Gary Prado es más que la captura del Che

Pido disculpas a mis amables lectores, si hoy comentaré algo que me toca de cerca, pero que pienso es de interés de todo el país: nos ha dejado el Gral. Gary Prado Salmón, notable y polifacético personaje destacado en muchísimas actividades más allá de su carrera militar, Gary Prado, es conocido por haber sido el oficial que capturó al Che Guevara y lo entregó a las autoridades.

Sin duda fue una acción militar de relevancia nacional e internacional, pero la figura de Gary Prado va mucho más allá de esa acción militar. Gary Prado fue además un valioso intelectual, un investigador, un historiador, un político, un diplomático, un modelo a seguir y un reconocido docente universitario. Su producción intelectual incluye un libro sobre la historia de las Fuerzas Armadas, y otro sobre el MNR. Su obra sobre la guerrilla, llamada “La guerrilla inmolada” publicada en muchos idiomas y en varios países, es el mejor texto sobre la guerrilla del Che. Otra obra muy importante es el relato sobre el secuestro del presidente Siles, tema desconocido por muchos. Preparaba su autobiografía, que lamentablemente quedará incompleta.



Gary Prado fue parte de ese grupo de jóvenes oficiales institucionalistas que en 1974 exigió al poder militar las inmediatas elecciones nacionales. El gobierno aceptó el planteamiento, pero a las pocas horas los principales cabecillas, incluido él, estaban presos o exiliados. La oportunidad se presentó nuevamente el año 1978, cuando los jóvenes institucionalistas con el Gral. Padilla instalan un nuevo gobierno con el único objetivo de llamar en seis meses a elecciones, y así fue, un caso único de elecciones limpias y sin candidato oficial

Gary Prado fue ministro de Planificación de ese gobierno y desde esa cartera apoyó e impulsó en Santa Cruz la creación de la Corporación de Desarrollo, entregando el mando del proceso al grupo de jóvenes profesionales que venían ya trabajando en el tema con una consultora especializada. Fue el equipo que, conducido por Óscar Serrate, consolidó el modelo cruceño de desarrollo desde el sector público, con amplia participación de la sociedad civil. Es en ese marco de colaboración con el Ministerio de Planificación que se consolida la construcción del aeropuerto de Viru Viru.

Gary Prado se ubicó políticamente en el centro, alejado de todo tipo de extremismo. Como comandante de la Octava División de Ejército, tranquilizó la región, con su habilidad de negociar y concertar, antes que usar la fuerza. Fue la garantía para la pacífica convivencia, interviniendo en los conflictos, siempre con gran inteligencia y conocimiento de los temas. Su palabra tenía credibilidad.

Siendo un militar de carrera impecable, tuvo que soportar diez años, un proceso de terrorismo con el cual nada tuvo que ver, ¿por qué lo incluyeron? Según algunas fuentes, fue una imposición de Cuba, pero además porque el burdo esquema inventado necesitaba de una persona con capacidades militares y estratégicas para ser creíble y él cumplía con ese perfil, pero como era de esperar, ese juicio no pudo ni en 10 años mantenerse en pie.

Cabe destacar los importantes apoyos que tuvo Gary en estos diez años: el de su hijo Gary, quien como abogado con gran capacidad defendió a él y a varios otros acusados que no tenían recursos, y el de su esposa María del Carmen, quien lo acompañó con gran amor y apoyó con la ferocidad de una leona. Debe también destacarse la presencia infaltable del periodista Harold Olmos, quien luego publicó sobre el juicio un minucioso y preciso libro de más de 500 páginas, denunciando las arbitrariedades.

Fue profesor muy apreciado por alumnos de la UTEPSA, pues con su enorme capacidad y cultura, abría los ojos de los jóvenes hacia la complejidad del mundo en que vivimos.

Por último, fue presidente del directorio de CEDURE, acompañando siempre nuestras actividades. Quiero cerrar este comentario con una frase que me envió un amigo y que resume algunos de los sentimientos hacia él: “El general fue un hombre amado y admirado”. Gran logro de vida.

Fuente: Fernando Prado Salmón