camino de recuperar el dinamismo y crecimiento económico, al igual que el resto del planeta, el modelo Económico Social Comunitario Productivo ya demostró de sobremanera que sigue vivo y dando buenos frutos y los empresarios internacionales y nacionales  reflejan esa confiabilidad al incrementar sus inversiones en el país, no dejemos que nuestros eternos analistas económicos que predican la crisis económica siembren la desconfianza en nuestro pueblo.

 

Miguel Angel Marañón Urquidi