Aumenta el uso de la pena de muerte en Irán, incluso contra las mujeres


En Irán, el recurso a la pena de muerte aumentó con fuerza (+25%) en 2021, con un creciente número de mujeres ahorcadas, según denuncian dos ONG que exhortan a la comunidad internacional a hacer del tema una «prioridad» en cualquier negociación con Teherán.



“Irán inicia un regreso con fuerza en el escenario internacional con las negociaciones en torno de su programa nuclear”, pero al mismo tiempo ese país “continuó con las ejecuciones” y “utilizó la pena de muerte como instrumento de represión contra muchos opositores”, denuncian las ONG Iran Human Rights (IHR, Derechos Humanos en Irán) y Ensemble Contre la Peine de Mort (ECPM, Juntos contra la Pena de Muerte) en un informe publicado este 29 de abril.

Nuevo presidente

Las dos organizaciones advierten de un fuerte aumento de las ejecuciones en Irán. 333 personas fueron ahorcadas el año pasado: un 25% más que en 2020. Explican este aumento por una ley más represiva contra los narcotraficantes y por la llegada al poder de un nuevo presidente, revelando que “el número de ejecuciones” se aceleró tras la elección del presidente Ebrahim Raisi y se duplicó en la segunda mitad de 2021 con respecto a la primera mitad.

Según esas ONG, “el número de ejecuciones vinculadas con el tráfico de drogas dio un salto espectacular con un total de 126 ejecutado el año pasado, es decir un centenar más que el año anterior”.

La ONG Ensemble Contre la Peine de Mort subraya que hay un fuerte aumento del recurso a la pena de muerte entre las mujeres: al menos 17 mujeres fueron ahorcadas, frente a nueve el año anterior. En muchos casos esto se produce en un contexto de violencia conyugal y ausencia de leyes que las protejan.

17 mujeres ahorcadas

Aminata Niakaté, la presidenta de esta ONG, explica para RFI que “de las 17 mujeres ejecutadas en 2021, cinco de ellas fue por delitos ligados al consumo de estupefacientes. Otras ocho mujeres fueron ejecutadas por haber matado a sus maridos en un contexto de violencia doméstica”.

“A menudo, la violencia conyugal es una de las causas de las ejecuciones. En Irán las mujeres no tienen derecho al divorcio. SI ellas estuvieran protegidas por derechos para las mujeres, si pudieran divorciarse, tal vez podrían escapar a estas violencias conyugales, sin llegar a estos extremos”, prosigue Niakaté.

Además, recalca la presidenta de ECPM, “la justicia iraní no reconoce las circunstancias atenuantes y el testimonio de una mujer vale mucho menos que el de un hombre, tiene mucha menos fuerza que el de un hombre”.

“Menor vigilancia”

“Los terribles balances de la República islámica en materia de derechos humanos y pena de muerte no están incluidos en las negociaciones del JCPOA” (el acuerdo de 2015 destinado a impedir que Irán se dote de la bomba atómica), afirma Mahmood Amiry-Moghaddam, director de IHR. El responsable de esta ONG lamenta que “las autoridades iraníes sean objeto de una menor vigilancia mientras se llevan a cabo estas negociaciones”.

“Toda negociación entre Occidente e Irán debe incluir la cuestión de la pena de muerte entre sus prioridades”, exhorta de su lado Raphael Chenuil-Hazan, director general de ECPM.

Con la AFP

Radio Francia Internacional