Carlos Arias: «Sobreviví dos veces en menos de un año»

El exarquero de Blooming, Bolívar, Oriente, The Strongest y la selección boliviana se recuperó de Covid-19 y de un accidente que le provocó quemaduras en todo el cuerpo.



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Por Chino Tapia

A Carlos Arias, la vida le dio una nueva oportunidad y él no la desaprovecha. Vuelve de a poco a la normalidad después de un grave accidente de trabajo que casi le cuesta la existencia. Fue un momento complicado, pero está cada vez mejor, y jovial como siempre nos atendió para conversar un rato.

El reconocido arquero quedó atrás, aunque los momentos inolvidables en el fútbol están siempre a mano para revivirlos. No es para menos, fue arquero de los equipos más importantes del país y también jugó en España e Israel. A los 18 años se consagró campeón nacional y fue dueño del pórtico de la selección boliviana mucho tiempo.

El ‘Pollo’ pasó por Blooming, The Strongest, Bolívar, Maccabi Netanya, Córdoba C.F., Oriente Petrolero, Guabirá y Sport Boys Warnes.

Pero se alejó de las canchas y empezó una nueva vida, con emprendimientos particulares como el de los locales de pollos a la broasted de los que se ocupa. Fue justamente en uno de ellos donde sufrió el accidente que casi le cuesta la vida y que le ha dejado cicatrices que aún sufre en carne propia.

 “Sobreviví dos veces en menos de un año”, señala el portachueleño de 42 años, y cuenta que primero fue el Covid-19 que le exprimió los pulmones y luego el accidente en su restaurante “Pollo” Arias en el que las llamas casi apagan su existencia.

A tres meses del accidente, aún le quedan secuelas. Carlos se muestra optimista, con la fe puesta en Dios y agradecido con todos aquellos que le tendieron esa mano solidaria, cuando más la necesitó.

Pollo revive el accidente como una terrible película. Tiene muy claras las imágenes…

-Recuerdo que salí en pleno fuego; cuando hace la mezcla del gas con el fuego yo recibí un golpe que me tumbó de espaldas. Yo entendía que me había caído porque me quería levantar pero no podía, tal vez era por el piso de la cocina…era una desesperación, un griterío de mi parte… Ya cuando logré pararme vi fuego por todos lados y lo primero que hice fue atinar a salir a carrera.

¿Perdiste el conocimiento?

-No, en ningún momento porque tras que escucho que la garrafa empieza a sonar me entré a apagarla por el grave peligro que eso significaba porque habían más garrafas en el lugar y uno piensa que todo va a explosionar.

¿Qué originó todo?

-Son accidentes que pasan. Pensaron que estaba cerrada la garrafa pero había estado girada…bregué y bregué pero ya era tarde porque se vino el incendio porque vino el ‘flamazo’ que le llaman al haberse acumulado gas en la cocina. Salí, corrí, volví a entrar, pedía auxilio, quería que llamen a la ambulancia. Llegó un momento que ya no aguanté más y me llevaron a la clínica Ucebol donde me dieron los primeros auxilios; luego estuve en la Caja Petrolera de Salud recibiendo una gran atención.

¿A cuánto de tu cuerpo afecto el fuego?

-Me terminé quemando casi el 70% del cuerpo con heridas de segundo grado y solo una de tercer grado (la más grave). Gracias a Dios ahora solo me quedan secuelas de las manchas de las quemaduras. Tengo que usar por varios meses más unas vendas en ambos brazos para protegerme del sol, porque no me puede dar directamente; son vendas que hacen presión y evitan males mayores a mi piel.

Se levanta y muestra la parte superior de sus brazos, en el izquierdo tiene lugares donde la piel aún no se ha regenerado por completo y permanentemente tiene ampollas.

¿Estuvo en peligro tu vida?

-Sí, mi vida estuvo en peligro. Horas después del accidente me hicieron la primera limpieza de emergencia…, realmente no aguanté tanto dolor porque eran muchas heridas y muy grandes. Al día siguiente tuvieron que sedarme e intubarme para poder realizar una limpieza total; pero lo malo fue que me vino arritmia cardiaca, por eso estuve tres días en terapia intensiva

Un momento complicado…

-Claro que sí, me salvé gracias a Dios.

