Angustia colectiva y la Navidad

Muy pocos días nos separan de Nochebuena y Navidad y la angustia se apodera de los ciudadanos, especialmente allí donde los avasallamientos o asalto a la propiedad privada se hacen frecuentes, provocando trifulcas y peleas a punta de piedras, palos y patadas entre los que defienden lo suyo y los que pretenden adueñarse de lo ajeno sin respeto a las leyes ni siquiera a la convivencia y paz que proclama la CPE.

Como para escenificar este agreste panorama de confrontación, los denominados «mañaneros» gremialistas adictos al MAS se apoderan de una zona de 4 o 5 cuadras en pleno centro de Santa Cruz muy temprano de mañana para vender mercaderías generalmente de contrabando ocupando calles y plazas en contra de la voluntad de los vecinos que acuden a la Policía que termina apoyando a los revoltosos y elevando el nivel de indignación de los vecinos, justamente opuestos a tal invasión de vendedores que masivamente se trasladan a la zona.



Los gremialistas que se ufanan de contar con el apoyo de las llamadas Redes Sociales, con los que han celebrado «numerosas reuniones» para instalar sus ventas, aduciendo que se trata de una ocupación de pocas horas y de solo dos días a la semana, especialmente durante las fiestas de fin de año. O sea, se trataría de una vulgar tarea, comerciantes que tratan de vender sus artículos mañosamente introducidos al país y que contrarían al comercio legalmente establecido, que paga alquileres, impuestos, servicios, etc., y que cuenta con vender por Navidad y Año Nuevo para resarcir sus inversiones.

Tenemos entonces que de ser un tema relativamente doméstico y comunal, adquiere connotaciones políticas cuando lo mismo está sucediendo con la toma violenta de tierras, en ambos casos hay ausencia de la autoridad y de la Ley, por tanto, la contienda se libra entre grupos de ciudadanos unos con el apoyo del MAS que desde El Chapare maneja los tentáculos de esta confrontación en su provecho. El otro sector masista representado por Luis Arce y sus seguidores desde el Ministerio de Gobierno, en lugar de procurar espacios de entendimiento y consenso, ahonda la pelea y el fuego de «los makanakus» (del quechua pendencieros, camorreros, pleitistas) que gozan de prebendas, coca y alcohol para lograr sus fines con el resultado de la quiebra del clima de paz, de tranquilidad, sosiego y comprensión que persigue la Navidad, símbolo de amor, de paz, de comprensión.

Es triste y nada gratificante referirse al tema, cuando tanto queda en el tintero.

 

Mauricio Aira