Viceministro alude a exautoridades: Hemos demostrado que el MAS-IPSP ¡No es una persona!

La autoridad escribió un mensaje en su cuenta de Facebook, donde invitó a ver un documental en el que el principal protagonista es David Choquehuanca.

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Freddy Bobaryn. Foto: Internet

Fuente: ANF

El viceministro de Coordinación Gubernamental dependiente del Ministerio de la Presidencia, Freddy Bobaryn, aludió a las exautoridades que durante el denominado “golpe” optaron por “huir, asilarse o esconderse” y aseguró que se ha “demostrado que el MAS-IPSP ¡NO es una persona!”.



“Fueron contados quienes lo arriesgaron todo durante el golpe, muchos optaron por huir, asilarse o esconderse. Hoy festejamos el retorno del sol de nuestro Jilata Choquehuanca, que mejor ocasión para conmemorar junto a él, la victoria del pueblo boliviano, y la madurez del instrumento político.”, escribió Bobaryn en su red social Facebook.

Su mensaje fue compartido el pasado 7 de mayo, el día que cumplió años el vicepresidente del Estado, David Choquehuanca. Además, invita a ver un documental en el que los protagonistas son el segundo hombre del Estado y el presidente.

En una buena parte del documental se lo ve a Choquehuanca en diferentes momentos de ese tiempo, además pasajes de la campaña electoral que termina con la victoria del binomio del Movimiento al Socialismo en las elecciones de 2020.

“Hemos demostrado que el MÁS-IPSP ¡NO es una persona!”, remató el viceministro dependiente del Ministerio de la Presidencia. En una coyuntura en la que hay voces que piden renovación desde la conducción del Movimiento al Socialismo.

Bobaryn no menciona nombres, sin embargo, el 2019 renunciaron a sus cargos el entonces presidente, Evo Morales; el vicepresidente, Álvaro García Linera, que optaron por salir del país rumbo a México donde se asilaron.

Los exministros de la Presidencia, Juan Ramón Quintana; el exministro de Defensa, Javier Zavaleta; el exministro de Justicia, Héctor Arce, se asilaron en la embajada de México en Bolivia.

Mientras que el exministro de Minería, César Navarro; el exministro de Economía y Finanzas y ahora presidente del Estado, Luis Arce, salieron del país.

No es la primera vez que Bobaryn lanza una línea crítica, en enero aludió al “jefazo” que en otras palabras es Evo Morales y a su entorno que denominó “jefismo”, al que responsabilizó de “forzar una candidatura a la presidencia, por cuarta vez”.

Bobaryn expuso su posición en un artículo denominado ‘El síndrome de hubris y la lucha por el poder’ publicado en el periódico gubernamental.

“El jefismo rompió el techo de cristal cuando atribuyó a las organizaciones sociales la obstinación de forzar una candidatura a la presidencia, por cuarta vez. Porque fue una situación que contribuyó a crear un rechazo -no menos apasionado- de una sociedad ya estupefacta ante una narrativa que justificaba la vulneración de Derechos Humanos”, señaló en ese escrito.

Describió la “soberbia de quienes profesaban verdades absolutas nubló la posibilidad de generar espacios de autocrítica, reflexión y reconducción del Proceso de Cambio”. Lo que provocó “rupturas y desalineamientos que llegaron de la mano de la desmoralización de la militancia y de las organizaciones sociales, a quienes no se dudó de acusar de ‘traición’, cuando estas planteaban el mínimo cuestionamiento”.

Acoto que “El entorno que justificó teóricamente la indispensabilidad de la presencia del jefazo como única garantía de unidad en el país, se equivocó”. En ese escenario, y como sucedió en el estalinismo, en el MAS también se realizaron “purgas y persecuciones internas, que procuraron calumniar y deponer a David Choquehuanca, por el temor que éste pudiera desplazar al jefazo”.

Y que actualmente se continúan “orquestando ataques sistemáticos, que buscan desprestigiar a quien es el principal ideólogo y pieza clave en la construcción de la filosofía del Vivir Bien”, en relación a quien ahora es el segundo hombre del Estado.

Bobaryn inicia su artículo citando un mito de la antigua Grecia, sobre el sol que derritió la cera de las alas del ícaro por querer volar demasiado alto. Afirma que a esto se conoce como “hubris” “-la arrogancia del ícaro-, quien, siendo un mortal, ofendió a los Dioses queriendo actuar por encima de sus capacidades, lo que hizo que se cayera al mar y desapareciera para siempre”.

Explica que el “Hubris” viene del griego que significa desmesura, es lo opuesto a la sobriedad y la moderación. “El término alude al ego desmedido y la sensación de omnipotencia. Es decir, tiene que ver con los deseos de transgredir límites, conllevando implícito el desprecio hacia el espacio de los demás, el menosprecio y la instrumentalización del entorno en función a los intereses del ególatra (Gonzales-García)”.