La población comienza a sentir de mayor forma los efectos que causan los bloqueos en las carreteras. La falta de combustibles es una de ellas
Fuente: Unitel
Este viernes se cumplen cinco días de haberse instalado distintos puntos de bloqueos en la carretera que une la capital cruceña con la Chiquitania y Trinidad. El municipio de Ascensión de Guarayos es uno de los más afectados, pues se encuentra aislado debido a los cortes en la ruta que llevan adelante campesinos que piden titulación de tierras.
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En los tres surtidores que existen en la zona se constató que se entrega un máximo de 50 litros de gasolina por persona, la que además de realizar una extensa fila para poder recargar.
Sobre el diésel: «ya no hay», dice uno de los encargados de la bomba de un surtidor que señaló que ya no contaban con este combustible desde ayer (jueves).
Marcelo Méndez, presidente cívico de Guarayos, indicó que hay un desabastecimiento que ya se siente en Guarayos y que fue precisamente la falta de carburantes, lo que motivó a que los transportistas formarán parte del grupo que se enfrentó a los bloqueadores la pasada jornada y que resultó con siete personas heridas.
«No hay alimentos, porque todavía el bloqueo persiste en Pailón, lamentablemente lo que se está viviendo es muy triste y pedimos que el Gobierno haga algo, en muchas partes de la Chiquitanua no ha llegado ni combustible», señala Méndez en entrevista con UNITEL.
El Comité cívico de Pailón también apuntaba una afectación al abastecimiento de la canasta familiar de la población a causa de los bloqueos que también perjudican la libre transitabilidad, por lo que, a través de un comunicado, pedían al Gobierno la intervención para que se solucionen los problemas y se reestablezcan la circulación vehicular.