Los países occidentales anunciaron este 24 de marzo medidas para encarar el riesgo de escasez alimentaria mundial debido a la invasión de Ucrania por Rusia, dos grandes exportadores de trigo.
Con nuestro enviado especial en Bruselas Anthony Lattier, y la AFP.
Rusia es el mayor exportador de trigo del mundo, y Ucrania el cuarto. Decenas de países dependen de su producción.
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Amenazas sobre la seguridad alimentaria
La guerra, como las consecuencias indirectas de las sanciones occidentales, afectan a un número importante de países, ya que Rusia y Ucrania son considerados los graneros de Europa, recordó el presidente estadounidense Joe Biden en Bruselas, en el marco de las cumbres del G7 y la OTAN.
«Las dificultades alimentarias van a concretarse», advirtió el mandatario, y aseguró que Estados Unidos y Canadá, importantes productores de cereales, iban a aumentar sus exportaciones. Anunció que destinaría 11.000 millones de dólares estos próximos cinco años para responder a las amenazas sobre la seguridad alimentaria y la malnutrición en el mundo.
El presidente francés, Emmanuel Macron, instó a Moscú a ser «responsable» y permitir el sembrado en Ucrania, sin el cual se producirá, en 12 a 18 meses, «una hambruna inevitable» con una posible escasez de cereales en Egipto y en el norte de África.
Plan de emergencia
Por ello, Francia propuso un plan de emergencia para la seguridad alimentaria: Macron anunció la puesta en marcha de una iniciativa europea, denominada FARM, para tratar de paliar la escasez de cereales que se avecina en ciertas regiones del mundo. El objetivo es crear un sistema de solidaridad.
«Estamos entrando en una crisis alimentaria sin precedentes, porque otros países de Oriente Próximo y Medio y de África dependen mucho de lo que se produce actualmente en Ucrania y Rusia para alimentar a sus poblaciones», dijo Macron.
La iniciativa incluye un «plan de urgencia de liberación de las reservas en casos de crisis», y un «compromiso multilateral para no imponer restricciones a la exportación de materias primas agrícolas», para evitar bloqueos como los que ocurrieron con las exportaciones de vacunas contra la Covid-19.
Macron también quiere que los países que puedan producir más cereales ayuden a los que carecen de ellos: «Esto significa, en términos concretos, para nosotros los europeos, asumir la responsabilidad de producir más respetando nuestras normas, respetando nuestras reglas, pero también elevando nuestros objetivos para contribuir a este esfuerzo de solidaridad», dijo.
Esta iniciativa europea está aún por concretar: se llevará a cabo en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos y la Unión Africana.