Rafael Puente considera que Evo no es ni la sombra de lo que fue y que Luis Arce no lo está haciendo bien ni siquiera en lo económico. Dice que no hubo golpe y que “la pobre Jeanine” está pagando por eso.
Fuente: paginasiete.bo
Rafael Puente es un hombre de izquierda desde siempre. Durante el primer gobierno de Evo Morales fue viceministro de Régimen Interior, prefecto interino de Cochabamba y rechazó el ofrecimiento para ser ministro de Gobierno y embajador en el Vaticano. Se fue desencantando del proceso y luego se convirtió en uno de los más duros críticos de Morales, al que, aun así, considera el mejor presidente que tuvo Bolivia, sólo en su primera gestión.
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Puente está casado con la homeópata Carmen Guardia, con quien comparte su rechazo a la vacuna contra el coronavirus. El también exjesuita es columnista semanal de Página Siete, presidente de la Fundación Piraí de Santa Cruz, además de estar ligado a diversas organizaciones. A sus 82 años dice estar cada vez más retirado de la vida pública, dejándose cuidar y cuidando a su esposa y a su hija de 12 años.
¿Cuál es su evaluación del MAS y de las pugnas internas?
El momento no podía ser peor. La única ventaja que tiene el MAS es que en todos estos años no se ha formado ningún partido más o menos de izquierda, más o menos crítico, más o menos interesante para el país. Entonces, a falta de otros partidos, el MAS todavía tiene el mínimo de vigencia necesario para poder justificar su existencia, pero eso no quita que esté en auténtica crisis; en primer lugar, porque el MAS llegó a ser identificado excesivamente y exclusivamente con la jefatura y la figura de Evo Morales y Evo Morales ha entrado hace tiempo ya en la típica crisis que genera el ejercicio del poder. Tengo un documento que es resultado de investigaciones y evaluaciones que se hicieron en Estados Unidos y en Inglaterra, que se titula “El poder crea daño cerebral”; cuando yo lo leí, me lo archivé como un documento absolutamente vigente, porque Evo ya estaba empezando a cambiar.
En su primer gobierno, Evo era un tipo novedoso, otra clase de político. Lo primero que hizo fue rebajarse el sueldo, pero ese mismo Evo hoy día cobra una jubilación de más de 23.000 bolivianos, que por supuesto no se la merece ahora. Evo ha entrado en una decadencia conceptual y personal inaudita, no tiene capacidad ni para mantener la unidad de su partido, uno se encuentra ahora con mucha frecuencia con problemas internos en el MAS. Y, sean cuales fueran sus bandos, están en otra cosa, están para aprovecharse del poder, para sacar ventajas, etc. Evo se ha pasado de todas las rayas y está criticando y oponiéndose a algunas de las medidas del presidente Arce, que era su hombre de confianza, pues se suponía que una vez terminada su gestión, iba a dar paso para que Evo fuera reelegido, cosa que no se puede negar que sea posible por falta de otros candidatos, pero de ninguna manera volvería a ser ya el Evo de aquellos tiempos. El único que intenta hacer algún milagro para mejorar las cosas es el presidente del Poder Legislativo, que es David Choquehuanca, pero el pobre David Choquehuanca, que nunca ha dejado de ser un tipo inteligente, honesto y consecuente, se encuentra rodeado por arriba y por abajo y por todos lados de peleas que no tienen nada que ver con el país y su destino. El pobre David está queriendo hacer milagros, pero no logra nada, más que ser objeto de burla por parte de periodistas críticos. La situación es muy dramática en este momento.
¿Usted cree que Evo debería retirarse y así se podría salvar el MAS o ni así?
Hace mucho tiempo que debía haberse retirado ya, pero no hay figuras suficientemente convincentes que puedan sustituir de alguna manera la fuerza y la presencia que en su momento tuvo Evo Morales. La única salvación (del MAS) es que no hay otros partidos populares, masivos, de izquierda. Los partidos que hay son pequeños grupos que nunca han logrado nada que valga la pena. La vida política del país es para llorar, no hay dónde apuntar, por quién votar que valga la pena; el Presidente actual ha demostrado falta de criterio y de capacidad incluso en el campo económico que es su profesión.
¿Cree que es probable que el MAS se divida y que haya dos candidatos en 2025?
No creo que llegue a ocurrir, pero va a estar al borde de esa situación. No creo que llegue a ocurrir porque cuando llegue el momento mismo, empiezan a haber encuestas y se van a dar cuenta que es un suicidio. Entonces yo me imagino que cuando llegue ese momento de las elecciones vamos a tener algunas sorpresas.
