Bolivia y su improvisada política exterior

 

La tensión diplomática con Chile, es el resultado de una política exterior improvisada e inconsistente, herencia de las malas negociaciones que realizó la administración del expresidente Morales. Es “inaceptable” que el gobierno de Arce, le apueste más a defender las malas actuaciones diplomáticas del exmandatario, que a privilegiar la defensa seria y de responsabilidad histórica con el tema Silala.



La falta de argumentos y el aislamiento internacional de este gobierno, los está llevando a cometer excesos diplomáticos. ¿Primero fue el río Lauca, ahora el Silala, después…? ¡A ver…! Nuestra política exterior tenía una tradición, una doctrina en formación y una visión clara fundada en las experiencias de los intereses permanentes de Bolivia. ¿Qué pasó?

Es evidente que la diplomacia de los pueblos, no está dando los resultados esperados, perdimos la cuestión marítima, ahora estamos a punto de perder nuestro derecho histórico sobre los manantiales de Silala, después nos dirán que Potosí y su Salar, eran de Chile. ¿Qué estamos haciendo? Todo es cuestión de una gran narrativa, hasta que nos hagan dudar hasta de nuestra soberanía.

Cualquier duda o posición de parte de los dos países sobre la cuestión del Silala, que surgiera, se resolverá aplicando el principio de legitimidad de nuestro país sobre el curso de esta agua o sistema hídrico, este principio servirá de guía y de prueba en todas las dificultades futuras que se presenten sobre esta controversia. Bolivia debe comenzar a unir los hilos de su diplomacia, Bolivia debe comenzar una nueva era de diálogo y mejor comprensión entre los dos países involucrados en la solución de los problemas limítrofes.

Bolivia debe tener un sentido práctico en su política exterior para que logre de esta manera afirmarse sólidamente en el mundo de las relaciones internacionales. El verdadero mérito de un lineamiento estratégico, es la decisión y la acción estratégica que hace falta en nuestra política exterior, consiste en haber escogido con resolución y haber seguido con habilidad el camino que a la hora de la decisión estime más conveniente.

“Bolivia no puede perder por estrategia geopolítica los manantiales del Silala, ni cualquier recurso hídrico. Ahora y siempre, en la medida de sus fuerzas, debe hacer cuanto le sea posible para llegar a sentar soberanía sobre estas aguas que surgen en Bolivia y que transitan hacia Chile”.

Una regla de oro de la política exterior, es que se negocia mientras se tenga algo (Silala) sobre que negociar y que está haciendo nuestro equipo de negociadores en la CIJ, todo lo contrario, chile sabe muy bien esta regla y que hace sigue la regla máxima: La política exterior es obtenerlo todo sin dar nada a cambio.

En el arte de la diplomacia, como en el arte de la guerra, los detalles tienen gran importancia y cada pulgada que se gana es un paso más que se da a favor de la victoria anhelada. Una Nación como la nuestra, derrotada en las guerras (Pacífico y Chaco) y aniquilada económicamente, no puede darse el lujo de perder este recurso hídrico vital en el futuro.

Repito, Bolivia necesita de lineamientos estratégicos, esta es una necesidad práctica de la situación del momento para dar los pasos necesarios sin pérdida de tiempo. Solo a base de prudencia, discreción y mucha habilidad se puede llegar a conseguir grandes objetivos y se vencen todos los obstáculos, de otro modo no se consigue nada.

Del triunfo a la derrota diplomática no hay nada más que un paso, en las circunstancias más críticas un detalle insignificante ha decidido siempre los acontecimientos de mayor trascendencia. Ese detalle es la seguridad, Bolivia en el arte de la diplomacia debe evitar la duda, es una regla de oro en la diplomacia y la estamos olvidando, le estamos siguiendo el juego a nuestro vecino, mediante una política exterior concesionista y permisiva.

Que la problemática del Silala y su resultado, sirva de ahora en adelante a Bolivia como Estado a saber dirigir los acontecimientos y hacer triunfar la legitimidad de su derecho sobre los demás recursos hídricos, que se encuentran en controversia con otros países limítrofes de la Región.

Alvin Toffler, decía que las guerras del futuro serán por los recursos hídricos y no está equivocado. Por eso Bolivia debe mantener las negociaciones abiertas con todas las organizaciones internacionales de poder y coincidir con todas las opiniones en razón del propio interés boliviano.

Bolivia no debe estar insegura en el ejercicio de su deber y derecho soberano. Todo debe estar de acuerdo con el interés de conservación y la tranquilidad de la nación. Si en las instancias internacionales los países poderosos excluyen nuestras demandas, Bolivia debe estar decidida a evitar esto, sin pérdida de tiempo, debe entregarse a la tarea de despertar los sentimientos de las naciones menores como la nuestra y asegurarse sus apoyos a nuestras demandas sobre cualquier controversia limítrofe en el futuro. Los intereses del país y nuestros recursos hídricos son inseparables.

El pasado te explica el presente, sin un poder militar disuasivo, no se puede comprender la Bolivia del futuro, pero todos deseamos una paz segura y duradera. En materia militar, debe celebrar con sus vecinos estratégicos tratados defensivos y acuerdos comerciales. Lo que necesita la nación es recobrar sus fuerzas, continuar fortaleciendo la paz interior y recobrar su papel de Estado pivote del continente sudamericano.

La hora decisiva se acerca, Bolivia, más allá de sus politiqueros, todavía tiene una gran fuerza moral, debe tener un buen criterio diplomático y prever acertadamente las contingencias futuras. En caso de que sigan las hostilidades verbales y de hecho pido y sugiero que continúen las negociaciones, para que haya siempre una oportunidad abierta a la reconciliación de los dos países. Aunque mi intuición me indica todo lo contrario.

 

Jhonny Vargas

Politólogo