Discurso hueco, vacío y desgastado

Cierren las cortinas y vámonos, no es posible tanta asquerosidad, la decadencia es total. Presenciamos un discurso presidencial ambiguo, cerrado, reservado, gris, turbio, incomprensible por momentos, confuso, impreciso en los datos y las cifras, el gobierno sigue encerrado, en los moldes ideológicos de la vieja tradición política del pasado. ¡Nada por aquí, nada por allá…!

Discurso hueco, vacío, sin nada contenido, de esencia, de autocrítica, lo que no se da cuenta el señor Presidente es que existe una sensación de distanciamiento entre el pueblo y su gobierno, la realidad es reveladora y muy distinta a la percepción del gobierno y el presidente no tiene la voluntad de comprender muchas cosas. El pueblo boliviano, la opinión pública brinda un consejo importante pidiendo un censo para el próximo año 2023, queremos tener una fotografía actualizada del país, su partido se encapricha en el 2024, el presidente no quiere escuchar.



La opinión pública advierte la necesidad de mirar el lado mestizo del pueblo, el presidente no quiere ver. El pueblo siente la necesidad de un cambio institucional, debido a la burocracia parasitaria y la corrupción encubierta, el presidente no siente nada, para él todo marcha bien. ¡Seguimos saliendo adelante…!

Hagamos un análisis frío y certero del mensaje presidencial, escuchamos una danza de cifras y datos económicos, pero el pueblo ha perdido la confianza en los mensajes presidenciales, ha perdido la confianza en los datos y cifras del gobierno.

El mensaje presidencial 2022 lo resumiré en tres partes: Estabilidad, lealtad y Desarrollo. Cuando el presidente nos habla de la estabilidad tanto política como económica que supuestamente vive el país, nos habla de la estabilidad partidaria, al corrupto personalmente le conviene la corrupción, aunque al resto le perjudique, en un sistema corrupto que para el presidente es estabilidad, cada uno de los insectos se beneficia, hasta que la nave colapsa y la totalidad de las polillas muere ahogada.

La corrupción que para el presidente es sinónimo de estabilidad, es la raíz del atraso social, cultural y económica, el análisis que yo hago de la estabilidad que dice el presidente es la política del “pan y palo”.

“Palo” para aquellos que piensan diferente, uso del poder para perseguir a los que piensan distinto, que se traduce en manoseo de los resultados electorales, intimidación de los opositores, es decir, el empleo en gran escala de estos medios de presión ejercidos por medios ilegales, de manera que favorece a quien se encuentra en el poder, requiere además de algún beneficio para quienes apoyan al régimen, como el uso de la forma redistributiva o sea el “pan”.

“Pan” que se traduce en el reparto de tierras para las organizaciones sociales o interculturales, el desarrollo preferencial de las obras públicas en los municipios y gobernaciones que apoyan al régimen, el favoritismo en la toma de decisiones a los grupos de seguidores del partido y a la concesión de favores individuales a los simpatizantes del partido.

Cuando el presidente nos habla de la gestión pública de su gobierno y de la administración de la cosa publica a través de las empresas estatales, programas y proyectos de gobierno, nos está hablando de la lealtad partidaria que se traduce en corrupción administrativa, de los sobornos y prebendas que garantizan también el apoyo de quienes forman parte de la administración pública, a través de nombramientos, premios, ascensos basados en la lealtad personal de los burócratas, lo que supuestamente también favorece la estabilidad del país, la promoción de negocios personales y de los colaboradores especialmente en el servicio de aduanas y en impuestos nacionales, es también una manera de acrecentar la fortuna, lo ven como un medio para la transformación y desarrollo económico del país. Eso es lo que nos ha querido decir entre líneas el presidente.

Ahora pasemos al fuerte del presidente, la economía. Nos habló de la política económica, de la política tributaria, productiva, de la sustitución de las importaciones, del crecimiento económico, del coeficiente GINI, y demás indicadores sociales y económicos. Pero lo que no nos dice el presidente Arce, es que la economía boliviana ha retomado la senda de la estabilidad que fueron sus palabras, gracias al incremento del narcotráfico, el contrabando y el tráfico de tierras. El pueblo demanda ahorro e inversión productiva y lo que ofrece el gobierno es gasto desmedido e ineficiente.

Vamos bien superando las dificultades, nos dice que hay intereses internos y externos para desestabilizar su gobierno. Su máximo logro, ratifico, es haber contenido la inflación y ser un ejemplo para Sudamérica, con la inflación más baja de la región. Pero no nos engañemos, porque pronto estos datos y cifras no servirán de nada, porque la crisis económica y las pandemias globales que se avecinan barrerán de canto, con estas entusiastas proyecciones.

En resumen, escuchamos un discurso desgastado y que ya no cala en la opinión pública, los bolivianos estamos presenciando el “giro político del país, un poco más hacia el centro y algo a la derecha”.

El que nos dice la verdad, aunque amarga, es claro, sincero y respetuoso de la dignidad de todo un pueblo, el que nos adula, nos engaña y hace un mal, está interesado en explotarnos y quiere hacer eso con todo el pueblo, esto ya es algo mucho más grave, porque las consecuencias repercuten en lo colectivo, malogran los intereses de una región y de la patria misma. ¡Dios Salve a Bolivia…!

Jhonny Vargas es Politólogo