¿Qué le impide a Arce romper con Evo, el poder del Chapare?
Claro y toda la fuerza que ha apoyado a Arce en los primeros tiempos de su gobierno. Era el hombre que se había prestado a ser presidente por el MAS, pero a estas alturas, el presidente Arce no sabe qué hacer, tampoco es que sea tonto y no se dé cuenta de nada, pero la situación y las circunstancias por las que está atravesando el país le impiden asumir posiciones propias y diferentes. La cosa está absolutamente a oscuras y, repito, el único confiable que hay en todo ese barullo es David Choquehuanca, que está solo y está condenado casi casi a hacer el ridículo.
¿Usted cree que Choquehuanca sería capaz de articular su propio partido tal como le acusa el evismo?
Evo nunca confió en David Choquehuanca. Evo nombró a David y lo tuvo en cuenta desde el principio porque sabía que era un hombre respetado y apreciado por grandes sectores de la población; además, era un conocedor profundo del país, pero desgraciadamente ahora no tiene fuerzas, no tiene posibilidades reales de hacer nada; además, no es ambicioso, no le gusta pelearse con nadie, no le gustaría mandar a Evo al diablo, entonces está sin saber qué hacer. Fuera de él no veo ningún líder que tenga vigencia, valor, capacidad. El presidente Arce hasta en lo económico ha fallado y está haciendo quedar en ridículo al país.
¿Qué queda de las banderas del MAS de 2005, cuando usted lo apoyaba?
Yo diría que no queda casi nada, hay dirigentes que yo creo que son honestos y quieren hacer algo, hay sectores sociales que todavía confían y se movilizan, pero están perdidos, desorientados y aislados. En la práctica, no veo ninguna posibilidad, ninguna alternativa, y estamos condenados a pasar una etapa de desbarajuste creciente en el país. Por otro lado, Evo sigue creyendo que es el personaje que era y no es ni sombra de lo que fue, desde ningún punto de vista; entonces, estamos en una situación política que considero lamentable y sin perspectivas.
¿En qué momento el MAS perdió su esencia, con lo del Tipnis tal vez?
El Tipnis vino a ser un punto de muestra de cómo habían cambiado las cosas. Evo había tenido un éxito político notable, pero ya se le había subido el poder a la cabeza, ya no tenía la capacidad de antes, porque el poder crea daño cerebral. Evo dejó de ser el que era, a pesar de eso se lo ha seguido apoyando. Yo lo sigo diciendo, el mejor presidente que tuvimos en nuestra historia fue el Evo del primer gobierno. A partir de ahí se endiosó, se le subió el poder a la cabeza y al tercer (gobierno), el referendo que armó para ver si podía candidatear otra vez y, en vista de que el referendo dijo que no, se armó el desastre que se armó. Es la famosa historia por la que la pobre Jeanine Añez, que no tiene culpa de nada, porque nunca se había enterado de nada, ahora está presa y juzgada. Fue el resultado de aquel desbarajuste de 2019.
En lo personal, ¿cuál es el hecho concreto que le hace decir “hasta aquí llegué con el MAS”?
El Tipnis, la actitud que asumió el MAS y Evo con el Tipnis. A continuación de eso, Evo me quiso nombrar ministro de Gobierno en 2010, yo le dije “no Evo, yo he estado contigo, he estado convencido de que eras el mejor presidente que tuvimos, pero ahora la actitud que has asumido en el Tipnis nos muestra que ya no eres”. Él me dio la mano y me dijo: “Bueno, hasta aquí hemos llegado, ahora sé con quién he estado durmiendo” (ríe).
¿Con el enemigo habrá querido decir?
Claro, eso quiso decir. Después de eso, el único contacto que tuve fue cuando lo hicieron Papa al actual Papa. Por ser latinoamericano, el Evo dijo que hay que darle apoyo e importancia y me propuso que vaya de embajador al Vaticano (ríe otra vez); en el Vaticano no tengo nada que hacer.
Según su criterio, ¿el prorroguismo de Evo es la raíz de la crisis de 2019?
Sí, yo creo que sí. Él, respaldado por uno de los tipos más inteligentes que tuvimos en la vida política de Bolivia y que nos defraudó a todos cuando se volvió el llunku principal, Álvaro García Linera, cuando empezó a endiosar a Evo, cuando decía que “nuestro primer pensamiento al despertar debe ser el hermano Evo”. Ridículo todo, pero colaboró, no quiero decir que tenga la culpa, pero colaboró a ese desmoronamiento político que sufrió Evo Morales, del que nunca se va a poder recuperar.
