Joven secuestrado en Shinahota fue liberado y está en manos de la Policía, informa el ministro Del Castillo

La familia del joven de 23 años de edad pasó un calvario luego de que unos cinco encapuchados lo secuestraran del centro nocturno que administra la familia.

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[Foto: Policía] / La fotografía que publica el Gobierno sobre la liberación del joven secuestrado en Shinahota.

Fuente: Unitel



Michael Arrázola, el joven secuestrado la noche del sábado en Shinahota, en el trópico de Cochabamba, fue liberado y está en manos de la Policía Boliviana, informó la madrugada de este martes el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, sin dar detalles del operativo.

“Se informa al pueblo boliviano que, después de arduos esfuerzos de la Policía Boliviana, el joven Miguel Arrázola -secuestrado hace pocos días en Shinahota por encapuchados que pedían una cuantiosa suma de dinero para su liberación- fue recuperado y puesto en libertad”, informó Del Castillo en sus cuentas de redes sociales.

En estos momentos se encuentra acompañado de personal policial”, añadió la autoridad gubernamental en el mensaje que acompañó con la fotografía de la víctima.

La familia del joven de 23 años de edad pasó un calvario luego de que unos cinco encapuchados lo secuestraran del centro nocturno que administra la familia.

Los secuestradores pidieron inicialmente un millón de dólares y luego bajaron la cifra a 400.000 dólares. La última vez que los delincuentes se contactaron con la familia fue la noche del domingo, indicó el padre de la víctima, Juan Carlos Arrazola.

Se continuará informando”, comprometió el ministro Del Castillo.

Hasta la noche del lunes, al menos tres personas fueron arrestadas y se buscaba dar con el paradero del joven. En ese ínterin, la Policía ejecutó al menos cuatro allanamientos.

El secuestro

La familia Arrázola tiene un negocio familiar en Shinahota, el lugar funciona como discoteca y restaurante.

El pasado sábado, cerca de las 19:00, los clientes recién llegaban al sitio, que era atendido por el hijo de la pareja de esposos y un sobrino.

Era temprano y aún había pocas personas en el lugar. Mientras los secuestradores aguardaban en un vehículo al ingreso del local. Al interior había un cómplice.

El vehículo de los secuestradores no levantó sospechas, pues la familia pensaba que se trataba de clientes que se habían estacionado cerca del negocio. Una vez que los padres se fueron, los delincuentes ingresaron armados y encapuchados. Tomaron al muchacho a la fuerza y huyeron con rumbo desconocido.

Luego, los secuestradores se comunicaron con los padres exigiendo un millón de dólares a cambio de liberar al joven. En otra de las llamadas, redujeron la cantidad del rescate a 400 mil dólares.

La familia, en medio de angustia, decidió denunciar el hecho a la Policía y difundir un video a través de redes sociales.