Monseñor Estanislao: «La fe vivida y compartida transforma la realidad y nos hace abrir caminos de vida y esperanza»

El mensaje del obispo auxiliar recalca que Dios no permanece nunca indiferente frente al sufrimiento y el dolor, e invita a los creyentes a renovar su fe y confianza

Monseñor Estanislao Dowlaszewicz
Monseñor Estanislao Dowlaszewicz

Fuente: El Deber

Monseñor Estanislao Dowlaszewicz, en la misa celebrada este domingo en la catedral cruceña, indicó que la fe es un don y una gracia que nadie puede conseguirla o ganarla desde sus propias fuerzas, sino que solo se puede pedir por ella y recibirla desde lo alto. «La fe vivida y compartida transforma la realidad y nos hace abrir caminos de vida y esperanza», expresó el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santa Cruz durante la homilía.

El prelado aseveró que Jesús vivió esa confianza con el Padre dando su vida, compartiendo, alentando y ayudando a que nuestra mirada siempre tenga un horizonte más amplio, por eso todos los creyentes, como discípulos, debemos pedir que el Señor nos aumente la fe.



Señaló que Dios no permanece nunca indiferente frente al sufrimiento y el dolor, y que pese a que se enfrentan muchas dificultades en la vida, son justo esos momentos cuando más surgen signos de su presencia y acción. «El creyente pone en Dios su confianza porque sabe que el amor nunca defrauda. La fe en la Biblia no es defender una doctrina, sino tener una experiencia de confianza en Dios», añadió.

El obispo agregó que lo primero que debemos considerar como creyentes, es que, la fe no es una experiencia que se pueda medir en cantidad, sino en calidad, porque es el misterio por el que nos fiamos de Dios como Padre. Además, dijo que sólo cuando hacemos de Dios el fundamento de nuestra vida podemos hablar de la fe. «Creer significa confiar en alguien, Cristo en el evangelio de hoy habla precisamente de la confianza en Dios, que todo lo puede, porque siendo Dios, nada le es imposible», expresó.

Por eso la segunda parte del evangelio de hoy, la parábola del siervo inútil, Jesús propone desplegar nuestros dones y cualidades al servicio del reino, porque la fe no es algo mágico, sino es la confianza que radica en aquel que cree. «Las personas que nos han marcado en la vida, son aquellas que han aceptado esta invitación y han salido de sí mismas, muchas veces de situaciones dolorosas y complicadas, para canalizar a través de la entrega generosa el amor que Dios ha puesto en sus corazones».

Fuente: El Deber