Ximena Fernández recibió el alta médica, todavía con dolores de cuerpo y con lagunas mentales de lo vivido en una asamblea en la universidad estatal de Potosí.
Fuente: Unitel
No recuerda todo lo ocurrido, pero sí el momento en el que estaba siendo empujada y pisoteada por otros estudiantes que intentaban salir del lugar donde se realizó una asamblea estudiantil y donde se hizo estallar una granada de gas lacrimógeno que terminó con la vida de cuatro mujeres de la universidad Tomás Frías.
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Se trata de Ximena Fernández, estudiante de Contaduría. Ella recibió el alta médica y trató de buscar a sus compañeras que todavía se encontraban hospitalizadas por lo ocurrido el pasado lunes.
“Me han recetado antibióticos y pomadas, sigo con dolores en la espalda. Estaba en el piso, no recuerdo muy bien. En un momento dije que era mi último día. Fue una experiencia muy fea”, contó.
Relata que cuando estalló la granada, todos los estudiantes trataban de correr para salir del lugar, a ella y sus compañeras las empujaron hasta caer al piso. “Estábamos en el piso, como quintales apilados y no teníamos cómo salir. Estaba encima de otras personas y después debajo de varias. Pedíamos ayuda, nos pisaron. Los mismos compañeros nos ayudaron”, reveló.
Agregó que a la asamblea las obligaron a que vayan de forma obligatoria. “No debería ser obligatorio las convocatorias, pero no pienso volver más. Muy mal esto, una pena por las compañeras que fallecieron”, dijo Ximena.
Varios estudiantes recibieron el alta médica para continuar con el reposo y tratamiento en sus respectivas casas.