Las personas con obesidad severa generan menos anticuerpos ante las vacunas contra el Covid-19

Una investigación de la Universidad de Estambul detectó una respuesta deficiente ante la vacunación por parte de este grupo de riesgo, pero también estudió cuál de las vacunas puede ser más efectiva. Estos fueron los resultados

Medical Workers Vaccinating Balding Male At His Home Against At COVID-19Medical Workers Vaccinating Balding Male At His Home Against At COVID-19

 

Fuente: Infobae.com



Una reciente investigación realizada por la Universidad de Estambul, Turquía, presentada en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO), detectó que las personas obesas adultas presentan una respuesta menos sólida ante la vacunación contra el COVID-19. Los científicos estudiaron, además, qué vacunas serían más eficaces para la protección de este grupo de personas y descubrieron que el desarrollo de Pfizer/BioNTech eran una mejor opción.

La investigación, presentada en el ECO realizado en Maastricht, Países Bajos, indicó que las personas mayores de 18 años con obesidad severa presentan una respuesta inmunitaria deficiente ante las vacunas contra el SARS-CoV-2 en comparación con quienes no poseen sobrepeso. El estudio que lideró el profesor Volkan Demirhan Yumuk, de la Universidad de Estambul, encontró que los pacientes con un índice de masa corporal (IMC) mayor a 40 kg/m2 que estaban vacunados con el desarrollo de ARN mensajero de Pfizer generaban más anticuerpos que las que habían recibido CoronaVac, es decir un inmunizante de virus inactivado. Por lo tanto, esto indica que este grupo de población vulnerable podría estar mejor protegida contra el COVID-19 grave si reciben la vacuna de Pfizer.

Desde el inicio de la pandemia por SARS-CoV-2 los científicos detectaron que las personas obesas se encuentran dentro de los llamados grupos de riesgo. Este nuevo estudio revela de qué forma la efectividad de las vacunas también puede ser menor. Anteriores investigaciones mostraron también que vacunas como las de la gripe, la hepatitis B y la rabia tienen una respuesta más reducida en personas obesas.

El equipo científico conducido por Yumuk estudió a 124 adultos con obesidad grave cuyas edades iban de los 42 a los 63 años que fueron asistidas en el Centro de Obesidad de la Universidad de Estambul-Cerrahpasa, Hospitales de la Facultad de Medicina de Cerrahpasa. Los expertos analizaron los anticuerpos de los pacientes tras ser vacunados con Pfizer y con CoronaVac entre agosto y noviembre de 2021.

Para contrastar los resultados tomaron un grupo de control de 166 personas de peso normal, es decir con un IMC inferior a 25 kg/m2 cuyas edades iban de los 39 a los 47 años, quienes fueron vacunados en la Unidad de Vacunación de los Hospitales Cerrahpasa.

Los investigadores midieron los niveles de anticuerpos en las muestras de sangre de los pacientes con obesidad y de los voluntarios del grupo de control de peso normal cuatro semanas después de haber sido vacunados con dos dosis de Pfizer o de CoronaVAc. Además clasificaron a los participantes del estudio entre los que habían contraído previamente COVID-19 y los que no, según el perfil de anticuerpos que presentaban las muestras de sangre. Del total de participantes, 130 recibieron dos dosis de Pfizer y 160 dos dosis de CoronaVac, de los cuales 70 tenían una infección previa por SARS-CoV-2.

De esta forma, detectaron que los participantes con obesidad grave sin infección previa y vacunados con el desarrollo de ARN mensajero generaron tres veces menos anticuerpos a los voluntarios del grupo de control con peso normal y sin infección previa, con una media de 5.823 frente a 19.371 UA/ml.

En cambio, entre los vacunados con CoronaVac con las mismas características, es decir pacientes con obesidad severa sin infección previa, presentaron 27 veces menos anticuerpos respecto de las personas con peso normal que recibieron la misma vacuna y no habían contraído antes el COVID-19, es decir una media de 178 frente a 4.894 UA/ml.

En cambio, quienes habían contraído antes el SARS-CoV-2, tanto las personas con obesidad como las personas con peso normal vacunadas con Pfizer o con CoronaVac no tuvieron niveles de anticuerpos demasiado diferentes, con una media de 39.043 vs 14.115 AU/ml y 3.221 vs 7.060 AU/ml, respectivamente.

Una de las conclusiones más destacadas de los especialistas turcos que los análisis indicó que los pacientes con obesidad severa, tanto si se habían infectado antes o no con SARS-CoV-2, tenían niveles de anticuerpos significativamente mayores si se habían vacunado con Pfizer, respecto de los que recibieron CoronaVac.

“Estos resultados proporcionan nueva información sobre la respuesta de los anticuerpos a las vacunas contra el SARS-CoV-2 en personas con obesidad grave y refuerzan la importancia de priorizar y aumentar la aceptación de la vacuna en este grupo vulnerable”, dijo Yumuk.

(IStock)(IStock)

“Nuestro estudio confirma que la memoria inmunitaria inducida por una infección previa altera la forma en que las personas responden a la vacunación e indica que dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech pueden generar una cantidad significativamente mayor de anticuerpos que CoronaVac en personas con obesidad grave, independientemente de los antecedentes de infección. Sin embargo, es necesario seguir investigando para determinar si estos niveles más altos de anticuerpos proporcionan una mayor protección contra COVID-19″, consideró el especialista.

Estudios científicos alertaron que el 30% de las hospitalizaciones desde el inicio del COVID-19 fueron en personas con obesidad. Además otra investigación, demostró que las personas con sobrepeso tienen un 46% más de riesgo de contraer coronavirus y también tienen mayor riesgo de desarrollar cuadros graves de COVID-19, con 113% más de posibilidades de ser hospitalizados, 74% más de riesgo de ser internados en unidades de Terapia Intensiva. Pero lo más preocupante es que en los pacientes con obesidad y COVID-19 se registra un 48% más riesgo de muerte que en las personas sanas que se infectaron con el coronavirus.

“Casi desde el inicio de esta pandemia se empezó a observar a nivel global que el hecho de presentar obesidad o sobrepeso significativo estaba asociado con un peor pronóstico en caso de contraer COVID-19. Desde un punto de vista mecánico es fácil comprender que el aumento de grasa abdominal puede comprimir al diafragma, un músculo importante en el proceso de la respiración y restringir la oxigenación pulmonar. Si a esto le asociamos una neumonía en ambos pulmones, como suele verse en esta infección viral, el resultado es una bomba de tiempo”, explicó a Infobae el doctor Mario Boskis (MN 74002), cardiólogo miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología y del Colegio Americano del Corazón.