La Angostura trae forraje de oriente para proteger 116 años de tradición

El cerco de construcciones que los loteadores han levantado alrededor de la Hacienda Angostura de Cochabamba obliga a los propietarios a comprar y trasladar rollos de pasto, cáscara de soya y otros insumos agropecuarios desde Santa Cruz para frenar la muerte de más vacas lecheras por falta de alimento y agua.

Cristina Cotari



Fuente: lostiempos.com

Los avasalladores mantienen tapadas tres acequias principales que impiden captar agua de los canales de riego para nutrir los cultivos de alfalfa, avena y forraje para el ganado. Los dueños llegan a gastar hasta 8 bolivianos por día para producir un litro de leche que se vende a pérdida en 3 bolivianos.

La situación se torna insostenible cada día, pese a los esfuerzos para defender 116 años de tradición de la primera granja lechera de los valles cochabambinos, denunció el gerente propietario de la Hacienda Angostura, Enrique Canelas Tardío.

“Hemos perdido 16 animales, los están matando de sed y de hambre. Estamos trayendo de Santa Cruz el pasto a un costo tremendo para que no sigan muriendo”, dijo.

Canelas Tardío precisó que pasaron de producir 1.600 litros diarios de leche a 120, situación que sólo les permite generar 360 bolivianos, pero el gasto que se eroga por jornada es de 750.

A pocos metros de la granja, persiste el acopio de montones de ladrillos, listos para emplazar edificaciones precarias sobre los sembradíos de alfalfa y maíz, según constató este medio en una visita a la zona, ubicada en el kilómetro 12 de la carretera a valle alto.

La deforestación y los trabajos intensos que se realizan con maquinaria pesada para construir viviendas ilegales de “cuatro por cuatro” están convirtiendo las serranías en áreas desérticas, desprovistas de lluvias y bosques nativos, de acuerdo al testimonio de algunos comunarios.

El gerente propietario de la finca relató que la cantidad de asentamientos ilegales tiende a crecer al extremo que se están conformado “barrios” que depositan toneladas de basura en terrenos agrícolas y en el canal de riego, que emplean los regantes para aprovechar el líquido de la represa de La Angostura.

“Antes teníamos de dos a tres cosechas de maíz y avena, los alfares duraban hasta seis años, pero ahora por falta agua se están secando. Los avasalladores se ríen, me dicen que debo bombear para regar, pero ya nos robaron tres bombas y 170 metros de tuberías, no podemos estar reponiendo cada semana este material”, añadió.

Los loteamientos en los últimos tres años redujeron en un 50 por ciento de la producción de leche en Cochabamba y están poniendo en riesgo tradiciones familiares ante la ausencia de autoridad en el departamento, indicó Luz Marina Canelas, propietaria de la hacienda.

“Como la granja, existen otras que están perdiendo terrenos. Los agricultores prefieren vender a meterse con abogados en procesos en que los loteadores los amedrentan. Cochabamba se está volviendo un campamento de barrios donde la gente no tiene documentos. El INRA se ha parcializado”, denunció.

La Alcaldía de Arbieto tampoco controla las construcciones ilegales.

Fuente: lostiempos.com