Según el expresidente Morales, “días antes del asalto al poder, los soldados de la Casa Militar recibieron la orden de levantar las manos y rendirse ante el ingreso de civiles”.
El expresidente Evo Morales consideró este jueves que la información del ministro de Defensa, Edmundo Novillo, sobre el supuesto desarmado de la Casa Militar y la guardia presidencial en la crisis de 2019 comprobó el plan “para ejecutar el golpe y después atentar contra la vida de las máximas autoridades” de entonces.
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“La información que revela nuestro hermano ministro de Defensa (…) comprueba que el plan de los golpistas era dejar desarmada e indefensa a la seguridad presidencial para ejecutar el golpe y después atentar contra la vida de máximas autoridades del Ejecutivo y Legislativo”, afirmó Morales en su cuenta en Twitter.
Novillo, en una entrevista con el periódico argentino Página/12, aseguró que, después de los hechos de noviembre de 2019, tuvo acceso a información “que tres semanas antes ya desarmaron la Casa Militar y la guardia presidencial de los Colorados de Bolivia”.
Es decir, en criterio del ministro, tres semanas antes “se había sacado todo el armamento y dejado sin protección al Gobierno” que entonces era presidido por Evo Morales.
#Nacional
Novillo revela que militares encargados de la seguridad presidencial en 2019 estaban desarmados https://t.co/q4WYCEI500 pic.twitter.com/irQaH43PIv— La Razón Digital (@LaRazon_Bolivia) May 26, 2022
Por tanto, “esta revelación comprueba lo que nos confiaron uniformados patriotas: días antes del asalto al poder, los soldados de la Casa Militar recibieron la orden de levantar las manos y rendirse ante el ingreso de civiles. La verdad se impone a la falsedad e impunidad”, agregó Morales en otro mensaje difundido en la misma red social.
Además, el exmandatario señaló que mientras “desarmaban” la seguridad presidencial, las Fuerzas Armadas asumieron el desacato a su capitán general, es decir a él, y se sometieron a las “órdenes del agente golpista de EEUU (Estados Unidos) y heredero de la dictadura”.
El 10 de noviembre de 2019, Morales renunció a la presidencia en medio de una serie de protestas cívicas que denunciaban un presunto fraude electoral, un motín policial y hasta una “sugerencia” de las Fuerzas Armadas para que dimitiera.
Dos días después, la entonces segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Áñez, asumió la presidencia del órgano camaral y luego la jefatura del Estado en sendos actos en la Asamblea Legislativa sin quorum ni asistencia de la bancada mayoritaria del Movimiento Al Socialismo (MAS).