60% del dinero de Ministerio de Culturas va a los salarios y servicios

LA TITULAR DE LA CARTERA NO RESPONDIÓ A LOS PEDIDOS DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE BOLIVIA.

El 40% se destina a las actividades de los tres viceministerios y las acciones, que incluyen la preservación del patrimonio, premios y otras actividades.

Fuente: Página Siete / La Paz 
Jorge Soruco

 

De los 37.022.668 bolivianos que forman el presupuesto del Ministerio de Culturas, el 60% (24.563.490) está destinado a pagar salarios, gastos operativos, servicios y otros gastos para mantener la existencia de la cartera.

El dato fue revelado esta semana en el Foro de Interés Ciudadano (FIC) realizado por la diputada Samantha Nogales, de Comunidad Ciudadana (CC). El evento se realizó el jueves en la ciudad de Cochabamba y reunió a la legisladora y su equipo con representantes del sector cultural del departamento.

“Este tipo de reuniones es esencial para hacer una verdadera evaluación del estado de uno de los sectores más golpeados por la pandemia. Hemos comprobado (con distintas instituciones) que no se da la reactivación económica de forma adecuada y hay una terrible deficiencia en el liderazgo”, manifestó la diputada cochabambina.

Según la información que proveyó Nogales, uno de los problemas destacados se encuentra en el Ministerio de Culturas. Según los datos del Ministerio de Economía, la ejecución de los recursos de la cartera se enfoca más en el mantenimiento de su propia existencia más que en los programas y acciones que debe llevar a cabo en la gestión.

“Es una pena, pero tenemos una cabeza de sector totalmente incapaz de cumplir con sus labores. Además de la gran cantidad de dinero destinado a salarios, nos encontramos con que se invierte en cosas que tienen poco o nada que ver con sus funciones, sea la cultura o la despatriarcalización y descolonización. Es notorio que sólo un 40% se tiene que dividir en los tres viceministerios o en los premios”, agregó Nogales.

De hecho, sólo el Premio Eduardo Abaroa cuenta con un presupuesto asignado: 1.628.200 bolivianos. No hay nada de los otros como los de literatura, el Nacional de Cultura y el de Gestión Cultural.

Este medio intentó comunicarse con el Ministerio de Culturas para conseguir la contraparte. Sin embargo los funcionarios se vieron obligados a participar en la marcha convocada por el MAS de ayer, por lo que no hubo atención en gran parte del día.

En ese sentido se cuestionó, además, la falta de respuesta de la ministra Sabina Orellana a los pedidos de informe emitidos por la Cámara Baja.

El FIC no se limitó a exponer los problemas con la cartera. En la reunión se recogieron también otras preocupaciones de los gestores y artistas.

Una de ellas es el conflicto con el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN). Según denunciaron varios participantes, el SIN no está cumpliendo con la Ley 2206, que exime del pago de Impuestos al Valor Agregado, IVA; Transacciones, IT; y a las Utilidades, IU a las actividades producidas por artistas bolivianos que estén en el registro plurinacional.

También se pidió la fiscalización de la Sociedad Boliviana de Autores y Compositores de Música (Sobodaycom). “Nos indicaron que la institución no es transparente en su gestión y en el uso de sus recursos. Sin embargo, al ser una sociedad privada, hay poco que podamos hacer”, agregó la diputada.

Y está la falta de protección para el artista y el gestor. “En 15 años no se hizo nada concreto para resguardar a los profesionales de la cultura. No hay una ley macro del sector, pese a los esfuerzos de varias organizaciones de trabajar en ella; tampoco hay una ley del artista que les permita tener los mismos beneficios que tienen otros trabajadores. Esta vulnerabilidad fue comprobada durante la pandemia de Covid-19, cuando murieron varios autores”.

El FIC en Cochabamba es el primero de una serie de reuniones que están planificando Nogales, su equipo y otros legisladores. Se están viendo mecanismo para organizar más FIC u otro tipo de encuentros similares, sean presenciales o virtuales, en los departamentos restantes para seguir recabando las preocupaciones del sector.