El liderazgo despersonalizado por la riqueza mal habida y la traición

 

Cuando escuchamos la palabra traición, pensamos en la facilidad con la que se defrauda la fe que una persona tiene hacia otra, también en la pérdida de la confianza y en la posibilidad de sentirse, de alguna forma, despojado de algo que uno consideraba cierto y que ya no lo, es más, como una amistad o una relación amorosa. Como ejemplo, Judas Iscariote es la personificación de la traición en la cultura judía cristiana.



Y en estos últimos días, en nuestra lucha diaria contra el autoritarismo, la corrupción, la ausencia de justicia y el narcotráfico de parte del gobierno de Luis Arce, nos encontramos sorprendidos, con la traición de un personaje estrambótico y nefasto para los intereses de la cruceñidad, llamado Max Johnny Fernández a quien le gusta que lo llamen Johnny Cash por su amor al dinero mal habido, quien de manera abierta y pública se desentiende y se aparta de la cumbre por el Censo 2023 que las instituciones cruceñas conformaron. Con el único fin de convertirse en el abanderado de la división, que pregona como estrategia el gobierno, para dividir y reinar en Santa Cruz.

La facilidad de traicionar la confianza de un pueblo, que en su momento le hizo saber que estaban en contra del MAS y que su persona era la escogida para tomar las riendas del municipio cruceño, para luchar contra la mega corrupción que se había instaurado a la cabeza de Angélica Sosa, nos lleva a pensar que la traición y el destino están entrelazados.

Recordemos que hay distintos tipos de traición, entre ellas la amorosa y la política. También está la traición a uno mismo, que se produce cuando uno deja de lado sus ideales. En cualquiera de estas traiciones lo que más se ve afectado es la confianza. Siempre habrá políticos que ofrecen maravillas durante las campañas electorales, tal como lo hizo “Johnny Cash Fernández”, pero la traición de este corrupto personaje, genera perjuicios a su comunidad cercana, a los vecinos y a un departamento. Porque, desgraciadamente, va a existir una afectación emocional, de representación política y la más grave será la económica para el departamento de Santa Cruz.

En lo personal, la palabra traición tiene una connotación negativa y por eso no puedo concebir que haya traidores buenos. Porque la traición es una disyuntiva moral y ética. Es duro pensar que una persona que es elegida por voluntad popular vaya, de entrada, con la intención de no cumplir con lo que ofreció, pero es algo que pasa, de eso ya estamos conscientes por la ausencia total de principios y valores de aquellos que se hacen llamar políticos equivocadamente, cuando se los debía denominar “CORRUPTOS” en mayúscula.

La falta de ética de este desgraciado y despersonalizado alcalde que, sin coherencia alguna, nos demuestra que en la sociedad actual los valores y la ética, que son la base y el fundamento de una sociedad, han desaparecido y que no están de moda.

Una sociedad que deja de lado a la ética indudablemente no va por buen camino. Que la traición se haya vuelto moneda corriente ha provocado que muchas personas pierdan la confianza en los otros, que se vuelvan escépticas y que duden hasta de su propia sombra.

Se está logrando que la traición sea vista como una moneda corriente y que está influenciando en la precarización del valor de la palabra, porque hay mucha gente que se ha acostumbrado a no cumplir con su palabra. Ya está dejando de existir aquel dicho que “para mí la palabra tiene más valor que un documento escrito” El documento escrito para muchos era una formalidad. Si uno daba su palabra, siempre se trataba de cumplir. El problema es que, en la sociedad actual, se ha banalizado todo, por eso la traición afecta a las bases de una sociedad.

Johnny como alcalde y sus parlamentarios, hoy por hoy, son el ejemplo más claro de una traición anunciada hace mucho tiempo, durante las campañas electorales. Cuando el jefe de UCS ofreció su sigla ante la negativa del TSE de aceptar nuevas solicitudes de partidos, a un ignorante político como lo era en ese entonces, Fernando Camacho, a cambio de contar, él, con su propia bancada parlamentaria, entre ellos sus dos hijos, que le daría condiciones de generar una estrategia cochina y corrupta de venderse al masismo, a cambio de apoyo a su gestión edil.

