Con cinco abogados en su defensa, Nallar y otros dos hombres guardan silencio y los imputan por asesinato


En medio de llanto y pedidos de justicia, despiden a las víctimas mortales. El yerno de un capo del narco, presunto autor intelectual de las muertes, llevaba una vida ostentosa en Bolivia.
Familiares, oficiales y amigos despiden a los policías acribillados en Porongo, Santa Cruz. APG
Familiares, oficiales y amigos despiden a los policías acribillados en Porongo, Santa Cruz. APG

Misael Nallar V., yerno de Jesús Einar Lima Lobo (conocido como el ‘pez gordo’ del narcotráfico) se acogió al silencio, al igual que Esteban B.M. y Raúl C., los otros dos aprehendidos, por el asesinato de los dos policías y el voluntario del Grupo de Apoyo Civil de la Policía Boliviana (GACIP) ocurrido la tarde del 21 de junio en Porongo, Santa Cruz. En medio de llanto, dolor y pedidos de justicia, los efectivos Eustaquio Olano y Alfonso Chávez, fueron despedidos ayer en el cementerio La Cuchilla, mientras José David Candia en el Memorial Park, donde ahora descansa con su abuelo.

CINCO ABOGADOS, LA DEFENSA DE NALLAR



Cinco juristas, a la cabeza de Winter Hinojosa, asumen la defensa de Misael Nallar, principal sindicado del triple asesinato. Según una publicación de El Deber, el abogado confirmó que su cliente guardó silencio haciendo uso de su derecho legal. Evitó brindar información del caso. Consultado sobre si Nallar fue detenido o se entregó voluntariamente a la Policía, respondió que más adelante resolverá esa y otras dudas porque considera que cursa una “investigación  delicada”.

Al respecto, el fiscal asignado al caso, Marco Arce, dijo que Nallar y los otros dos aprehendidos fueron imputados por el delito de asesinato.

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La Policía sugirió inicialmente la investigación por tres delitos: asesinato, asociación delictuosa y tenencia, porte y portación ilícita de armas. La tipificación puede ampliarse conforme avance el proceso. “Solo asesinato, no hay el arma todavía para demostrar quién lo portaba”, dijo Arce.

LA OSTENTOSA VIDA DEL YERNO DEL ‘CAPO’

Nallar llevaba una vida ostentosa. La Policía allanó el miércoles su hacienda en Guarayos donde tenía cabañas, piscina e incluso pumas. Según una publicación de El Deber, el yerno de Lima Lobo tras la ejecución de los uniformados decidió huir. Se quitó la barba, se cortó el cabello y se trasladó hasta su hangar en el aeropuerto El Trompillo y voló en su avioneta hasta Beni. Se habría sentido acorralado y tomó la decisión de retornar y entregarse a la Policía.

Ese medio de comunicación tomó las declaraciones de colombianos, empleados por Nallar, que fueron detenidos.

El comandante general de la Policía, Jhonny Aguilera, informó que intervinieron cinco inmuebles, secuestraron cuatro vehículos y dos equipos de comunicación, se precintaron 20 cuadratracks y se realizó tres registros al lugar del hecho.

CASO POR LEGITIMACIÓN DE GANANCIAS

El fiscal departamental de Santa Cruz, Roger Mariaca, informó ayer que se abrirá una investigación, desde una unidad especializada, por legitimación de ganancias ilícitas.

Acotó que los fiscales solicitarán información sobre los bienes muebles e inmuebles de Nallar y otros detenidos.

A SANGRE FRÍA

Los dos policías y el voluntario del GACIP fueron asesinados cuando estaban de rodillas, dijo Aguilera, tras conocer los resultados del estudio de balística. Dos colombianos que usaban chalecos verdes habrían acabado con sus vidas.

Según información policial, los funcionarios estaban patrullando en la zona cuando la camioneta se enfangó en arena. En el lugar, identifican a un grupo de personas que circulaban en cuadratracks, mientras consumían alcohol y otras sustancias. El sargento Chávez le comunicó la situación al responsable de su unidad, quien se dirigió al lugar con un mecánico que logró sacar el vehículo de la arena. Sin embargo, los oficiales fueron interceptados por los colombianos quienes los acribillaron con armas largas calibre 7.62 y 5.56.

ASCENSO PÓSTUMO

Los policías Eustaquio Olano y Alfonso Chávez fueron ascendidos a suboficial segundo y a sargento mayor, respectivamente. La Policía compromete ayuda a sus familias.