¿Cuál cree que es el objetivo de este torpedeo constante de Evo en contra de Arce y Choquehuanca? ¿Quiere recuperar el poder, desgastar o busca un revocatorio?
Claro que quiere (recuperar el poder) y se da cuenta de que esa gente ha dejado de confiar en él, incluido el presidente Arce, que parecía que estaba dispuesto a promover que Evo volviera a ser candidato y presiente en las próximas elecciones, esta vez con toda legalidad, pero Arce se dio cuenta que la cosa no es así. Además, creo que también se ha engolosinado con el poder. Arce también se da cuenta de que Evo no es el que era, y no es cuestión de decir nos la jugamos todos por él.
¿Y en el caso de que hubiera ruptura, qué actitud tomarían las organizaciones sociales, como el Pacto de Unidad y las otras que apoyan al MAS, cree que se irían con Arce o con Evo?
Los actuales dirigentes de las organizaciones sociales lo que buscan ahora son ventajas, privilegios, espacios de poder de donde beneficiarse, puestos de trabajo para sus militantes; por tanto, lo que harían sería calcular dónde me coloco mejor, dónde me beneficio más. Yo he perdido completamente la confianza en esos dirigentes.
Usted decía que Arce no lo está haciendo tan bien. ¿Qué cosas no le gustan o qué cree que hacen quedar mal al país?
Arce es un presidente decorativo, que está muy dispuesto a estar en eventos internacionales, de un lado para el otro, pero a la hora de actuar, de jugársela, de tomar decisiones más allá de lo que pueda suponerle problemas políticos y el rechazo de mucha gente, Arce lo único que busca es seguir quedando bien, seguir apareciendo con su sonrisa amable. No descartaría que esté pensando en ser candidato.
¿Cómo ve el apoyo que Arce da a gobiernos autoritarios como el de Maduro, Ortega o a Rusia?
Como despiste político. El acuerdo con Maduro en un momento en que Maduro no ha hecho más que meter la pata y arruinar el proceso venezolano, nos muestra que el Presidente boliviano no se entera de lo que está pasando. En el caso de Nicaragua y de Daniel Ortega es mucho peor todavía, porque ahí sí hay una degeneración total de lo que fue el revolucionario Daniel a lo que es ahora, el aprovechado dictador, masacrador, al que habría que denunciar públicamente y habría que romper toda relación. Ahí es donde más se nota el despiste ideológico del Presidente.
En lo que sí están de acuerdo Evo y Arce es en enjuiciar a Jeanine Añez y a los otros opositores. ¿Cómo ve usted esta acción conjunta?
Eso me tiene a mí completamente desorientado, no entiendo cuál es la ventaja, qué peligro significa Jeanine Añez para nadie. La pobre Jeanine acabó de casualidad en la Presidencia porque renunciaron todos, cosa que no estaba prevista. Le llaman golpe, pero saben que no fue golpe ninguno. Jeanine fue consecuencia del juego democrático constitucional, ante la renuncia de todos los demás que podían ser sustitutos. Luego de que un presidente ha renunciado, le tocaba a Jeanine. Que Jeanine demostró que no estaba preparada para ser presidenta es otro tema, pero ella no hizo daño al país, ni a nadie, simplemente fracasó. Nombró un ministro de Gobierno para llorar, que ahora está preso en EEUU y de ninguna manera es para justificar que ahora se concentren las broncas en Jeanine, en juzgarla; la pobre ya está presa.
¿Usted cree que alimentar esta retórica de golpe perjudica al MAS o lo fortalece?
Lo perjudica, pues. La acumulación de errores inevitablemente tiene que perjudicar a un partido y a sus dirigentes.
Los cocaleros están yendo al Palacio para que Arce les rinda cuentas. ¿Corresponde que eso suceda?
Tiene que rendir cuentas al conjunto de la sociedad boliviana y al conjunto del país. Desde cuándo pues los cocaleros son un cuerpo especial. Ellos siguen creyendo que, por haber tenido a Evo a la cabeza, son una fuerza especial en el país. Son una fuerza cuyo prestigio logrado por la capacidad económica y la influencia está muy relacionado con el negocio de la cocaína; por consiguiente, tendría que ser más bien sometido a un análisis profundo que nadie se atreve a hacer, porque el propio Evo y todos sus amigos y compañeros están vinculados con ese negocio.
Fuente: paginasiete.bo