El grito desesperado del empresariado

 

 

El pasado 17 de marzo la COB presentó al Gobierno del presidente Arce un pliego petitorio en el cual, entre los puntos solicitados, estaba el del incremento salarial de un 7% al salario básico y un 10% al salario mínimo nacional. Posteriormente, el 21 de marzo, el Gobierno y la COB instalaron mesas de trabajo, con la finalidad de abordar cada uno de los puntos solicitados. Un día más tarde (22 de marzo), la Confederación de Empresarios envió una carta al Gobierno solicitando puedan ser considerados para tratar el incremento salarial; sin embargo, no tuvieron respuesta alguna.



Mientras tanto el Gobierno y la COB -haciendo a un lado a los empresarios- crearon comisiones para abordar cada uno de los puntos solicitados, mientras que, de forma “sorpresiva”, el actual Ministro de Economía anunciaba la “buena probabilidad” de que esta gestión tenga un segundo aguinaldo (29/03/22).

Para el 1ro de abril, de este mismo año, el principal representante del gremio empresarial cruceño (Fernando Hurtado, presidente de CAINCO), en el discurso de posesión de su directorio, lanzó mensajes directos al Gobierno, entre los cuales indicó que el sistema económico del Estado era del pasado y que sus políticas rígidas no facilitaban la generación de nuevos empleos, sino lo contrario pues al final provocaba que muchos trabajadores pierdan su fuente laboral.

Este mensaje, claro y contundente, pedía al Gobierno del presidente Arce llevar adelante una relación que no fije posturas contradictorias, sino unificar fuerzas para juntos (empresarios y Gobierno) salir adelante y así fortalecer la economía boliviana. No tardó en llegar la respuesta por parte del Gobierno, a cargo de la ministra Prada, misma que salió (03/04/22) a defender su modelo económico, indicando que el mismo buscaba un crecimiento económico acompañado de la reducción de la pobreza y las desigualdades, enfatizando a la vez que dicho modelo fue diseñado por bolivianos y se aplica desde que el 2006 (cuando el presidente Arce ocupaba el cargo de ministro de Economía).

Nuevamente, el empresariado cruceño, representado por Cainco, la Cámara de la Construcción, la Cámara Gastronómica y la Federación de Empresarios Privados, emitieron un comunicado el 20 de abril refutando las políticas laborales del Gobierno y proponiendo a la vez un giro de las políticas salariales.

Son destacables todos los pronunciamientos actuales del empresariado cruceño, cosa que antes (época de Evo Morales) poco y nada se notaban. No hay dudas que los tiempos actuales son diferentes, dado los efectos de la pandemia, los conflictos bélicos internacionales, más un Gobierno que notoriamente solo busca fortalecer al Estado y poco piensa en el sector privado; a pesar de que el sector privado es el principal empleador de este país.

El gremio empresarial cruceño despertó de un largo letargo silencioso, timorato y calculista que hubo en anteriores gestiones; este gremio no debe olvidar que son los representantes de los empleadores del país y que el Estado debe escucharlos pues los empresarios son empleadores y forman parte de la relación laboral. Ignorar al empresariado y solo escuchar a la COB, generará solo utopías normativas y dádivas económicas riesgosas para la economía de todos. Año tras año hemos visto cómo han politizado esta fecha no solo con incrementos salariales, sino también con normativas que buscan sobre proteger al trabajador, pero al final solo lo perjudican, dado que ni siquiera hay una justicia pronta para resolver conflictos y al final (muchas veces) el trabajador se queda sin trabajo, ni justicia.

La relación laboral está conformada por empleado y empleador y es el Estado el encargado de regular el cumplimiento de las obligaciones de ambas partes. Para que una relación funcione, siempre debe existir diálogo. Ojalá puedan existir acercamientos entre ambos gremios (empleadores y empleados) para así juntos analizar técnicamente los problemas a los que se enfrentan. Al final siempre irán juntos y la COB debe reconocer que la relación laboral siempre será mejor con el sector privado que con el Estado, ejemplos sobran.

 

Oscar Gómez Berthon

Abg. Mgs. Derecho Laboral y Seguridad Social