¿Por qué gran parte de la población apoya los golpes de Estado?

Manifestación de apoyo a los militares golpistas en Uagadugú, capital de Burkina Faso, el 25 de enero, un día después del golpe de Estado que derrocó al presidente Roch Marc Christian Kaboré. AFP – OLYMPIA DE MAISMONT


El golpe de Estado militar en Burkina Faso (África del Oeste), es el más reciente de una serie de levantamientos militares producidos en la conflictiva región del Sahel, desestabilizada por los ataques de grupos yihadistas, la corrupción, y la falta de resultado de las políticas antiterroristas. Gran parte de la población apoya esas asonadas, confiada que los militares traerán la estabilidad.

La situación de inseguridad general que se vive en el Sahel desde hace varios años ha provocado un gran descontento entre la población local, que se traduce en protestas sociales y, frecuentemente, desemboca en golpes de Estado, afirma Dagauh Komenan, historiador, especialista del Sahel de Casa África. Hay una constante, ‘el hecho que la población no se siente protegida por el gobierno, es la clave de esos golpes’, subraya.



Burkina Faso es considerada como el eslabón más débil de África occidental contra los grupos yihadistas que operan en la región del Sahel. En 2020 los ataques terroristas provocaron más de 2.000 muertos, en su mayoría civiles, el desplazamiento de casi 2 millones de personas que debieron abandonar su hogar, y el cierre de muchas escuelas. Es un contexto de frágil democracia.

«Se han visto escenas de alegría popular en Mali, en Burkina Faso, en Guinea, porque también hay un descontento frente a los gobiernos que estaban. El irrespeto de las leyes que permiten a los gobernantes eternizarse en el poder, o bien sucederse de manera hereditaria, aunado a la incapacidad del gobierno para frenar las acciones terroristas, permiten entender la reacción de la población frente a estos golpes de estado», analiza el, especialista del Sahel de Casa África.

El apoyo de la población a los militares suele durar poco. Se disuelve en función de los escasos resultados que se producen al cabo de algunos meses. Los militares burkineses han prometido el ‘retorno al orden constitucional’ en un plazo ‘razonable’, sin fijar fechas. Su mayor desafío será contener los ataques terroristas que se producen notablemente en el norte del país, en la frontera con Mali. Dagauh Komenan juzga que «no se puede vencer militarmente al terrorismo, lo que se puede hacer es vaciarlo de su sustancia que es básicamente el apoyo popular».

El golpe de Estado de Burkina Faso tendrá importantes efectos fuera de sus fronteras, particularmente para Francia. El país, junto Mali, hacen parte del G-5 Sahel, la alianza militar promovida por Francia para combatir el terrorismo en esa conflictiva zona. Esos países «no entran en el patrón de lo que es normal en la cooperación militar entre Francia y los países africanos: un gobierno civil es con quien hablar. Encima la población está harta, un poco enfadada; percibe la presencia francesa como invasiva, una fuerza de ocupación. Así que para ganarse el apoyo popular ellos (los militares) van a jugar sobre este sentimiento para consolidarse y ganar legitimidad», estima Dagauh Komenan, especialista del Sahel de Casa África.

Texto por: Braulio Moro