En Francia, los consumidores ya sienten los efectos de la guerra en Ucrania. Las incertidumbres en los mercados han causado un aumento de 22% del precio del diésel en Francia, en tan solo dos semanas. Y en vísperas de las elecciones presidenciales, el tema se coló en la campaña electoral. Testimonios de automovilistas.
La coyuntura energética actual, marcada por un notable aumento de precios, es «comparable en intensidad y brutalidad con la crisis del petróleo de 1973», afirmó el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire.
En esta gasolinera de la periferia de París, todos los precios de los combustibles superan los dos euros desde el estallido de la guerra en Ucrania. «[Antes de la guerra], llenar mi tanque me costaba 110 euros, ahora me cuesta 145 euros. Es grave. Entonces me limito a 90 euros, manejo menos, trato de usar más el metro y el tranvía. Hago 160 km al día. En dos semanas me gasté 300 euros de gasolina», dice a RFI Paul, un automovilista.
Sentado en su auto azul, Mohamed, un parisino que no usa mucho el transporte público, también se ve obligado a reducir el uso de su vehículo: «Trato de limitar mis movimientos. En lugar de usar el coche tres veces al día, solo lo uso una vez a la semana para irme de compras. Antes, para llenar la mitad del tanque, me gastaba 20 euros, ahora me cuesta al menos 30 o hasta 40 euros», declara.
Ivan, quien llena el tanque de su auto cada semana, ha notado que su gasto «casi se duplicó». «Entonces trato de usar menos el coche. Este fin de semana me iré a comprar una bicicleta. Quiero desplazarme más en bicicleta, y por solidaridad indirecta con el pueblo ucraniano: uso menos la calefacción y consumo menos gasolina», afirma, entrevistado por RFI.
Otros automovilistas optan por instalar un motor híbrido para poder alimentarlo con biocombustible cuyo precio es inferior a un euro el litro.
El precio de la gasolina en Francia ya había aumentado notablemente a finales de 2021 debido al alza de la demanda mundial en un contexto de recuperación económica post confinamiento. Para compensar esta tendencia, el gobierno francés otorgó un cheque puntual de 100 euros a 38 millones de contribuyentes. Una ayuda que busca disipar el descontento en las zonas rurales particularmente vulnerables al alza del combustible.
En 2018, la revuelta de los «chalecos amarillos» surgió precisamente a raíz de un proyecto para aumentar el precio de la gasolina.
A menos de un mes de las elecciones presidenciales, los candidatos proponen varias medidas que van desde otorgar otra ayuda especial a los hogares más modestos, hasta reducir los impuestos al combustible o exigir a las empresas petroleras a que renuncien a sus ganancias récord.
