Tribunales de Justicia de Bolivia.
Entrevista a Marvin Molina Casanova, Presidente del Consejo de la Magistratura
Primera parte
“Muchos de los que se postulan no son idóneos, no son legítimos, pero son legales, entonces eso hace que no siempre se designe a los mejores, esa es la verdad”.
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JAZMÍN SERRANO • TRIBUNALES
¿Por qué el Consejo de la Magistratura no participa en la convocatoria y selección de personal de apoyo jurisdiccional de TSJ como establece la Ley 025?
Hablar de crisis judicial y el analizar solo la forma de elección de las máximas autoridades, en mi concepto, es un criterio demasiado limitado porque el conflicto va más allá, es estructural; primero, la norma que le da vida, la Ley 025, mucho ayudaría en esta denominada crisis judicial modificaciones serias.
En este tema, por ejemplo, hay una contradicción normativa que ha sido mal aprovechada, la Ley dice que todas las designaciones tienen que hacerse por concurso de méritos y examen de competencia que maneja el Consejo de la Magistratura, en el tema del personal de apoyo la misma Ley dice que la designación va por el Consejo, pero la misma Ley señala que en este caso también es una competencia de los Tribunales Departamentales de Justicia.
Cuando llegó la vigencia de la Ley 025, se debió regular las competencias para un mejor desarrollo, lo que se hace actualmente es un “pasanaku del poder” muy irresponsable por parte de estas autoridades, lo que generan es un “turnerio” y división de competencias, le ceden esta competencia de forma plena a los Tribunales Departamentales de Justicia, con las consecuencias lamentables, sin generalizar, de que subsista el manoseo inescrupuloso de los pobres estudiantes y recientes profesionales de Derecho como en la década de los 90s.; cosificación de mujeres, lo que menos se valoraba era el mérito, “compadrerío”, “peguismo”, todas estas taras y flagelos administrativos y laborales se tenían que superar con la 025, pero lo que ocurre es otra involución.
Me da pena, me solidarizo. En La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, cualquier día de Sala Plena del Tribunal Departamental, hay una fila de egresados de Derecho con sus fichas, entregando a todos los Vocales sus tarjetas con el detalle de su hoja de vida, obsequiando fichitas para pensiones y demás cosas. Indigno lo que se está haciendo, es un tema de dignidad laboral y humana, cómo es posible que no se valore el mérito de las personas, todas estas personas que ganan las convocatorias, pero no son designadas ¡Sabrá Dios lo que piensan del Órgano Judicial!
El concepto general es que venden estas “pegas” o las negocian o tienen otros mecanismos de selección que en ningún caso es el mérito.
Cuando nosotros hemos ingresado al cargo, presentamos, Sala Plena por Sala Plena, un proyecto denominado “el premio al mérito”, hubo actas, compromisos, pero hasta el día de hoy no lo han hecho. Esto genera acefalías y el no uso de recursos económicos.
Cada vez que existe Sala Plena, de 12, 15, 20, 22 Vocales, hacen una especie de turno, entonces no logran consensos, el que tiene que “elegir” no ha elegido, entonces ahí está el conflicto, denle pues el cargo a quien ha ganado la convocatoria, no tendría que haber debate, cuál es la razón, no es pues otra que el “amiguismo” “compadrerío”.
El conflicto no es quién designa sino como se designa, es la desvalorización de la meritocracia de estos cargos de apoyo jurisdiccional que son tan importantes, estas designaciones están manejadas de la peor forma en la que podría hacerse, indignando la posibilidad de muchos estudiantes y profesionales recién egresados que ven muertas sus oportunidades, cuánta gente buena no estaremos perdiendo gracias a esta “forma” muy defendida por los Tribunales Departamentales de Justicia.
«El concepto general es que venden estas “pegas” o las negocian o tienen otros mecanismos de selección que en ningún caso es el mérito».
¿Es idónea la gente que se postula para jueces y juezas? ¿Los jueces están bien pagados en Bolivia?
La idoneidad, como la particularidad que tiene una persona y sobre todo las características que tiene para hacer o dejar de hacer algo, en nuestro país es un tema altamente subjetivo, a veces la idoneidad objetivamente hablando, se ve contradicha por los altos estándares de respeto a garantías constitucionales y derechos humanos; uno de ellos, la presunción de inocencia, por ejemplo, desde un punto de vista ético, obviamente una persona que tiene cinco, diez procesos penales no es idónea para el cargo, pero hay que respetar las garantías, pero esto no siempre ayuda.
Muchos de los que se postulan no son idóneos, no son legítimos, pero son legales, entonces eso hace que no siempre se designe a los mejores, esa es la verdad. Aquí también hay un problema de carácter estructural, la formación universitaria, judicial que hasta ahora no termina de despegar.
Hoy, por ejemplo, hay un debate muy serio, una juez que habría sido despedida el año 2019 y ahora por un alto estándar constitucional tiene que ser reincorporada, primero que es una total “mamada”, olvidan que el motivo para despedir, si quieren, fue cinco prevaricatos, esta situación fue soslayada.
A veces, la idoneidad, pasa al terreno de la objetividad y es contradicha de forma permitida, protegida, encubierta, por aspectos de carácter constitucional, legal. Precisamente por eso, las personas menos idóneas suelen ser las más hábiles para manejar esto.
CONTINUARÁ…