Vivimos en la era del esfuerzo, el éxito, la competitividad y los objetivos; del positivismo, la motivación y la felicidad obligada. Por todas partes nos llega el mensaje de que, si nos lo proponemos, podemos conseguir cualquier cosa: «si quieres, puedes». Pero tenemos malas noticias, sobre todo para el gobierno: querer no siempre es poder.
Querer es el primer paso para conseguir algo. El paro indefinido de Santa Cruz, es una clara muestra del esfuerzo de toda una población del departamento para conseguir lo más preciado que uno tiene en DEMOCRACIA, que es, el respeto de los DERECHOS CIUDADANOS, el respeto a la CPE, el respeto a la LIBERTAD, pero, sobre todo para hacerle frente al ODIO Y AL DESPRECIO del presidente, de los masistas y de la alcaldesa de El Alto.
Es inconcebible que un país este al borde del quiebre de la unidad, solo por intereses políticos interesados en continuar la línea del fraude, de lo incorrecto, de la injusticia, de lo inmoral y de la corrupción. Arce Catacora quien ya se narcotizó con el poder presidencial, anda volando alto, pensando que todo lo puede, que el poder es para usarlo en todo sentido y que es para reproducirlo, tal cual su antiguo jefe, de manera eterna. Solo que nunca pensó que su mal intencionado deseo de someter a Santa Cruz para demostrarle a los masistas seguidores de Evo, que él era superior, se vio truncado por una férrea, valiente y organizada protesta colectiva, de manera pacífica, de millones de ciudadanos que tienen la cultura del “querer es poder” de manera sana y no en el sentido maquiavélico del presidente, quien se equivocó de cabo a rabo y se dio cuenta de que el querer no siempre es poder a través de la envestidura presidencial.
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Los cruceños, dignos representantes de esta cultura, generan acciones encomiables y esfuerzos excesivos como el PARO INDEFINIDO para cambiar cosas que se encuentran fuera de sus responsabilidades por no ser políticos sino simples ciudadanos de a pie. El intentar cambiar la filosofía de vida de los cruceños (entiéndase “todo viviente y amante de esta tierra”) y de los cambas de parte de cualquier gobierno, es imposible, lo más que van a lograr y que sería bueno que lo hagan, es cambiar la manera de verlos y el de relacionarse con ellos. El cruceño está demostrando actitudes que pueden influir en los demás bolivianos, y este es el pánico del gobierno centralista.
Por mucho que quieran Arce Catacora, Choquehuanca, Eva Copa como cabezas visibles del nuevo proyecto político del occidente del país (que pretenden cobijarse bajo una nueva sigla para las próximas elecciones como será el PS-1, sigla que será puesta en vigencia en los próximos meses gracias a los favores de algunos miembros del TSE) y que incluyen a los Del Castillo, Lima y al fanfarrón del ministro de obras sucias Montaño, no podrán hacer que el sueño de sometimiento del pueblo cruceño sea posible. Sencillamente, porque el valiente ciudadano que se encuentra en las calles de Santa Cruz actualmente está fuera de la voluntad masista y en un radio de acción geográficamente y demográficamente inalcanzable para cualquier dictadorzuelo, corrupto y narcotraficante presidente, sea cual fuere.
El departamento cruceño y su pueblo se propuso firmemente estar siempre bien, presupone que, la voluntad y la motivación de luchar contra el mal gobierno de Arce Catacora, conseguirán estar siempre positivos, o sea, el estar mal para ellos se traduce en estar bien y ver el futuro de diferente manera, y no así, como están los otros departamentos sumisos a la prebenda.
Los masistas y los que están abandonando esa sigla para intentar quedarse en el gobierno, tienen tendencias poco sanas, un ego que los empuja hacia pensamientos, emociones y conductas perjudiciales para el conjunto del país. No entienden que existen algunos límites en la DEMOCRACIA: que las leyes se respetan, que hay que aceptar y aprender a convivir entre naciones, pero por mucho que se quiera no se puede hacer un cambio de 180 grados a la cultura de un pueblo, eso jamás lo conseguirá ningún político peor un bruto.
