Jacques Trigo: “Cuando se juntan corrupción, ideología y partido, estamos liquidados”

JACQUES TRIGO, ESPECIALISTA EN EL ÁREA FINANCIERA Y BANCARIA. Considera que la caída de las reservas de Bolivia obedece a la baja producción en hidrocarburos que, a su vez, ocurrió por la posición ideológica del MAS en contra de las empresas petroleras.
Fuente: Página Siete / La Paz 

 



 

Jacques Trigo fue, en sí mismo, una institución en el sistema financiero nacional, porque fue Ministro de Hacienda, Superintendente de Bancos, y presidente del Banco Central de Bolivia, entre otros cargos. Ahora, a sus 76 años, retirado de la administración pública, continúa haciendo consultorías en el área financiera, bancaria y de políticas económicas. Su ámbito de acción no sólo es Bolivia, de hecho fue alto ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) durante una década.

Actualmente está radicado en Santa Cruz, por lo que esta entrevista con Página Siete se realizó a través de una plataforma virtual.

La semana que concluye, el tema más importante de la agenda pública fue la economía, porque la calificadora Fitch Ratings bajó la nota de Bolivia a “B-”, con perspectiva negativa. Otra calificadora, la Standard & Poor’s, ha puesto al país bajo vigilancia, pero ha mantenido su calificación en B en consideración a que el gobierno está haciendo gestiones para recuperar sus reservas internacionales netas, que han caído a niveles históricos en febrero.

Sobre el significado de esas calificaciones y otros relacionados al modelo que propugna el gobierno de Luis Arce habla Trigo en esta entrevista.

¿Qué significa para el país la caída de la calificación de Fitch Ratings?

Los países cuando quieren salir a procurar dinero en los mercados privados internacionales lo hacen a través de la emisión de bonos de deuda. Bolivia, cuando la situación económica estaba muy bien, allá por el año 2010, hizo una emisión de bonos que se transaron en los mercados internacionales con mucho éxito. Recientemente, el gobierno ha tratado de salir a los mercados con una nueva emisión de bonos, lastimosamente, con un pésimo resultado, pues la evaluación de la economía nacional, efectuada por una agencia de calificación de riesgo, dio una calificación de B-, nota que hace muy difícil la colocación de bonos de deuda soberana. Esta calificación es el resultado del análisis de variables como el crecimiento económico, la situación fiscal, el nivel de las reservas internacionales y la estabilidad del tipo de cambio. En este sentido, y, en el caso de Bolivia, por cinco años consecutivos tenemos déficits fiscales del orden del 7%, lo que es excesivamente alto. La acumulación de los déficits fiscales de los últimos ocho años ha presionado las reservas internacionales, que desde 2014 han bajado de 15 mil millones de dólares a 4.000 millones de dólares, de las cuales las disponibilidades líquidas alcanzan apenas 372 millones de dólares. Otro aspecto que se evalúa es la situación política, que se presenta estable. Otra de las variables que se analiza es la posición de la balanza comercial, la cual ha sido positiva gracias a que Bolivia es un país muy rico en recursos naturales, en el pasado fue la minería, que todavía existe, después fue el gas, mañana será el litio. Dos aspectos que se destacan son el crecimiento económico de un 4% en promedio y una baja inflación. Esto último es el resultado de la política del gobierno de fijar artificialmente precios clave en la economía, como el tipo de cambio, subvencionar el precio de los hidrocarburos y, por ende, el transporte.

¿Y qué pasa con el riesgo país, tiene el mismo efecto para el financiamiento externo?

El riesgo país está determinado por la calificación, o sea, el país es más riesgoso si la calificación es mala. La mayoría de los países de América Latina están con calificación B, nosotros teníamos calificación B+ y ahora se ha reducido a B-, es decir, hemos ido para abajo. Los calificadores, cuando hicieron el análisis de riesgo, vieron el déficit fiscal, la caída de las reservas internacionales, lo que hace que la economía boliviana sea más riesgosa. Entonces, cuando los mercados ven que las calificaciones de un país bajan, los bonos ya emitidos de ese país bajan también su precio. Tengo entendido que los bonos que emitió el gobierno se comercializan al 70 por ciento de su valor nominal.

