Los escándalos de Djokovic: reacciones violentas, declaraciones desacertadas y el torneo de la polémica en pandemia

El tenista serbio, número 1 del mundo, siempre estuvo en el ojo de la tormenta por sus actitudes dentro y fuera de la cancha

Todos comprendieron que Djokovic no tuvo intención de hacerlo, pero el árbitro general del Slam neoyorquino, Soeren Friemel, lo descalificó, tal cual lo establece la sección 8 (punto 4, letra M, apartado 4a), por la que se establece que “el abuso de pelota se define como golpear una pelota de forma intencionada o imprudente, golpear una bola peligrosamente o imprudentemente dentro o fuera de la cancha o golpear una pelota sin tener en cuenta las consecuencias”.

Novak se disculpó durante 10 minutos, en los que también intentó hablar con la jueza que recibió el golpe, pero no hubo marcha atrás y el sueño de un nuevo título de Grand Slam se le quedó atravesado, justamente, en la garganta.

En el US Open 2020, la raqueta de Serbia le dio un pelotazo a una jueza de línea (Al Bello/Getty Images/AFP)En el US Open 2020, la raqueta de Serbia le dio un pelotazo a una jueza de línea (Al Bello/Getty Images/AFP)

Superada la primera mitad de la temporada 2021, se disputaban los postergados Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Djokovic llegaba de perder en semifinales ante el alemán Alexander Zverev y, el sábado 31 de julio, enfrentaba nuevamente al español Carreño Busta, esta vez por la presea de bronce. De esta manera, al N°1 se le había desvanecido la posibilidad de conseguir su primera medalla de oro, que le hubiera dejado abierta la chance del Golden Grand Slam (oro olímpico y los 4 Majors). Tal vez, esta nueva frustración lo llevó a protagonizar un compendio de malos ejemplos, para aquellos que lo seguían por TV.

Después de algunas expresiones de nervios, revoleó su raqueta a la tribuna (que por protocolo estaban sin público), a la que luego acabaría por destrozarla contra la red y la superficie de la cancha. El español terminó quedándose con la victoria y el bronce, en casi tres horas de partido. Pero los papelones del serbio no terminarían ahí, porque luego dejó plantada a su compatriota y compañera de dobles mixto, Nina Stojanovic, en el match por el bronce de esa especialidad, aduciendo dolores de hombro.

La relación con su pareja Jelena Ristic tampoco quedó al margen de los conflictos públicos de Djokovic. El 24 de febrero de 2017, su esposa comenzó a realizar un Facebook Live de uno de los entrenamientos de su marido, pero los modos de Novak provocaron la reacción de su esposa, en vivo. “No me gusta cómo lo hacés, acerca más la cámara, así me sienten más íntimo, más amigable”, le dijo de una manera poco amable, de ahí la respuesta y el reproche de ella: “¿Adónde están tus modales? ¿Un gracias amor no es la forma correcta de decirlo?”.

El hecho de ser figura pública ha dejado a Djokovic expuesto hasta para los comentarios de relaciones y de pareja. No faltaron los rumores de rupturas y romances extramatrimoniales que llevaron hasta al mismísimo John McEnroe a decir sobre Novak que “puede terminar como Tiger Woods”. La publicación de fotos del serbio junto a la actriz danesa Deepika Padukone en el Daily Mail, sólo fue superada con la llegada de Tara, segunda hija de Jelena y Nole.

Las relaciones con sus entrenadores tampoco han quedado exentas de momentos calientes. El estadounidense Tod Martin había sido contratado para mejorar su servicio, pero al poco tiempo quedó descartado por no encontrar resultados.

Djokovic y su esposa Jelena (REUTERS/Marko Djurica)Djokovic y su esposa Jelena (REUTERS/Marko Djurica)

Luego del impasse impuesto con su histórico entrenador Marjan Vajda, el N°1 buscó a otros entrenadores, pero no encontró lo que estaba buscando. Cuando el ex multi campeón de torneos de Grand Slam Boris Becker fue separado de su cargo, no se quedó callado y apuntó: “No dedicó todo el tiempo que debería para entrenar, en estos últimos meses, y él lo sabe. El éxito no llega jugando bien sólo un torneo o apretando un botón, se trabaja, porque los rivales también lo hacen”.

Andre Agassi tampoco duró mucho y dijo lo suyo, cuando fue separado junto con Radek Stepanek: “Traté de ayudar a Novak con las mejores intenciones, pero hubo demasiadas diferencias de criterio”.

Ni en una cancha de fútbol quedó exento de recibir algún tipo de reprobación. En su visita a la Argentina, en noviembre de 2013, ingresó con Nadal a la Bombonera y se ganó el abucheo de la hinchada de Boca. Es que el serbio, pocos días antes, había recibido un carnet de socio de San Lorenzo de Almagro, porque dijo que era su equipo favorito, debido al afecto que sentía por el Papa Francisco.

Pero no todo lo vergonzante debe quedar circunscripto a una cancha, Novak Djokovic se propuso atravesar esas líneas blancas que demarcan los límites de un court de tenis y se esforzó en proyectarlas delante de los micrófonos, como en septiembre de 2011, cuando Serbia recibió a la Argentina de Tito Vázquez, que incluía a Nalbandian y a Del Potro, por las semifinales de Copa Davis.

Novak había llegado dos días más tarde que el resto de sus compañeros a Belgrado, luego de haber obtenido el US Open en Nueva York. Alegando cansancio, evitó enfrentar a David Nalbandian el primer día y, en su lugar, jugó Viktor Troicki.

El 2-1 con el que Argentina llegó al domingo, obligó a la decisión de Djokovic de saltar a la cancha (en lugar de Troicki), para enfrentar a Del Potro. El tandilense se quedó con el primer set y, apenas iniciado el segundo, Novak se tiró al piso gritando de dolores en su espalda. Con gestos ampulosos quiso demostrar su afección, durante su abandono del partido. En conferencia de prensa, y para expresar su buen compañerismo, Djokovic dijo que había decidido jugar a pesar de su lesión, porque él, “al 60% soy más que Troicki al 100%”.

El tenista serbio mostró siempre su forma de ser en públic (EFE/JuanJo Martín) El tenista serbio mostró siempre su forma de ser en públic (EFE/JuanJo Martín)

Una década después, y durante la última conferencia de prensa en el ATP Finals de Turin, en otra muestra similar delante de los micrófonos, respondió que no sabía si podría ganar la Copa Davis. “Este año he ganado tres Grand Slam y otros títulos, pero la Davis es un torneo en equipos, no juego yo solo, así que no depende de mí, por lo que no puedo asegurar si podré ganarla”.

Otro acontecimiento para destacar fue su comentario durante los JJOO de Tokio (antes del papelón de las raquetas) sobre el manejo de las presiones y la salud mental de los deportistas de alto rendimiento. En ese momento, la consulta de la prensa llegaba no sólo por la tenista japonesa Naomi Osaka, sino también por los recientes hechos y declaraciones que habían sacado de competencia a la gimnasta estadounidense Simone Biles.

“Sin presión no hay deporte profesional. Si tu objetivo es estar en la cima del juego, es mejor que comiences a aprender cómo lidiar con esos momentos, en la cancha pero también afuera de ella”, lanzó Djokovic al micrófono que tenía frente a él y resultó muy poco empático con aquellas estrellas del deporte que acababan de reconocer los problemas que padecían.