El semillero necesita respaldo y planificación

Los clubes cruceños no ganan títulos hace varios años, un síntoma de la decadencia del deporte más popular pese a que la pasión de los hinchas sigue intacta.

Blooming y Oriente Petrolero no salen campeones desde hace más de una década, Guabirá se acerca a los 50 años sin logros. El último campeón fue Sport Boys Warnes, en 2015, club que está al borde de la desaparición.

Pero eso también se replica en otras disciplinas tradicionales que han quedado relegadas, como el básquet y el voleibol.

Para Marco Peredo, un abogado ligado al deporte, que fue dirigente de club y presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, la causa de la debacle deportiva es “la insolvencia económica y el desorden institucional”.

Peredo considera que las instituciones deportivas no crecen porque no tienen para invertir y tampoco planifican.

En el caso concreto del fútbol, no existe una planificación para ser más competitivos. “La altura es una ventaja que tienen los equipos del altiplano y nosotros no hemos sabido contrarrestar con trabajo planificado y el uso que la tecnología te brinda, por ejemplo el uso de las cámaras hipobárica”.

“No peleamos los primeros lugares, no hay buenos ingresos y la brecha se va haciendo cada vez más grande”, en relación a los equipos de La Paz como Bolívar, The Strongest y Always Ready, según Peredo.

La formación también siente los efectos de esta falta de respaldo. Existen muchas escuelas de fútbol que funcionan en Santa Cruz por cuenta propia y no reciben ayuda de ninguna institución.

“Se forman jugadores que alimentan a los clubes del interior, pero se van a precio de gallina muerta. Lo que podría ser una importante fuente de ingresos, se dilapida”, señala el hoy ex dirigente.

A puro pulmón

Pese a todo hay deportistas que se dan modos para seguir adelante con esfuerzos personales, es el caso de Juan Carlos Salvatierra en motociclismo, Marco Bulacia en automovilismo y los raquetbolistas, que compiten en el extranjero con éxito.