¿Y qué pasa ahora, a tres meses del hecho?

-El 5 de abril se cumplieron tres meses del accidente, tras lo cual ya empecé a hacer caminata, trote y hasta andar en bicicleta, tratando de volver a la casi normalidad…va a ser normalidad para mí cuando pueda volver a practicar los deportes que me gustan, sin tener que huirle al sol.

Lo importante es que todo evoluciona bien…

-Mis órganos vitales están perfectos. Cuando entré la primera vez al quirófano, el 8 de enero, sufrí una arritmia cardiaca, de pronto me volví hipertenso pues no era así porque jugué 18 años en el fútbol profesional y siempre nos hacían exámenes completos antes de iniciar cada pretemporada, pero nunca me habían detectado algún problema en el corazón. Los médicos me explicaron que eso era normal por el accidente que había sufrido, en el cual el cuerpo pierde muchas de sus propiedades, entonces es normal que el corazón comience a latir más rápido para recuperar todo lo que necesita.

¿Y cuánto tiempo necesitarás para una recuperación total?

-Me han dicho en Cerniquem que para que recupere la dermis y epidermis que perdí deberán pasar entre 8 meses y un año. Las quemaduras dejan manchas, cicatrices, pero en realidad eso a mí no me preocupa si quedo o no manchado; hoy lo que más importante para mí es que estoy vivo y que tengo otra oportunidad en este mundo después que la vida me ha golpeado tan duro en un año.

¿Qué pasó antes…?

-En abril del 2021 me atacó el Covid que me afectó el 85% de mis pulmones…igual casi muero porque era para que me intuben con tanta afectación de los pulmones. Una doctora me dijo que era un milagro que con el 85% de mis pulmones afectados y que no me hayan intubado… Pero claro, necesité oxígeno en mi casa, me ponían 15 medicamentos al día.

Pero al fin del año estabas bien…

-Claro, en diciembre me fui a jugar el clásico Oriente-Blooming en Naples (Estados Unidos), me volvió a agarrar el Covid, el 30 de diciembre di negativo y el 5 de enero me pasa esto (el accidente en su restaurante)… o sea que vengo golpeadito.

Pero, siempre recibiste mucho respaldo y afecto…

-En todo esto es muy importante el apoyo de la familia, mi esposa, hijos, hermanos, muchos parientes y –claro- tantos amigos que colaboraron; a todos los quedo agradecido por esas muestras de solidaridad en Santa Cruz, en el interior del país… nos han ayudado a alivianar la carga porque, como se sabe, una persona falleció y se tiene que indemnizar a los familiares. Los gastos fueron impresionantes porque si bien tenía seguro en la Caja Petrolera (hacía 3 días que mi esposa me había asegurado) pero los medicamentos no estaban en la cobertura del seguro, justamente por un tema de antigüedad; igual, ahorramos mucho porque necesité quirófano cinco veces, especialistas y tantos gastos que demanda un hecho de esta naturaleza.

Pero vas saliendo adelante…

-Dios sabe por qué suceden las cosas…y al final de cuentas él sabrá cuándo me voy a ir. Mire, en un año estuve al borde del abismo en las dos muertes más graves: morir ahogado (falta de oxígeno por el Covid) y quemarse vivo. Si usted me pregunta cuál de las dos (muertes) es la más fea…en realidad no lo sé porque en ambos casos la sensación es horrible.

Esto que te ha pasado en un año, ¿te cambió la vida o produjo algún cambio en tu forma de ver la vida?

-Yo lo veo así: si bien no me considero un ángel, no soy un tumbador, no soy pícaro, no soy maleante, trato de ser justo con las personas, siempre creí en Dios. Vivir un año en Israel me cambió la mentalidad acerca de la religión: si los árabes hayan descubierto América, seríamos de la religión musulmana, lo mismo que si nos hayan descubierto los judíos…al final es todo lo que nos inculcan; los españoles llegaron primero y nos metieron el cristianismo. Hay un Dios y creo en él porque él me salvó, por eso trato de ser justo y solidario.