Creo que el gobierno se equivocó al expulsar a las empresas petroleras extranjeras que eran las únicas que sabían hacer exploración y las únicas que han encontrado los pozos que todavía están en producción. Ese ha sido un error ideológico. En este momento estamos importando gasolina e hidrocarburos.

En medio de todo esto, la gente ha empezado a demandar más dólares. ¿Cree que las medidas tomadas por el gobierno para recuperar las reservas internacionales han sido acertadas o han provocado este nerviosismo?

Son medidas que ha tenido que tomar por la caída de las reservas internacionales netas (RIN). El gobierno ha dicho a los bancos que no pueden mantener más sus divisas en el exterior, tienen que traerlas al país para reforzar la cantidad de dólares. No es una mala medida. La mala señal ha sido el impuesto a las transferencias (ITF) que el gobierno gravó a los bancos, lo cual avivó el mercado negro del dólar.

¿Usted cree que debería levantarse el ITF?

Yo creo que sí, porque lo único que hace el ITF es alentar el mercado paralelo.

La medida tenía que ver con una política de bolivianización. ¿Tiene algún sentido mantenerla ahora?

La bolivianización ya se hizo y, de hecho, fue muy exitosa. Un análisis del sistema bancario boliviano muestra que el mayor porcentaje de los depósitos está en bolivianos. Pero si hubiera una crisis muy fuerte existe el peligro de que estos depósitos quieran convertirlos a dólares. Actualmente, el dólar en el mercado paralelo se está transando alrededor de siete bolivianos, si la crisis de confianza fuera más profunda, seguramente el tipo de cambio se hubiera disparado mucho más. Aparentemente, el mercado paralelo es grande, pues se nutre del narcotráfico y del contrabando del oro, logrando ofertar divisas sin alterar demasiado el tipo de cambio. Si se secara ese mercado, probablemente el tipo de cambio sería más alto.

¿Hace bien la gente en comprar dólares en esta coyuntura, no va a salir perdiendo como dice el BCB?

El Banco Central dice que van a perder, pero el Banco Central no va a reevaluar la moneda. La gente sabe que el tipo de cambio va a subir en la medida en que las reservas y las divisas están cayendo. La gente tiene toda la razón de preservar su riqueza. Si todos los depósitos del sistema se fueran a comprar dólares, la situación sería mucho peor.

El gobierno obligó a los fondos de pensiones a traer sus recursos financieros del exterior, los cuales representan el 40% del total de los depósitos. Es imposible que los fondos de pensiones vayan a especular en el mercado de divisas, más aún si prontamente serán intervenidos y traspasados a la Gestora.

En su criterio, ¿debería mantenerse el tipo de cambio?

Para mantener el tipo de cambio el gobierno debería adoptar algunas medidas, entre otras, reducir el gasto fiscal y apoyar al sector exportador. El Presidente ha manifestado que quiere ir hacia un socialismo comunitario, que se entiende como un mayor control del Estado sobre todas las actividades del sector productivo. De hecho, eso ha estado haciendo, creando empresas públicas que compiten con el sector privado y que, si operan, lo hacen a pérdida. Además, es reconocido a nivel mundial que la estatización de empresas no funciona, veamos el ejemplo de Venezuela y Nicaragua, que son países que han ido por ese camino y están en una pobreza impresionante.

$!Trigo ocupó varios cargos en la administración pública.

El banco Fassil ha atravesado por problemas esta semana por el inusual retiro de ahorros. ¿A qué se debe esta situación?

