Un aplazo, bajo rendimiento e incluso la pérdida del año se consideran fracaso educativo, situación que alienta al niño o joven a escapar de su casa o incluso otras decisiones.

Por ello, desde la psicopedagogía se recomienda cinco claves para enfrentar esto.

Una comunicación efectiva y constante entre los padres y sus hijos permitirá establecer a tiempo las razones de las dificultades o problemas que pueden afectar un normal aprendizaje.

“No solo debe haber ese diálogo cuando acaba el año educativo, sino todo el tiempo para hallar soluciones conjuntas a un posible problema que podría desencadenar en malas notas o la pérdida del año”, explicó a La Razón la psicopedagoga Carla Mancilla.

El segundo aspecto que progenitores e hijos deben tomar en cuenta es la confianza. En ese sentido, si es que hay malas notas o se perdió el año, los estudiantes deben acudir de inmediato a sus padres.

REALISTA.

“La falta de confianza hace que los niños y jóvenes con problemas busquen ayuda en personas de su edad, pero con la misma inmadurez e inexperiencia, entonces les brindan malos consejos que ponen en riesgo su integridad física e incluso sus vidas”.

proceso de aprendizaje

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La tercera clave es definir soluciones realistas al problema educativo.

Eso, para que el estudiante no se vea afectado, aunque no debe creer que el fracaso en sus estudios pasará como si nada.

“Lamentablemente, algunos padres creen que castigando solucionan el problema o buscan culpables en los maestros y van a amedrentarlos», dijo.

«Otros incluso creen que las malas calificaciones son producto del odio hacia sus hijos, entonces se debe establecer cuál ha sido el problema para plantear una solución real y eficaz”, detalló.

Otro aspecto es el interés por la situación emocional.

Lo que es también fundamental porque el estudiante puede estar atravesando una situación compleja que requiere atención.

“Los padres deben conocer el ambiente educativo de sus hijos, a sus amistades e incluso a su pareja, si es que la tienen. Estos aspectos pueden ser considerados como prioridad y se podría reflejar en malas calificaciones”, aseveró la especialista.

La quinta clave se refiere al proceso de aprendizaje.

Los padres e hijos tienen que estar conscientes de la utilidad de todas las materias para que no le presten más atención a unas que a otras.

“Muchos padres dicen a sus hijos que solo es importante Matemática, Lenguaje o Sociales; y que Educación Física o Música son solo rellenos», cuestionó.

«Con esta apreciación el estudiante no toma en cuenta esas asignaturas, pero a la larga le pueden pasar una terrible factura como es que no le alcance el promedio y pierda el año”, dijo.

DEFICIENCIAS.

Para el especialista de la Escuela de Padres Gustavo Mejía, al hablar de fracaso educativo se debe tomar en cuenta que por la pandemia del COVID- 19.

Los estudiantes volvieron a las clases presenciales luego de una virtualidad de casi dos años, y se toparon con deficiencias en el modelo educativo.

“A partir de ello tenemos que aprender a entender y comprender que nuestros hijos tendrán rezagos», explicó

«Y tendremos fracaso escolar porque retornar de la virtualidad a la normalidad es muy complicado”, explicó a LA RAZÓN.

Complementó que de acuerdo con los estudios, se tendrá casi cinco años de readaptación.

Hasta comprender y entender que cambiaron los hábitos de enseñanza y aprendizaje.

Además saber que los hijos están propensos, en gran porcentaje, a tener fracasos, por ello lo fundamental es el diálogo.