Emprendedoras… así son las wag’s made in Bolivia

Cuatro esposas de jugadores del balompié nacional cuentan cómo crearon negocios junto a sus esposos, con los que trabajan cuando éstos descansan.

 

Fuente: paginasiete.bo



¿Qué son las wag’s? Son las esposas y novias de los futbolistas (wives and girlfriends, en inglés). ¿Y cómo son en Bolivia? “Somos emprendedoras”, responde con contundencia Valeria Montaño, esposa de José Sagredo, defensor de Bolívar.  Para no dejar dudas aclara: “Se cree que el jugador tiene mucho dinero, pero yo también soy empresaria y trato de sacar adelante a mi familia”.

Así son las wag’s bolivianas:

Valeria Montaño de Sagredo

“Ahora que estoy terminando la carrera de ingeniería comercial, quiero aplicar todos mis conocimientos en el negocio que nos animamos a abrir”, cuenta Montaño, de 25 años, que es dueña de la heladería en la zona Sur.

La familia Montaño-Sagredo en la heladería Açai.
Foto: Familia Montaño-Sagredo

“La heladería nació porque nosotros éramos fanáticos del Açaí en Santa Cruz, nos encantaba, y vimos la manera de traerlo aquí a La Paz. Estoy muy agradecida  porque mi esposo  nos ayuda bastante en el negocio. Los dos somos los que trabajamos, no tenemos empleados, directamente los dos”, explica.

No es extraño verla trabajar con su esposo, cuando él tiene descanso. “Él está días pensando en sus partidos, en especial los viernes o los días de semana en los que juega, inclusive le consulto a él todos los días si está cansando para ayudarme, pero Dios me dio un esposo tan excelente que me colabora en todo lo que puede, me saco el sombrero por el esposo que tengo, como él me apoya a mí, yo lo apoyo a él”, resalta.

Paola Santander de Adrián

Santander es esposa de Sergio Adrián, jugador de Always Ready. “Soy artista”, se presenta. “Con mi esposo tenemos un emprendimiento que lanzamos porque nos gusta el fútbol”, cuenta la madre de Luca. “He conocido varias personas allegadas al fútbol gracias a los tatuajes y eso es lo que me ha dado la oportunidad de escoger cuáles quería que fueran mis clientes”, dice la tatuadora de futolistas.

“Gamu (su esposo) es ahora mi lienzo fiel”, resalta y con firmeza subraya que “todos piensan que el marido te mantiene, te pone la empleada y ya está, y debe haber algunos que sí lo hacen, pero en mi caso siempre fui una mujer empoderada e independiente, entonces yo ya venía con varios proyectos antes, con el estudio de tatuajes, aerografía, crear las banderas para distintos clubes, el tema de hacer el pintado de chaquetas y vienen las Jibas como un aporte”.

Daniela Yepes de Huayhuata

Yepes lidera un gabinete en el que atiende a futbolistas.
Foto: Familia Yepes-Huayhuata

“La profesión de mi esposo, fútbol, es muy complicada, ya que muchas veces nos toca cambiar de ciudades y eso no permite ejercer tu profesión y algunos sueños o metas”, se resigna Yepes, una fisoterapeuta de 33 años.

“Muchas no cumplen sus metas y sueños por seguir a su marido, pero nosotros consolidamos muchas metas y muchos sueños, y este emprendimiento es gracias también a mi esposo, que me ayuda a crecer y me acompaña y yo de su mano acompañándolo en su profesión, juntos”, explica la profesional que dirige un gabinete en Cochabamba.

Para Yepes, su profesión la acerca más a su esposo:“Cuando mi esposo jugaba en Wilstermann tuvo una lesión grave en su rodilla, lo tuvieron que operar y ahí trabajamos juntos en esa recuperación, y por eso decidimos abrir nuestro emprendimiento, vimos que no había muchos centros de rehabilitación y tener el gabinete de fisioterapia e hidroterapia fue una inversión grande, pero sabíamos que nos iba a ir bien”.

Para Yepes, pertenecer a las wag’s “no sólo es ser la mujer de un futbolista, no debe estar etiquetado así, es algo más allá de eso, a veces se nos hace más complicado ser madres y empresarias, pero sí se puede con esfuerzo”.

Alejandra Da Rosa de Díaz

Alejandra Da Rosa maneja un emprendimiento de mates.
Foto: Familia Da Rosa-Díaz

Para Alejandra Da Rosa, esposa de David Díaz, el trabajo forma parte de su vida. Lo hizo 24 de sus 38 años.

“La idea de emprender nace desde el aburrimiento, porque yo estuve siempre acostumbrada a trabajar, trabajo desde los 14 años, entonces cuando me casé con David y me vine a Bolivia el año 2012, me encontré tal vez como un poco en el limbo en el sentido que eres extranjero y no encuentras tu espacio y no te desarrollas”, recuerda.

Ella fue  tripulante de una las aerolíneas más grandes del mundo, vivía en Dubai antes de llegar a Bolivia. Para seguir trabajando, debía apostar.

“Hay un dicho que dice que los uruguayos no nacemos con el pan bajo el brazo, sino con el termo y el mate, entonces yo recién llegada a Bolivia tenía dificultad de encontrar buenos mates para comprar y encontrar mates acordes y fue ahí donde se me prendió una lucecita y bueno ahí arrancamos con lo de los mates, por la necesidad que teníamos de tener el productos. Es difícil hacer un negocio desde cero, pero por suerte tuvo mucha aceptación”, celebra la charrúa que desde hace cuatro años  lidera Mateando Ando Bolivia y Tiffosi Bolivia.

Fuente: paginasiete.bo