Marine Le Pen dedica una buena parte de su programa a la inmigración, que pretende limitar drásticamente. El presidente Emmanuel Macron limita el asunto en el programa y lo encuadra a escala europea. Pese a la imagen más moderada con la que se presenta a estos comicios Le Pen, no ha abandonado sus principios de mano dura con la inmigración.
La primera cosa que llama poderosamente la atención comprando los programas de ambos candidatos en inmigración, es la extensión que le dedican: una sola página en el de Macron, 46 en el de Le Pen. El único punto de coincidencia es que en ambos aparece como objetivo controlar los flujos migratorios pero mientras que Macron fija sus acciones en una escala europea, Le Pen privilegia la nacional.
No es ningún secreto que uno de los fundamentos básicos de Le Pen es limitar drásticamente la inmmigración. El principio de base es la prioridad nacional en campos como vivienda y empleo. Los extranjeros sólo tendrían derechos a ayudas sociales a partir del quinto año trabajado en Francia. La candidata ultraderechista pretende limitar al máximo el derecho de reunificación familiar y el de suelo para adquirir la nacionalidad francesa. El instrumento en el que la candidata del Reagrupamiento Nacional quiere poner en marcha varias de sus medidas migratorias es el referendum pero varios juristas expresan ya estos días sus dudas de incompatibilidad constitucional respecto a esta forma populista de articular un mandato.
Macron concentra su programa en la lucha contra la immigración clandestina a escala europea con un refuerzo de controles en fronteras y a escala nacional con una reforma del derecho de asilo: un rechazo administrativo podría conllevar la expulsión del territorio.
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Macron y Le Pen chocan por el velo
Macron busca ganarse el voto de los musulmanes de Francia en la segunda vuelta de los comicios, atacando a Le Pen por su propuesta de prohibir el velo islámico en público. Aunque los sondeos dan una ligera ventaja para la segunda vuelta, el 24 de abril, a Macron, la batalla con Le Pen se anuncia más reñida.
Los analistas señalan que una de las razones del éxito de Le Pen es su imagen más moderada respecto a los anteriores comicios. Pero la candidata ultraderechista no abandonó su línea dura contra la inmigración y su oposición al velo islámico, ya que afirma que, de llegar al poder, las mujeres que lo lleven en público en Francia serán multadas.
Enfrente, Macron insiste en en que las políticas de Marine Le Pen no son diferentes de las del partido fundado por su padre, Jean-Marie Le Pen, el Frente Nacional (FN). También se presentó como un defensor de la libertad religiosa, afirmando que la prohibición del velo significaría que, por mandato constitucional, se prohibieran también otros signos como la kipá judía y la cruz cristiana.