Yo creo que el sistema es sólido. La posición del patrimonio de los bancos sobre los activos ponderados por riesgo está por encima del 10% requerido por la ley para poder captar depósitos y otorgar crédito, lo que en términos bancarios se llama intermediación financiera. Entonces, no tiene sentido el rumor de que había un banco que estaría en mala situación, lo cual podría contagiarse al resto del sistema, generando una crisis. Por eso, la gente intentó retirar sus depósitos, más aún si eran en dólares. Me pareció que ese rumor fue mal intencionado. Se dan situaciones como ésta por luchas de poder entre grupos o gente que quiere hacer daño a una entidad, lo cual es una barbaridad y está penado por la ley.

El presidente Arce se jacta de ser el autor del exitoso modelo económico social comunitario productivo. ¿Usted diría entonces que este modelo no es exitoso y que no hay el milagro boliviano del que se habla en el exterior?

El milagro boliviano implicaría una mejora sustancial de la educación y de la salud pública, principalmente, para atender las necesidades de la población de menores recursos. Esto, claramente, no ha sucedido. Y cuando él habla de socialismo o de comunismo, se estaría refiriendo a la expropiación de la propiedad privada. Eso no va a suceder en Bolivia, este no es un país con mentalidad socialista o comunista. Veamos El Alto, no hay más capitalistas que los aymaras, que son comerciantes, o los quechuas en la Cancha de Cochabamba, que también son comerciantes, todos emprendedores. ¿De qué socialismo estamos hablando? La mentalidad de los indígenas no es socialista, es fundamentalmente capitalista. Además, el capitalismo ha probado ser el único sistema de generación de riqueza.

¿Qué opina sobre las empresas públicas que fueron creadas por el gobierno?

Por la información que he podido recabar, muchas de ellas han quebrado y se han cerrado o trabajan a pérdida. La fábrica de úrea no sé si funciona, Cartonbol está compitiendo con otras empresas que son más eficientes en el rubro, hay un satélite que da vueltas a la Tierra, no sé qué hace, pero ha costado 350 millones de dólares. Tengo un listado de las 100 empresas estatales, una peor que la otra. Y cuando se junta la administración pública con la corrupción, la ideología y el partido, estamos liquidados.

Usted hacía mención al papel del Estado en las pensiones. ¿Qué riesgos corre el traspaso de las jubilaciones a la Gestora?

El Estado, en un par de meses, se hará cargo completamente de los fondos de pensiones. Son casi 24 mil millones de bolivianos, que el gobierno podría disponer para cubrir su creciente déficit fiscal. Los dos fondos de pensiones aún funcionan, la pregunta es si la Gestora administrará el dinero de los bolivianos tan bien como Previsión y Futuro. Ahí está la ideología, que busca quitarle todo al sector privado para pasarlo al Estado.

¿El otro tema es el de la deuda del país, todavía es manejable y pagable?

El expresidente (Jorge) Quiroga, en su momento, hizo una excelente negociación con la banca privada internacional y organismos internacionales, reduciendo la deuda externa a cero. Es decir, el gobierno del MAS y del señor Evo Morales recibieron el país con cero de deuda, pero ahora estamos con una deuda 12.000 millones de dólares y es una deuda a más corto plazo.

¿Qué haría para recuperar el nivel de reservas y volver a tener las calificaciones anteriores?

Lo primero y más importante es reducir el déficit, además, eliminar el impuesto a la transferencia y todas las trabas burocráticas a la exportación. Bolivia es una economía y un mercado interno muy pequeños, estamos hablando de 12 millones de habitantes, por lo cual la demanda interna es escasa, pero tenemos como vecino a Brasil, un mercado enorme a quien exportar, además, debemos aprovechar que somos más competitivos en cuanto a costo de la mano de obra, en contraposición tenemos un sistema impositivo con una carga extremadamente pesada.

“Para mantener el tipo de cambio, el Gobierno debe reducir el gasto fiscal y apoyar al sector exportador”.
“El milagro boliviano implicaría una mejora sustancial en educación y salud, pero eso no ha sucedido”.
“La mentalidad de los indígenas no es socialista, es fundamentalmente capitalista”.