Cuando los pronósticos estiman que entre un cuarto y la mitad de la población israelí se contagiará durante las próximas semanas de la variante Ómicron, Israel habría perdido el control de la propagación de la enfermedad, mientras nadie está seguro que la vacunación de rebaño sea algo grave.
En una rueda de prensa anoche, el Primer Ministro Naftali Bennett declaró que es imposible realizar millones de pruebas y aislar a millones de personas, por lo que no hay más remedio que concentrarse en proteger solamente a los vulnerables.
¨Israel cerró sus fronteras al ingreso de extranjeros ya hace cinco semanas ganando un tiempo valioso antes de la multiplicación de los contagios, lo que permitió la vacunación de muchos niños y la compra de grandes cantidades del remedio Plaxovid, que evitará la gravedad de la enfermedad y reducirá la cantidad de pacientes hospitalizados¨ dijo Bennett.
Cuarta dosis
¨Les anuncio que el Director General del Ministerio de Salud me informó a mí y al Ministro de Salud acerca de su decisión de permitir la administración de una cuarta dosis de la vacuna a los mayores de 60 años y a los equipos médicos, una vez transcurridos por lo menos cuatro meses desde recibida la dosis anterior¨, agregó.
Bennet sostuvo que la decisión está apoyada por la mayoría de los expertos y que se trata de una nueva capa de defensa. Además enfatizó que la política de ser los primeros en el mundo en suministrar la tercera y la cuarta dosis es la que protegió hasta ahora a los ciudadanos. El porcentaje de fallecidos de COVID per cápita en Israel es uno de los menores del mundo.
En total, desde el inicio de la pandemia, se han registrado 1.394.407 contagios en Israel, y 8.244 muertos, según datos oficiales.
En este país de 9,2 millones de habitantes, donde la mitad de la población recibió la dosis de refuerzo, los casos graves se dan sobre todo en personas no vacunadas, según los datos publicados por las autoridades.
Fuente:Radio Francia Internacional
