Julio, un abuelo bien padre


El hombre de 48 años está a cargo de sus dos nietos: un varón y una mujer. Los atiende con mucho cariño en su hogar de la zona de El Pedregal.

Fuente: Página Siete

Erick Ortega



Darwin Fabián corretea algo despeinado y de pronto se detiene un momento para realizar una invitación imposible de rechazar: “Papá, ven, jugaremos”, dice con voz aguda. Julio sonríe y responde: “Esperá un ratito”. Al niño de tres años le encanta divertirse con cochecitos en el piso de tierra de su casa, a veces participa también su hermana Eilin Aitana, aunque ella aún no entiende bien cómo va el juego porque apenas tiene un año y solo atina a hacer el ruido de los cochecitos con la boca.

Durante esta jornada en Bolivia se festeja el Día del Padre y Julio tiene una razón doble para celebrar su día: es papá y también es un abuelo bien padre con los dos nietos que actualmente se encuentran a su cargo.

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Juan Julio Maydana Nina es el abuelo materno de Darwin y Eilín, los cuida porque su hija y yerno decidieron no hacerse cargo de ellos.

El papá Julio explica la situación con calma: “Darwincito a su año ya estaba viviendo conmigo porque en su casa lo maltrataban y no lo atendían bien. Entonces yo me lo traje acá a vivir conmigo y él bien se apegaba a mí, por eso es que se quedó sin problemas. A pesar de que no le trataban bien a su hijo, ellos se animaron a traer otra hijita más al mundo y la chiquita no estaba bien con ellos, parecía enfermita, pero ya está mucho mejor. Estaba lactando cuando me la traje, ahora se ha acostumbrado al biberón. Pueden verla, ella está bien”.

Como para confirmar sus palabras, Eilin luce regordeta y con muchas ganas de reír, eso sí es muy pegada a su papá Julio.

Viven en El Pedregal, en la zona Sur de la ciudad de La Paz, tienen un cuarto en el cual está una cama, la cocina, hay algo de ropa y sobra el cariño familiar. “Mi esposa vive acá, viene a ratos pero trabaja sobre todo para pagar la deuda que tenemos (préstamo por la casa donde viven). Yo estoy a cargo de los niños porque me he hecho cargo yo, más que todo porque se apegaron a mí.  Yo los baño, les lavo la ropa, les doy de comer, se los cocino… todo, todo lo hago yo. Jugamos y estamos día a día juntos, ya estamos acostumbrados”.

Él es padre, madre y abuelo al mismo tiempo. Se siente orgulloso de cómo están creciendo sus nietos, los ve sanos y esa es su alegría. Aún no le han sacado canas, aunque son muy inquietos, él tiene 48 años bien llevados.

Hace tiempo Julio se dedicaba al comercio informal en la Feria 16 de Julio de El Alto. Ahí vendía de todo, pero principalmente cargadores de celulares, pero poco a poco fue dejando el oficio y sus ahorros se fueron evaporando porque se hizo cargo de los niños, y éstos le demandaban más tiempo del habitual. “Mi vida ha cambiado mucho con ellos”, confiesa con una sonrisa. En medio de las necesidades, él cuenta que disfruta ser un abuelo que cumple el oficio de papá.

Pero a veces hay poco espacio para el optimismo. Cuenta que hace un tiempo les dio coronavirus. “Casi me muero, los tres nos hemos enfermado, pedía a Dios que me proteja”, comenta Julio y nuevamente sus ojos se llenan de lágrimas. Por eso, por miedo a la enfermedad que asoló al mundo, muy pocas veces se desprende de su barbijo.

No puede imaginar qué sería de su vida de ellos si él no estuviera cerca. “Vivo por ellos, yo puedo estar sin comer y no me importa, la cosas es que ellos sí tengan algo que llevarse a la boca. Nunca les ha faltado un pan en la boca. Cuando salgo a la calle debo volver rápido a cocinárselos”, añade.

Estos últimos dos días hizo conocer su caso a Bolivisión y se armó una campaña veloz para ayudarlo, pronto llovió la ayuda porque muchas personas sintieron cariño por este abuelo que se desvive por sus nietos. Recibió todo tipo de ayuda y su habitación ha quedado pequeña para acomodar las donaciones.

El abuelo tiene en sus brazos a Eilin, atrás está Darwin. Foto: Víctor Gutiérrez / Página Siete

La vida le dio tres descendientes: dos mujeres y un varón… pero Darwin y Eilin son en este momento su tesoro más preciado. Es más, la pequeña es abuelo dependiente, porque él le cambia la ropa, le prepara la leche (sabe cuál es la marca que recibe bien su organismo) y suele sostenerla en sus brazos la mayor parte del tiempo.

De pronto estos días, su habitación comenzó a llenarse más con el cariño de la gente y tiene menos ganas de llorar. “Yo les agradezco mucho, aunque lo que más quiero es tener un trabajo o encontrar una guardería donde dejar a los niños y entonces yo poder ir a trabajar. No soy flojo, yo tengo fuerzas para trabajar. Yo voy a luchar por los niños y no tengo ningún problema en hacerlo”, habla y abre los brazos como si quisiera demostrar el poder de sus brazos. Ya se contactaron con él para ofrecerle trabajo y espera es que esta propuesta se consolide.

Julio también solicita que le pasen pensiones por el cuidado de los niños, ese trámite se encuentra en curso.

A él le falta tiempo para el trabajo. Antes solía salir a las cuatro de la mañana a vender algunos productos a El Alto y volvía tarde…

“¿Cómo no voy a hacerlo… cómo no los voy a querer?”, se pregunta Julio, mientras atiende a Página Siete.

Los periodistas que hablan con Julio están a punto de irse. Darwin sonríe porque su papá Julio se quedará con él y, a lo mejor, podrán jugar el resto de la tarde.

Darwin a punto de hacerse lavar las manos con su “papá”.
¿Por qué se celebra hoy el Día del Padre?
En 1958 el empresario privado Víctor Handal Salame fue el impulsor para que en el país se celebre el Día del Padre en reconocimiento a los progenitores bolivianos.El 8 de noviembre de 1927 se instituyó de manera oficial en el país el Día de la Madre (27 de mayo), pero no había en el calendario una fecha para homenajear a papá.

Sin embargo, la propuesta de Handal recién se oficializó durante la dictadura de Hugo Banzer Suarez, quien mediante decreto supremo validó esta fecha honorifica el 24 de mayo de 1974.

El día coincide con el nacimiento de San José, el carpintero de Galilea que es reconocido como el padre de Jesús en la tierra. Por eso también cada 19 de marzo se homenajea a los carpinteros y los trabajadores de la madera.

Por esta misma razón (nacimiento de José), se celebra el Día del Padre el 19 de marzo en otros países (España, Italia u Honduras, por citar tres).

Sin embargo hay otras naciones que siguen la tradición estadounidense de celebrar a papá el tercer domingo de junio (Argentina, Chile y México, por ejemplo).

Casi me muero (con el coronavirus). Los tres nos hemos enfermado. Pedía a Dios que me proteja (…) vivo por ellos

Julio Maydana

Lo que más quiero es tener un trabajo o encontrar una guardería donde dejar a los niños y entonces yo poder ir a trabajar

Julio Maydana

Me he hecho cargo yo, más que todo porque se apegaron a mí.  Yo los baño, les lavo la ropa, les doy de comer, se los cocino

Julio Maydana