Por día trasladan hasta 20 pacientes, que deben volver a sus domicilios antes de las 15:00
Madres de niños con cáncer revelan los inconvenientes que deben sortear para llegar hasta el Oncológico, para que los pacientes puedan recibir el tratamiento. Afirman que en algunos puntos de bloqueo los vecinos son comprensibles y los dejan pasar; pero en otros, son intolerantes.
Carmen Villagomez, representante de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer del Oncológico, informó que se han organizado de la mejor manera para que ningún paciente interrumpa su tratamiento. «Desde el hospital han dispuesto un micro para que recoja a los niños; una vez estos reciben sus tratamientos, el mismo vehículo los acerca lo más próximo a sus domicilios. No pueden llegar hasta la puerta, porque los bloqueos no lo permiten», relató.
Asimismo, la representante señaló que los mismos padres de familia que tienen vehículos particulares apoyan a quienes no tienen. De esta manera, llegan en el transcurso de la mañana, reciben sus dosis y son devueltos en las primeras horas de la tarde.
«En algunos lugares no hay que dar muchas explicaciones. Es más, ni siquiera se toman la molestia de ver a los pacientitos; sin embargo, en otros nos exigen y verifican todo el vehículo«, reclamó Villagomez.
Agregó que «a todos beneficia el censo, nosotros sabemos bien eso porque así se tendrá claro la cantidad de personas que hay y en qué condiciones viven, quiénes necesitan ayudan. Pero, esta medida indefinida dificulta mucho, principalmente, a los pacientes, no solo oncológicos, sino también a los renales y quienes necesitan ayuda inmediata», afirmó Carmen Villagomez.
La mujer, actualmente, es una paciente con patología renal y cardiopatía. «El otro día me puse mal, me llevaron en ambulancia y en pleno trayecto en un punto de bloqueo exigieron abrir la ambulancia y tuvimos que pedir ‘de buena manera’ que se retire el alambre de púas. Cuando se trata de una emergencia, en lo único que se piensa es en el paciente», aseguró.
Añadió que cuando le pidieron unos estudios y volvió a salir en ambulancia, por intentar esquivar otra vigilia, éste vehículo quedó colgado en los cordones del primer anillo. «Unos hombres mas bien socorrieron al chofer de la ambulancia y la sacaron», contó.
Sin embargo, los pacientes no son los únicos que sortean las vigilias, el personal de salud también debe ingeniárselas para poder llegar hasta fuentes de trabajo. «Desde que inició el paro indefinido estamos trabajando 12 horas seguidas, hay un micro que nos recoge desde un punto cerca, algunos colegas caminan hasta dos anillos para llegar, otros vienen en bicicleta, otros en moto», desveló Ana Santos, que trabaja como enfermera en un hospital del centro de la ciudad.
Así como ella, cientos de trabajadores llegan a diario hasta los centros hospitalarios para cubrir la demanda del servicio, pese al paro indefinido.
Santa Cruz cumple, esta jornada, su día 32 de paro indefinido en demanda por el censo 2023. Después de más de un mes y a pesar del cansancio, los vecinos aún se mantienen firmes en sus vigilias que se refuerzan después del mediodía.