“Tenemos un pueblo cruceño sufriendo ante la imposibilidad de trabajar normalmente. El paro era para unos y no para todos”. Esto decía el presidente ayer y la realidad en Santa Cruz es completamente diferente. “Los ricos sí estaban trabajando y ganando plata; los pobres estaban despojados de su fuente de ingresos, no podían trabajar. Comerciantes, gremiales, transportistas que viven como nos han enseñado nuestros padres de su trabajo” Otra gran blasfemia de quien llevó a Santa Cruz a sublevarse, a luchar por lo que les corresponde como ciudadanos, a querer saber quiénes somos, que hacemos y que nos corresponde como bolivianos en nuestras regiones. Los pobres siguen pobres gracias a su gobierno, no a causa del paro, porque ellos siempre se las han batido en toda circunstancia. Los ricos, aquellos que le causan envidia, roncha, odio, resentimiento y todo lo malo que puede existir, siguen creyendo en esta región, en este modelo productivo y económico y no en el que ustedes promueven para convertir ciudadanos mediocres a los bolivianos, y, los comerciantes, gremiales más transportistas, siguen vendiendo los primeros dos y los terceros tendrán la oportunidad de seguir ganando mejor que en sus pueblos de origen. Porque Santa Cruz es la tierra de oportunidades, es el departamento progresista, es el pueblo que se da el gusto de parar porque tiene el dinero para hacerlo gracias a su esfuerzo, inversión, trabajo y generación de empleos.
Todos tienen tendencias poco sanas, pero usted se sacó el premio presidente. Pareciera que su cáncer no le sirvió para ver la vida con mayor humildad. Su ego suicida lo está empujando hacia pensamientos, emociones y conductas perjudiciales y esto es preocupante para el país que dirige. Desde que su premisa se convirtió en querer en base a su poder, podemos asegurar que el resultado de ese esfuerzo estéril, solo se está convirtiendo en frustración y agotamiento, y, esto lo llevará a sentir efectos negativos de la confianza del pueblo boliviano que le puede derivar en ansiedad o depresión.
Cuando quiere y puede el pueblo cruceño, sin perder de vista, el “querer es poder”, consigue muchos objetivos a partir del deseo de luchar desprendidamente, desde su compromiso con su tierra, de su dignidad e identidad cruceña y de la acción en las calles. Es gente que dispone de muchas más posibilidades de elección de las que habitualmente el boliviano común piensa tener, sus conductas valientes de frente y sin miedo de mujeres y hombres los hacen controlar sus emociones no gestionadas o creencias, que a la mayoría de los bolivianos los puede limitar. Nos han demostrado a lo largo de largos 32 días de paro, que se puede aprender actitudes más sanas y ver las cosas de forma distinta a lo habitual.
La aceptación (que no es resignación) es una actitud imprescindible que se está presentado en este proceso, más que pretender que cambien radicalmente los del gobierno, a veces el camino pasa por confiar en la gente responsable de negociar. Aprender a gestionar, ver de dónde vienen y minimizar los efectos negativos para unos y para otros, es el proceso habitual en una negociación. Los cruceños extremadamente luchadores, empresarios, progresistas y trabajadores independientes, para nada dependientes del sector público, vienen ganando confianza en un ámbito de protesta pacífica, que les permite actuar de manera relajada y cómoda. Mientras que el gobierno, los masistas, los cocaleros, el poder Judicial, Policial y Militar, que denotan ser los dominantes rabiosos, no pueden ver cuál es el origen de su actitud y demuestran ser irrespetuosos con los ciudadanos que tienen que ser atendidos por estos servidores públicos y los llamados políticos masistas.
Algunas personas se resignan a vivir «a medias» o se adaptan a situaciones perjudiciales cuando podrían hacer muchas cosas por sí mismas y su bienestar. Cuando no hay «quiero», nunca llega el «puedo», y mucho menos las acciones necesarias para producir cambios. Por el contrario, hay personas en lucha contra el mundo, en esfuerzo constante por cambiar todo aquello que no les gusta, beneficia o creen que no es correcto.
Por mucho que sea una batalla justa o, incluso, posible de «ganar», es imprescindible valorar su coste. No todo llega a través del esfuerzo. Algunas cosas (y muy importantes) sólo aparecen desde una actitud fluida y relajada, el dejarse estar, desde el encontrar y no tanto el buscar, desde la exigencia, el orgullo o la tozudez.
En cualquier caso, nuestro poder siempre reside en la elección de cómo enfrentamos lo que nos toca vivir. Poner objetivos alcanzables, pasar a la acción con conciencia, conocernos bien y buscar la coherencia entre el sentir, el pensar y el hacer son las claves de todo el pueblo valeroso cruceño, lo más importante es responsabilizarse de lo que sí corresponde.
¡Viva Santa Cruz carajo!! ¡Qué pueblo bello!!
Alberto De Oliva Maya