Compositor, investigador e intérprete, el Decano del charango recibió el Premio Nacional de Cultura en 2012. Falleció ayer en La Paz.
Fuente: paginasiete.bo
Página Siete / La Paz
Durante siete décadas, el chuquisaqueño Celestino Campos Iglesias cultivó la interpretación del charango, compuso piezas premiadas y realizó aportes de investigación musical. El maestro, Premio Nacional de Cultura, partió ayer, dejando huérfanas a varias generaciones de artistas que formó. Iba a cumplir 85 años.
Nacido en Sucre el 19 de mayo de 1937, el Decano del charango obtuvo importantes reconocimientos a lo largo de su larga carrera musical. Su pasión, siempre fue el instrumento, que aprendió a tocar cuando era niño y del que nunca se separó.
“Desde pequeño me tracé el objetivo de alcanzar e incluso superar el nivel interpretativo de mis antecesores. Empecé viendo y escuchando la música para lograr las notas musicales. A los siete años interpreté un bailecito satisfaciendo las exigencias de los maestros y a los diez destiné los ahorros de mi recreo de la escuela para mi primer charango”, relató el intérprete en una reseña de 2018.
Pese a la oposición de su familia, siguió adelante con sus estudios. “Recuerdo mis prácticas a ocultas, pues mis padres no querían que aprenda a tocar, porque pensaban que iba a desviar mi personalidad; además, ya no querían más músicos en la familia, pues había 11 hijos que tocaban con solvencia y para mí como el menor querían otra cosa (…) Pero yo no podía ser la excepción y aquí me tienen con casi 70 años de actividad cultural”, escribió hace cuatro años.
De ahí en más no paró. Saltó al escenario y de allí a los discos. En 1970 ganó el Primer Premio en categoría solista en el Festival de Mendoza, Argentina, y fue premiado con el Charango de Oro en Aiquile. Paralelamente fundó el Centro de Estudios del Charango en Oruro y que luego fue trasladado a La Paz. También fue rector de la Escuela Nacional de Folklore Mauro Núñez.
“El charango lo llevo dentro, bien pegado junto a mi corazón; destella notas agradables y sutiles que no se pueden comparar con las de ningún otro instrumento. Cuando pulso sus cuerdas en los momentos de mi soledad, vivo en otro mundo, olvidándome de la vida”, dijo el músico en una entrevista con el periódico Presencia en los 70.
Como compositor creó piezas convertidas ya en clásicos como Evelyn (cueca), La puna y el valle (bailecito), Hacerte feliz (carnaval), Tus besos me dan vida (huayño), Fiesta india (danza incaica) o Virgen María (morenada). También dejó su experiencia en los libros El Charango su Teoría y Práctica Musical y Música Danza e Instrumentos Folklóricos de Bolivia.
“Los conocimientos y experiencia fueron fundamentales para escribir el primer material didáctico para la enseñanza del charango. Esta obra fue tomada como base para publicaciones similares en Alemania, Argentina, Chile, Venezuela y otros países”, relató el maestro.
En 2012, Celestino Campos Iglesias recibió el Premio Nacional de Cultura, el máximo reconocimiento del Estado a los creadores bolivianos.
Ayer, la familia del artista anunció su deceso en la ciudad de La Paz y fueron muchos los mensajes de condolencia. Queda el legado del charanguista que en 2018 escribió: “Creo tener una carrera artística con sabor a éxito, que va desde conciertos realizados, 40 composiciones, obtención de 10 primeros premios en festivales nacionales e internacionales, 35 reconocimientos y condecoraciones obtenidas, grabación de seis discos musicales y publicación de varios libros relacionados al campo de la ciencia folklórica”.
La última despedida al maestro Campos se realizará este sábado, a las 11:00, en el Cementerio General de La Paz.
El maestro decano Celestino Campos fue un gran exponente del charango, compositor e investigador boliviano
Fundación Cultural Charango
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