El alcalde Iván Arias puso en escena su protesta contra los concejales “traidores” de su alianza. Hizo un furibundo guion, organizó una tramoya y puso a los funcionarios a actuar en cámaras.

Su obra fue la cuestionada promulgación de la Ordenanza 046, de construcciones irrestrictas. Es decir, el Ajuste Normativo de Actualización por Crecimiento y Densificación para la Administración Territorial.

Luz, cámara y acción. ¿Listos? Adelante, Alcalde, por favor, le dice un grupo de periodistas en la escenificación. “Ustedes son testigo de que siempre he buscado el bien común”, abre el telón Arias.

Detrás de él, varios directores, entre ellos del de Culturas, Rodney Miranda, y el concejal Jorge Dulón lo acompañan en la función.

Además, el director Jurídico, José Gonzales; el oficial asesor, Óscar Navarro, y el secretario ejecutivo, José Carlos Campero.

Completan el elenco las secretarias de Educación, Amparo Morales; de Planificación, María del Carmen Rocabado, y de Desarrollo Económico, Mónica Chuquimia.

En la tramoya, Morales le pasa una estatuilla de José, María y un burro del ingreso bíblico a Belén. “Éste el regalo de Navidad que le dan estos concejales a La Paz: esta ordenanza”, recita el Alcalde.

Arias eleva la voz y comienza a romper con desdén el papel. “Esta ordenanza que no piensa en el bien común, que solo piensa en su beneficio”, protesta.

La puesta en escena del alcalde Iván Arias.

La mañana del miércoles, cuatro concejales de Por el Bien Común-Somos Pueblo, Óscar Sogliano, Lucio Quispe, Lucía Mamani y Lourdes Chambilla, y dos del Movimiento Al Socialismo (MAS), Pierre Chain y Javier Escalier, promulgaron la ordenanza.

Lo hicieron días después de que Arias rechazara la norma, de la que decía tenía una serie de irregularidades legales y técnicas, y que violaba la Constitución.

La ordenanza pasó en el Concejo Municipal de forma llamativa. Cinco de los seis legisladores habían porfiado por su aprobación desde que ingresó al plenario con dispensación de trámite, el 9 de septiembre.

Cuestionada por distintas instituciones y organizaciones vecinales, la norma permite de forma irrestricta edificaciones de hasta 40 pisos en 10 zonas de la ciudad. Fue promulgada el miércoles a pesar de todo.

Acto seguido, Arias toma un vaso con agua, lo eleva y lo mueve de derecha a izquierda y viceversa. “Hemos jurado mantenernos limpios, transparentes; hacer todo lo posible que entremos y salgamos por la puerta ancha”, dice.

Antes de que el Alcalde termine el parlamento, Rocabado abre un frasco.

En la siguiente escena, la secretaria le pasa el recipiente y Arias lo vacía en al vaso de agua. Es tintura azul. “Pero no, la corrupción y la falta de fe nos han manchado, y eso La Paz lo sabe”, se lamenta.

 

“Hemos buscado dar seguridad y confianza; que no haya construcciones que pongan en riesgo la vida de la gente”, sigue.

“Pero ellos prefieren hacer esto”, advierte. Enseguida toma la maqueta de un edificio que le pasa Morales y lo destruye con fuerza con la mano derecha. Es harina que explota y se mezcla entre los micrófonos de los periodistas.

“Ellos prefieren hacer de la ciudad de La Paz un peligro, una ciudad de riesgo”, arenga con voz más elevada antes de golpear otra vez la maqueta arrugada.

El desenlace es sugestivo y develador: tira billetes de alasita que se expanden sobre la mesa. “¡Porque al final de cuentas lo que prima es la plata!”, denuncia.

Mucho se hablado en sentido de que detrás de la tozudez de aprobar y promulgar la ordenanza están intereses económicos, alimentados presuntamente por empresas constructoras, una en particular.

Se supo que una de estas firmas incluso costeó la fiesta de 15 años de la hija de una de las concejales o el cumpleaños del líder de Somos Pueblos, el “Tata” Rafael Quispe, que denunció el extremo.

En la transmisión La Razón Radio, el concejal Dulón adelantó la posibilidad de investigar el trasfondo de la actuación de los seis concejales. “Comencemos todos a investigar el porqué de estos intereses”, dijo.

Y en el desenlace, Arias se decanta con un mensaje furibundo. “¡Paceños y paceñas, sepan quiénes los están traicionando y quiénes han aprobado esta ordenanza que no piensa en el bien común!”.

Más calmado, en su cuenta de Twitter, el Alcalde denunció: “He sido traicionado”. Y Dulón dijo a La Razón que en adelante, Arias “gobernará con la gente”.

Arrecian nubes de ingobernabilidad en la gestión de Por el Bien Común-Somos Pueblo.

Se cierra el telón, se abre la polémica y también una crisis de gobernabilidad.

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