El caso Vinícius enoja en el país, donde se exige medidas

Martín Ballivián, afroboliviano, está en la lucha para que hechos como los sucedidos al brasileño en España no se repitan en Bolivia, donde hay algunos antecedentes.

Fuente: paginasiete.bo



El incidente de Vinícius con la hinchada del Valencia, en Mestalla, no sólo repercutió en España y el mundo, sino también en el país, donde hubo algunas manifestaciones de repudio.

Martín Miguel Ballivián, nacido el 1 de enero de 1986, activista de DDHH, con maestría en educación intercultural bilingüe y excandidato a Defensor del Pueblo de Bolivia, actualmente director de Radio Raíces Bolivia y director de la Radio Intercultural Martin Luther King, plantea acciones de hecho en el fútbol en particular.

De origen afroboliviano, su madre es Rosa Felipa Ballivián y sus hermanos Pamela (jugadora profesional Bolívar) y Ramiro Ballivián (exseleccionado nacional, actualmente en Aurora), Martín confiesa que ha vivido en carne propia el racismo, le dolió y enojó lo que vio en España con Vinícius. “Lo que pasó en el partido entre Valencia y Real Madrid puede pasar en un partido de barrio, en una pichanga, en cualquier parte del mundo, porque ningún país está libre de un acto de racismo, estas imágenes se venden en todo el mundo, y se plantea un racismo estructural que en algunos casos suele ser planificado para que se reproduzcan en otros escenarios”, dice el activista.

A Ballivián le parece raro que el caso Vinícius haya partido de Europa, “para mí es racismo estructural, planificado por los Estados, por corporaciones y eso debe llamarnos a la reflexión y la preocupación a quienes trabajamos en temas de derechos humanos, al Estado nacional y en este tema al Estado brasileño, que debe estar preocupado”, por eso citó el hecho de que el ministro de Justicia y el propio Lula da Silva, presidente de ese país, hayan arremetido contra España. “Nosotros, desde cualquier parte del mundo, debemos manifestarnos porque tenemos hijos, una familia que va al estadio, por ejemplo, y va para ver fútbol, no a escuchar insultos e intolerancia, en Bolivia hay escenarios donde hay racismo y la Federación Boliviana de Fútbol tiene que hacer algo”, puntualizó.

Ballivián, junto con el pueblo afroboliviano, presentaron en su momento un proyecto, mediante una nota oficial a la FBF para una lucha contra el racismo en cancha.

“Lo presentamos a quien en vida fue su presidente, César Salinas, lamentablemente no se hizo nada, sólo se limitaron a poner carteles de no al racismo, etc., cuando se tiene que plantear estos temas en las convocatorias que se hacen cada año en cada temporada futbolística de la División Profesional y en todas sus divisiones, con sanciones ejemplarizadoras, a quienes cometan racismo, sea colectivo o individualizado”.

Luego “hicimos una propuesta a la FBF para que tenga una dirección nacional contra el racismo, y yo sin cobrar un peso me dignaría para dar ese primer paso, aquí cuando uno plantea algo, pensamos en lo monetario y no el legado que dejamos a nuestros hijos, y yo quisiera dejar un legado para que ellos vivan tranquilos, así como dijo Martin Luther King que planteó que vivamos en hermandad. Sueño con ir a un estadio a sentarme en las gradas sin que me insulten o que lo hagan a algún afrodescendiente, que le digan mono, o lo que sea…”.

Hablando con su hermano Ramiro, quien es jugador de Aurora, se preguntaban por qué no se planteaba cuando se enfrenten equipos donde también hay descendientes afrobolivianos, como el caso de Jusino y Arrascaita de The Strongest, que “si hay insulto a un determinado afrodescendiente, que se paren y dejen de jugar, se podría llegar a eso y dar un ejemplo a otras regiones”.

Citó la Ley 045 contra el racismo y toda forma de discriminación, que es clara al respecto, “y hay financiamiento para hacer políticas de conscientización, prevención, el Tesoro Nacional y el Ministerio de Culturas te otorgan dinero para una campaña contra el racismo y en alianza con la FBF se debería hacer una campaña, educando y conscientizando desde las escuelas, porque desde pequeños se comienza a insultar”. Como activista de Derechos Humanos dijo que la lucha está planteada y no bajará los brazos con su pueblo afroboliviano. “El racismo lo sufren todos, por eso pido acciones de hecho, hay financiamiento desde FIFA, el Estado nacional, las pancartas son parte de esa campaña, pero tenemos que ser más agresivos e inculcar desde la educación, desde la currícula nacional, porque debería haber una materia de análisis de valores a los niños”.

Ballivián plantea la lucha desde los clubes, porque cada equipo invierte dinero en sus áreas de comunicación, prensa, con mensajes antes, durante el desarrollo del partido y al finalizar, sin dejar de emitir mensajes de conscientización en los estadios y en las afueras, “hay acciones tan pequeñas que marcan la diferencia”, dice.

Pero, lo principal es la educación para recalcar que insultar no es bueno: “Al estadio se tiene que ir a divertir no a desfogarse”.

2019
en marzo, Wilster visitaba a Blooming y Serginho fue hostigado por la hinchada local y le gritaron “negro de m…”.

Fuente: paginasiete.bo