Todos se preguntan, ¿Cuál es la parte más negativa de desconfiar de todo y de todos? Las generalizaciones nunca han parecido positivas. Es absurdo pensar que uno va a ser sujeto de traición de todo el mundo. En el campo de la política, el mejor ejemplo es la desconfianza que la gente en este momento tiene por todos los partidos políticos y los políticos. Y como no hacerlo, si las acciones hablan de sus virtudes negativas.

Ahora la pregunta que Johnny debería responder seria: ¿Será válido traicionarse a uno mismo por un bien mayor? Los que aún creemos en principios y valores, estamos convencidos de que uno tiene que ser fiel a sus valores. Traicionarlos, nos convierte en personas poco confiables. Ahora bien, lo que sí puede pasar es que uno cambie de opinión sobre algún tema, siempre que las otras personas tengan argumentos válidos. Traicionarse es dejar de lado los principios y en este caso “el traidor” de una manera notoria deja de lado los principios de la cruceñidad para defender lo indefendible de un gobierno totalitario, que a toda costa quiere seguir utilizando los recursos públicos de una manera centralizada dejando de lado las aspiraciones autonómicas del pueblo cruceño y demostrando que todo corrupto tiene su precio.

Maquiavelo decía que la traición es el único acto de los seres humanos que no tiene justificación. Esta reflexión viene de alguien que sostenía que el fin justifica los medios, de alguien, que fue el asesor de Lorenzo ‘El Magnífico’ en tiempos donde Italia era una región que estaba totalmente dividida y de alguien que no veía límites a las ambiciones de su ‘Príncipe’.

Es evidente que en algunos casos los políticos se venden y traicionan al pueblo por intereses económicos. En el país hubo varios casos, uno de los más conocidos fue el del expresidente Mesa, que vendió su candidatura a la Vicepresidencia a Goni, para luego ser un aliado incondicional de Evo Morales como vocero de la causa marítima boliviana en el gobierno nefasto de este pedófilo y fraudulento expresidente, prestándose a ser candidato de la oposición y dividirla en pro de una estrategia muy bien elaborada de los perdedores de La Haya, y, de esa manera resguardarse de futuros juicios de responsabilidades de su gobierno recordado por sus vinculaciones en el Lava Jato.

Dicen que Dante reservaba el último círculo del infierno para los traidores, ¿a quién mandaríamos nosotros a ese mundo? Dante vivió en una sociedad de muchas luchas internas donde no se perdonaba nada y todo se solucionaba con la muerte. Algunas personas creen que el infierno está en la Tierra y que aquí vamos pagando todo lo que hacemos. Si pensamos, lo digo, en plural, en los personajes políticos con los que hemos tenido discrepancias fundamentales en nuestro país, más que seguro que no los mandaríamos a la quinta paila, porque para nosotros, los cambas de pura cepa y los bolivianos honestos, lo importante es que rindan cuentas de sus actos aquí.

Y si nos preguntan ¿Cuál ha sido la traición más dolorosa que hemos vivido? Por mi parte diría la de Johnny Fernández, por lo que representa para la dignidad cruceña, por lo que representa para los intereses cruceños… Por su tan atrevida arrogancia respecto a su mandato edil y por su servilismo al dinero proveniente de: contratos direccionados, de coimas elevadas, de favores prestados, etc. Y lo que es peor, su cobardía y humillación ante el poder de la presidencia de Arce Catacora, que lo convierte en su ALFIL ESTRATÉGICO para intentar quebrar la unidad interinstitucional de Santa Cruz.

Es anecdótico, pero nos hemos reído del honor hace poco y luego nos sorprendemos de encontrar traidores entre nosotros. La traición la emplearán únicamente aquellos que no han llegado a comprender el gran tesoro que se posee, siendo dueño de una conciencia honrada y pura.

Lo único cierto en esta vida es que siempre el traidor es el vencido y el leal es el que vence. Por mi lado, me genera admiración aquellos que se dan a conocer como traidores, pero lastimosamente odio al traidor, porque la traición supone una cobardía y una depravación detestable.

Recuerden que: “LA RIQUEZA MAL HABIDA DESPERSONALIZA Y ENVILECE”