Las empresas públicas registraron un déficit de 2.331 millones de bolivianos en 2021. Ese año, los ingresos totales de estas empresas fueron de 48.187 millones, pero los gastos llegaron a 50.518 millones, de acuerdo a datos expuestos en la Memoria de la Economía Boliviana 2021 presentada ayer en el Ministerio de Economía.

«Durante la gestión 2021, las empresas públicas registraron un déficit de 2.331 millones, 0,8 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto). El año 2020, estas empresas se vieron severamente afectadas por los efectos adversos de la pandemia y la administración del gobierno transitorio, por lo que en 2021 se incrementaron los niveles de gasto de capital en línea con la reactivación y recuperación económica, así como de los gastos corrientes», se lee en el documento.

El investigador de la Fundación Milenio, Henry Oporto, dijo que las cifras confirman las advertencias de que las empresas públicas son fuente del «alto déficit del Estado». En 2021 el déficit fue 9,3 por ciento del PIB.

En la opinión de Oporto, esto se debe, en parte, al «gasto excesivo» de empresas públicas, subvenciones y créditos no pagados. «Es una cañería por donde se va el dinero del Estado».

Recordó que como el Banco Central de Bolivia (BCB) continúa dando créditos a empresas «sin capacidad de pago, en algún momento el Gobierno tendrá que condonar las deudas». Esto repercute en el déficit, las reservas internacionales y la deuda total, indicó.

Para este año se prevé nuevamente un déficit, que llegaría al 8,5 por ciento del PIB. Las reservas internacionales llegaban a 4.602 millones de dólares hasta abril de este año.

La deuda fue en aumento en los últimos años alcanzando cifras récord. A julio de 2021, la deuda externa llegó a 12.589 millones de dólares y la deuda interna a fines del mismo año sumó 95.253 millones de bolivianos.

Los ingresos de las empresas públicas en 2021 llegaron a 48.187 millones de bolivianos, lo que es un 15,4 por ciento más que en 2020. Esto se debe principalmente a la venta de hidrocarburos (32.055 millones).

Los gastos, por otro lado, sumaron 50.518 millones de bolivianos, lo que es un 24 por ciento más que en 2020.

«El aumento fue debido esencialmente a la mayor demanda de bienes y servicios para la reanudación de sus operaciones. Asimismo, es notable el aumento del gasto de capital —para la reactivación y avance en el proceso de industrialización—, que casi duplicó el valor observado a 2020», se lee en la memoria.

Los gastos corrientes equivalen al 91,9 por ciento de los gastos totales, y los gastos de capital al 8,1 por ciento. Estos últimos fueron los que más subieron con relación a 2020 por una «política de reactivación de proyectos de inversión pública» se indica en el reporte.